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Una gran bandada de buitres mató ayer una vaca que estaba en pleno parto en una explotación ganadera de Piñuel, en el municipio de Bermillo de Sayago (Zamora). «Los buitres tienen mucha hambre porque no encuentran carroña. Cuando decidieron recoger todos los cadáveres, tenían que haber pensado en esto porque pasa cada vez más. A mí ya me habían atacado becerros pero es la primera vez que me matan una vaca», explicó, en declaraciones a la agencia Ical, Carlos Sastre, propietario de la ganadería, que cuenta con un centenar de ejemplares de vacuno de carne, en extensivo, y otros tantos de leche aunque, en este caso, están estabulados.
«Ayer dejé el ganado pastando en unas praderas y fui a casa a mediodía. Hacia las seis de la tarde vi muchos buitres, como un centenar, y me di cuenta de que acababan de matar la vaca, que echó a la cría y ya estaba bastante comida», describió.
Carlos Sastre fue para buscar el tractor con un remolque, ya que el camión no podía acceder a la zona y, cuando regresó, «ya se habían comido la mayor parte de la cría y parte de la madre, empezando por las partes más blandas».
«Entiendo perfectamente que un animal que se muere por infección, por ejemplo, no deba dejarse en el campo por cuestión sanitaria pero la queme mataron ayer, que estaba perfectamente, la retiraron en vez de dejarla para que terminaran de comérsela y, así, a lo mejor los buitres no molestaban durante unos días a nadie», consideró.
En este contexto, la organización agraria COAG exigió a la Junta de Castilla y León que «establezca zonas controladas» en las que se aporte alimentación a estas aves y se fijen medidas de compensación por los daños que estas especies protegidas provocan en las explotaciones ganaderas.
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