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E. E.
Lunes, 10 de abril 2023, 14:52
«Un lujo, además de un auténtico placer», publicaba este sábado en sus redes sociales el Hotel Padornelo de la localidad zamorana de Lubián, en referencia a la visita especial que recibieron el día 8 en la comarca de Sanabria: Alessandro Lequio, uno de los ... hombres más buscados en la actualidad en España.
En la publicación de Facebook se ve al colaborador de televisión sonriente, flanqueado por personal de establecimiento hotelero, quienes se limitaron a decir que fue «todo fue bien, fue correcto y educado». De la gastronomía zamorana que pudo degustar Lequio nada ha trascendido, si bien una de las especialidades de la casa son las carrilleras. El restaurante, situado al borde de la N-525, obtuvo el año pasado un 'Solete de Carretera' de Repsol, una guía para recomendar al usuario dónde realizar una parada cuando se va de viaje.
Alessandro Lequio se dejó ver este fin de semana en la provincia de Zamora en plena polémica con Ana Obregón, por la decisión de la madrileña de recurrir a la gestación subrogada para tener una hija póstuma de su hijo Aless, fallecido en 2020. Aunque Lequio no ha reaparecido en televisión hasta este lunes tras el parón por Semana Santa, se ha especulado con que no estaría de acuerdo con lo que ha hecho la presentadora y habría intentado disuadirla hasta el último momento y, además, se habría negado a que la niña -su nieta biológicamente hablando- lleve el apellido Lequio, según Lecturas. Unas informaciones que la bióloga no tardó en desmentir al programa 'Socialité', asegurando que es mentira que tenga mala relación con el padre de Aless.
El pasado miércoles, una semana después de que se hicieran públicas las fotografías de la actriz en silla de ruedas, saliendo de un hospital de Miami con un bebé en brazos, la madrileña dio una exclusiva en la que confirmaba que la pequeña Ana Sandra Lequio no es su hija, sino su nieta, pues es fruto de su hijo Aless, fallecido en 2020 por un cáncer, y de un vientre de alquiler.
En esa misma publicación, Ana Obregón aseguraba que esa era la voluntad de su hijo. «Lo que la gente no sabe es que esta fue la última voluntad de Aless: la de traer un hijo suyo al mundo. Y así nos lo comunicó de palabra a su padre y a mí una semana antes de fallecer. Esto se llama 'testamento ológrafo' y se produce cuando una persona, ante dos testigos, expresa sus últimos deseos, aunque, por las circunstancias que sean, el notario no pueda estar presente en ese momento», decía la actriz en la entrevista.
Ese testamento ológrafo al que se refería 'nació' en la provincia de Valladolid hace más de un siglo. En 1918, la sentencia 'Pacicos de mi vida' sentó jurisprudencia en 1918. El escrito comenzaba así: «Peñafiel, a 24 de octubre de 1915. Pacicos de mi vida, en esta primera carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo, para que me quieras siempre y no dudes del cariño de tu Matilde». De esta forma, impregnada de romanticismo, Matilde Corcho Arroyo legaba su patrimonio a su marido, José Pazos, militar y escritor gallego, con el que residía entre la capital vallisoletana y Peñafiel.
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