Las lágrimas de Eulogia, la niña de la Guerra Civil a la que el fuego no logró echar de su casa

Nació en 1937. «Sí, soy hija de la Guerra Civil», explica como si esta efeméride certificase «una vida dura, pero orgullosa». Eulogia Río, de 85 años, y vecina de San Martín de Tábara no quiso abandonar su casa, su huerto, sus frutales, sus gallinas... «Vino la Guardia Civil para decirme que me llevaban, pero ni loca me iba con ellos. No quería dejar mi casa», comienza esta vecina octogenaria en relación al intento de desalojo de su pueblo debido a la violencia con la que amenazaba el incendio de Losacio el pasado domingo.

Solo su hijo, residente en Madrid, consiguió que dejase su vivienda durante unas horas para marcharse con unos familiares, y ante el cariz de un fuego que Eulogia no había visto en su vida.

Poco duró el exilio, y a las horas, Eulogia ya estaba de vuelta... Solo que las llamas se habían llevado por delante su huerto, sus árboles, «las gallinas» y un campo tiznano de negro, que desata las lágrimas de una mujer a la que se le «parte el alma» de ver cómo ha quedado su casa. «Pero sigo viva».

El trabajo de los brigadistas y bomberos del dispositivo de extinción logró contener las llamas en San Martín, al igual que en el resto de núcleos úrbanos de la comarca zamorana. Salvó la vivienda de Eulogia, las casas de la familia León, que tampoco abandonó el pueblo y luchó por sus cabras, y la de otros vecinos -la mayoría muy mayores- que se refugiaron en sus viviendas, incapaces de decir adiós a sus vidas por las llamas.

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