Un incendio colosal se ensaña con Zamora un mes después del que arrasó la Sierra de la Culebra

Con una crueldad inusitada, el fuego ha regresado a la provincia de Zamora apenas un mes después del gran incendio forestal de la Sierra de la Culebra. Quizá ni siquiera quienes advertían de que la amenaza de que volviera a suceder era real, podían imaginar que volver a suceder tan rápido. Con tanta fuerza, con tal velocidad, con tantos frentes, con una virulencia tal que las autoridades lo han calificado de «impredecible», «imparable» e «inextinguible» a corto plazo. Y tan cerca.

Con 10.000 hectáreas abrasadas en las primeras cuatro horas (más de 12.000 al cierre de esta edición) y, al término de la jornada del lunes, dos fallecidos y más de una decena de personas con quemaduras e intoxicaciones, el incendio de Losacio consagra 2022 como el año más aciago para la el medio natural de la comunidad.

La Consejería de Medio Ambiente definió la situación como «muy complicada» y «lejos de la estabilización».

El incendio de la Sierra de la Culebra arrasó con más de 30.000 hectáreas en algo más de cinco días de junio y se convirtió en el peor de la historia de Castilla y León. El que sigue activo apenas unos kilómetros al sur de la zona devastada es imprevisible. Los expertos aseguran no haber visto nada igual. El calor extremo de estos días hace temer que lo peor se quede corto.

Por el momento, el fuego que se desató el domingo a las seis de la tarde se ha cobrado ya la vida de dos personas, el brigadista de 62 años Daniel Gullón y Victoriano Antón, un ganadero que pastoreaba su rebaño. El bombero forestal falleció en acto de servicio, mientras que el pastor se vio rodeado por las llamas cuando intentaba escapar del incendio.

Casi seis mil personas de 33 localidades han sido evacuadas de la zona de Aliste: Ferreruela de Tábara, Escober, San Martín, Sesnández, Olmillos de Castro, Tábara, Abejera, Litos, Riofrío de Aliste, Villanueva de las Peras, Bercianos de Valverde, Santa María, Pueblica, Morales, Ferreras de Abajo, Pumarejo de Tera, Melgar de Tera, Santibáñez de Tera, Santa Marta, Santa Croya, Abraveses, Micereces, Aguilar, Faramontanos de Tábara, San Pedro de Zamudia, Villaveza de Valverde, Friera, Navianos de Alba, Pozuelo de Tábara, Moreruela, Santa Eulalia, San Pedro de las Cuevas y La Encomienda. Pequeños pueblos cuyos vecinos, hombres y mujeres pero pocos niños, trabajadores y ancianos, muchos ancianos, se han visto obligados a salir corriendo de sus casas, en algunos casos por segunda vez en un mes.

La Delegación Territorial de la Junta en Zamora informa de que la situación en el incendio de Losacio sigue siendo «muy complicada debido a las condiciones meteorológicas adversas, vientos y altas temperaturas pese a que han bajado algo, y se prevé unos trabajos intensos a espera de que se incorporen los medios aéreos y se releven los combatientes que han trabajado durante toda la noche». Ahora, los dos focos más activos del fuego afectan al valle de Tábara y de Tierra de Alba y mejora algo la situación en el valle del Tera y de Valverde.

La descripción de la infernal situación que vive la provincia zamorana que realizaron los expertos de la Consejería de Medio Ambiente pone los pelos de punta. Un fenómeno meteorológico (DANA) súbito y de consecuencias imprevisibles, con temperaturas elevadísimas, vientos continuos de 40 kilómetros por hora y rachas de más de 70; una velocidad en el avance de las llamas inmanejable, operarios que no pueden seguir con su trabajo en las labores de extinción, intoxicados por inhalación de humo y golpes de calor; una vegetación que sufre una sequedad extrema por el déficit hídrico de todo el año; y para apuntillar la tragedia, la persistencia de la anomalía térmica que supone una temperatura diez grados por encima de lo habitual en esta época del año en la zona.

«Llevo desde los 80 luchando contra los incendios y no conozco una situación como la de estos días, tan continua», sentenciaba Javier Ezquerra, coordinador de Patrimonio Natural y Política Forestal, quien compareció acompañado de Ángel Sánchez, jefe del Servicio de Defensa Natural, ambos llegados desde Zamora a Valladolid para intentar dar una idea de lo que aún sucede en la provincia más castigada por la despoblación, el envejecimiento, el desempleo y ahora, también el fuego.

Un hombre de unos 50 años, resultó herido por la tarde, con quemaduras de gravedad, mientras trabajaba en las tareas de extinción del fuego con una máquina que ardió en llamas.

También una mujer sufrió un accidente de tráfico mientras huía del fuego y se encuentra ingresada en la UCI con quemaduras leves y fracturas. Un vecino de la zona tiene quemaduras en el 70% del cuerpo y fue trasladado al Hospital de Quemados de Getafe. El Complejo Asistencial de Zamora atendió a nueve trabajadores del operativo por inhalación de humo.

La amenaza de las llamas y el propio humo obligaron a cortar siete carreteras de las provincias de Zamora y Salamanca. También Adif mantiene suspendida la circulación de la línea de Alta Velocidad en el tramo comprendido entre Sanabria y Zamora. En el incendio de Villaseco-Almaraz señalar que sigue activo, pese a los intensos trabajos de extinción que lograron detener el avance de las llamas hacia la capital zamorana. En estos momentos se trabaja para el control efectivo de la cabeza y se va a proceder a la apertura de la carretera N-122, que permanecía cortada al tráfico rodado desde el lunes por la tarde.

Centenares de personas se concentraron por la mañana a las puertas de las delegaciones provinciales de la Junta, convocados por los sindicatos CC OO, UGT y CSIF, para homenajear al brigadista fallecido y reclamar al ejecutivo autonómico un cambio en el modelo de extinción de incendios forestales que tenga en cuenta el cambio climático, apueste por la prevención y acabe con la precariedad de los trabajadores forestales.

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