Vecinos de Codesal y Cional, apostados en la carretera esperando que lleguen las llamas para intentar frenarlas. EL NORTE
Incendio en la Sierra de la Culebra (Zamora)

El viento 'traiciona' a Cional y Codesal y lleva las llamas casi a la puerta de las casas

Los vecinos de estos dos pueblos desalojados desde el viernes regresan y se unen para frenar el avance descontrolado de las llamas

Sábado, 18 de junio 2022, 21:36

Lo peor que podía pasar, pasó. El viento, el elemento más traicionero de todo el desastre ecológico y humano en forma de incendio forestal que asola la Sierra de la Culebra zamorana tenía que hacer acto de presencia y lo hizo cuando menos se esperaba.

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Y fue de una forma tan virulenta que hubo que desalojar nuevos pueblos, cortar carreteras y hasta el tráfico ferroviario, después de que el avance descontrolado de las llamas, que ya han arrasado más de 25.000 hectáreas según las últimas estimaciones, pasada las nueve de la noche-, superase de nuevo al esfuerzo titánico de los servicios contra incendios y de los vecinos, que como en el caso de los de Codesal y Cional, pasaron esta tarde de sábado luchando juntos para evitar que el fuego se comiese sus casas y corrales.

El día comenzó más o menos tranquilo. Los vecinos de siete de los 14 pueblos que habían sido desalojados en la zona recibían el aviso de que ya podían volver a sus casas. En Camarzana de Tera se despedía a los pocos vecinos de Boya que habían llegado la mañana del viernes, pero se recibía a otros 20 ó 30 de Otero de Bodas, que a primera hora de la mañana de este sábado había sido desalojado por precaución tras un nuevo cambio de dirección del aire.

Pero el día avanzaba y aunque sin notables mejorías, si parecía que el aire era más fresco y hasta se preveía que pudiese llover por la tarde.

Hasta que de repente todo cambió.

Otra vez el maldito viento.

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En Camarzana de Tera enseguida corrió la noticia de que el fuego avanzaba descontrolado y había saltado la N-631, que volvía a cortarse en nuevos puntos. Al momento ya era sabido que habían desalojado Olleros de Tera y comenzaron a llegar a las naves habilitadas en Camarzana las primeras personas afectadas, precisamente un par de familias que habían alquilado una vivienda en el pueblo para pasar unos días.

Crecía la tensión y el miedo porque llegaban noticias de que el fuego, no ya solo el humo, estaba cada vez más cerca de las viviendas en muchos pueblos. Eso es exactamente lo que sucedió en Codesal y Cional.

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Testimonios

Allí, en dos pueblos que en teoría estaban desalojados, decenas de vecinos estaban apostados a mitad de camino en la carretera que une los dos municipios formando una larga hilera, esperando a que las llamas alcanzasen una zona sembrada para intentar frenarlo antes de que llegase a los municipios. «Es lo único que podemos hacer. Allí, en el monte hay muchísimo pino, roble y matorral y nosotros no podemos hacer nada. Están los profesionales, pero las llamas están cada vez más cerca y se van a cargar lo poco que queda por quemar. Aquí nosotros sí podemos hacer algo», afirmaba María, una joven de Codesal que explicaba que «el pueblo está desalojado pero no podemos irnos porque se nos están quemando las casas y los animales y tenemos que defenderlos» .

También atendió a El Norte Miguel Alonso, que había llegado de Zamora para ayudar en las tareas de extinción y que confirmaba que las llamas ya estaban a las puertas de Cional. También estaba convencido de que en la zona en la que se encontraban podrían intentar frenar las llamas al haber poca vegetación, «porque allí arriba es imposible, no podemos entrar».

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Miguel decidió ceder la palabra a Dani García, un joven ganadero de la zona que arremetió con dureza contra la Junta de Castilla y León. «Esto es gracias a las ayudas de la Junta» afirmó entono irónico para matizar después: «Y lo que nos están haciendo cuando solicitamos licencias para desbroces o quemas controladas y nos las deniegan. Ahora parece que no hay dinero ni medios para apagar el fuego. Tú paga tus impuestos para que luego tengan que venir aquí cuatro ganaderos, un comerciante, el del bar y dos estudiantes a apagar el fuego» aseguraba indignado.

«Venimos con lo que podemos a esperar dos fuegos que vienen por ahí enfrente para intentar pararlos, porque si pasa ya solo nos quedaría esperar para ver si llega a Portugal y allí, con un poco de suerte, sí son capaces de pararlo, porque aquí esta claro que no lo son», sentenció, afirmando que él tenía su ganado en la sierra y no le afectaba el fuego, pero que sí a otros ganaderos de la zona «que tienen alrededor de 600 cabezas por aquí».

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Y mientras los vecinos descargaban su frustración y rabia llegó un nuevo golpe. Uno de los jóvenes que esperaba en la carretera la llegada de las llamas recibió una llamada alertando de que el fuego estaba ya quemando el chiringuito del río junto a las escuelas de Cional. «¡Se necesita mucha gente, me dicen!», gritaba. Su alarma produjo una movilización general en todoterrenos, tractores y otros vehículos hacia aquella zona, aunque un retén se quedó esperando el fuego en la carretera y otros optaron por ir directamente a Codesal, al ver que las llamas avanzaban también hacia ese municipio, que volvía a cubrirse de humo.

Les esperaba una tarde muy larga que se fue complicando, hasta el punto de que a última hora de la tarde se habían desalojado hasta 17 municipios.

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