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Finalmente no han podido salvarlo. El ternero que había llegado al mundo con dos cabezas, cuatro ojos, dos bocas y dos lenguas en la localidad zamorana de Piñuel, en la comarca de Sayago, ha fallecido tras 80 horas de vida tal y como ha podido confirmar el periódico ABC.
Fue un parto natural y sin testigos, y el bebé solo estaba acompañado de su madre. Los ganaderos, quienes más tarde se encargaron de cuidar y alimentar al animal con biberones, no vieron su llegada al mundo y al principio, la madre de la criatura, que nació con una complicada malformación, no dejaba a nadie acercarse.
De hecho, el ternero nació el martes, pero no fue hasta el día siguiente cuando los ganaderos de la explotación pudieron acercarse hasta el recién nacido. Desde entonces, han hecho todo lo posible por salvarlo pero, finalmente, tras haber vivido 80 horas, el animal no ha conseguido sobrevivir, siendo la primera vez en la historia de esta localidad que nace una criatura con una malformación tan impactante.
La madre había tenido previamente 15 partos sin ninguna complicación. A pesar de la ilusión de los ganaderos por poder criar por primera vez a un ternero de dos cabezas y cuatro ojos, todo quedará finalmente en un emotivo e inolvidable recuerdo en esta granja de Piñuel.
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