Manifestación en Zamora este martes. EMILIO FRAILE-EP

Seis mil zamoranos en una manifestación son más de lo que parecen

La contestación a la gestión de la Junta en la Sierra de la Culebra es significativa en la provincia que más sufre la despoblación: equivale a una concentración de 240.000 personas en Madrid

Antonio G. Encinas

Valladolid

Miércoles, 22 de junio 2022, 14:12

La cifra, vista de lejos, no parece significativa. Seis mil zamoranos se manifestaron contra la gestión de la Junta de Castilla y León en la Sierra de la Culebra. Sin embargo, para la realidad demográfica y social de Zamora seis mil personas es un número considerable. No alcanza ni de lejos la indignación que produjeron los dos momentos más salvajes de la historia reciente de España, el asesinato de Miguel Ángel Blanco (1997, 25.000 zamoranos en la calle) y el atentado del 11-M (2004, 40.000 zamoranos en marcha). Sin embargo, los seis mil que abarrotaron la plaza de la Marina o los 9.417 miembros que ha alcanzado en pocos días el grupo de Facebook 'La Culebra no se calla' suponen un aldabonazo contundente.

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Por contextualizar. Si en Madrid se manifestara el mismo porcentaje de personas -sin tener en cuenta la edad de la población ni las comunicaciones-, serían 240.000 manifestantes. Si fuera en Valladolid, la concentración sería de en torno a 20.000 personas. O lo que es lo mismo, la Plaza Mayor abarrotada en una noche de concierto de las fiestas de septiembre.

Por eso seis mil personas son un grito estruendoso. El de una provincia que se siente maltratada y olvidada por todos.

El pasado verano, en el mismo escenario en el que se ha padecido el incendio, se sucedían las concentraciones a las puertas de los consultorios rurales vacíos.

La provincia ha pasado de 205.000 habitantes en 1997 a 168.000 actualmente, con un porcentaje de mayores de 80 años que ha crecido del 6,7% al 12,3%

El declive de la provincia es demoledor e incontestable. En 1997, cuando se produjo la manifestación por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la provincia tenía 205.201 habitantes. En 2004, cuando Zamora se movilizó de luto por los atentados del 11-M, el padrón provincial registraba 198.534 habitantes.

En 2022 son 168.725.

El número de mayores de 80 años ha pasado en este tiempo desde los 13.933 a los 20.840. De ser el 6,7% a ser el 12,3% de la población.

Los menores de 19 años han caído de 37.504 a 21.687. Del 18,2% de la población al 12,8%.

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La población zamorana es emigrante desde hace tiempo. Desembarcaron en los sesenta en Francia y Alemania, de donde muchos no regresaron. Ahora, en el siglo XXI, la falta de oportunidades laborales ha llevado a los zamoranos principalmente a Madrid. Según el Instituto Nacional de Estadística, 256.000 nacidos en Zamora viven en otras provincias españolas. 11.713 residen en Cataluña; 34.961, en Madrid; 18.008, en el País Vasco.

Un niño muestra las imágenes del desastre. EMILIO FRAILE-EP

Para colmo, apenas unos decimales mal contados hacen que Zamora no entre de lleno en la calificación de zona demográficamente deprimida de la Unión Europea de la que se van a beneficiar Cuenca, Teruel y Soria. Algo que llevará a estos territorios a disfrutar de una fiscalidad diferenciada, para empezar. Tienen menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Zamora tiene 15,9. Lo que ocurre es que en el caso zamorano más de un tercio se agrupan en la capital (60.297) y su entorno (Morales del Vino, Moraleja del Vino, Arcenillas, Coreses, La Hiniesta, Monfarracinos, Montamarta, Roales, Valcabado y Villaralbo suman 8.250 habitantes, un 4,8% de la población total de la provincia). Fuera de ese núcleo, y con la salvedad de Benavente o Toro, la densidad de población se desploma a 10,4 habitantes por kilómetro cuadrado.

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Subsistir en un territorio sin infraestructuras y ahora sin recursos naturales se vuelve prácticamente imposible

Muchos de los emigrantes modernos vuelven a sus pueblos los fines de semana, los periodos de vacaciones. Son los responsables de que muchos de esos 207 municipios de menos de 500 habitantes (de 248 que hay) luzcan más cuidados, en cuanto a urbanización y mantenimiento de las viviendas, de lo que podría esperarse en una zona tan despoblada.

Desde el año 2000, aproximadamente, la provincia pierde en torno a tres mil habitantes anuales con un ritmo tan constante como machacón. El incendio de la Sierra de la Culebra ha dejado a muchos habitantes de esa zona sin 'pie de vida', esos recursos naturales como las setas, los pastos para el ganado, la madera, el turismo de naturaleza. Subsistir en un territorio sin apenas infraestructuras, quemado y sin ese surtidor económico, puede resultar imposible. Muchos harán las maletas para acompañar a sus hijos o nietos en el éxodo. Y Zamora seguirá vaciándose.

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Por eso seis mil zamoranos se manifestaron en la plaza de la Marina. Y por eso son más de los que parecen.

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