Dice el refranero saucano que 'El buen garbanzo y el buen Ladrón de Fuentesaúco son', haciendo referencia a un apellido que existía en la villa y al producto estrella, el garbanzo, el que más fama posee en el ámbito gastronómico. Cuentan que esta legumbre, reconocida con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), llegó a la comarca a través de la colonización romana. Junto a este manjar, hay otros alimentos típicos como el queso y el espárrago.
La villa de Fuentesaúco, cabecera de la comarca de La Guareña, cuenta con antiguas tradiciones como los espantes de las fiestas de la Visitación. Es uno de los principales atractivos de los festejos del primer fin de semana de julio y congrega a cientos de personas en el prado de la Reguera.
Los espantes de Fuentesaúco datan del año 1596 y se viven con gran pasión por los saucanos. Participan cabestros, toros, caballos, caballistas y mozos. Se basa en el desafío existente entre los que participan a pie y los que lo hacen a caballo, ya que estos últimos se encargan de guiar por el campo a los toros para dirigirlos hacia el casco urbano, mientras los corredores, en una barrera humana, se plantan frente a los astados espantándoles para que retrocedan.
El origen de este ancestral festejo está relacionado con la existencia de las clases sociales. Los caballistas representan a las clases más pudientes, que conducían los toros a caballo. Los corredores se asocian al pueblo llano, que con los espantes buscaban deslucir la labor de los primeros y que los toros no llegaran al pueblo.
El origen del enfrentamiento ancestral entre caballistas y corredores a pie por los toros está relacionado con la existencia de clases sociales
Otra de las señas características es la Semana Santa, una de las celebraciones rurales de referencia en la provincia. El historiador y cronista oficial de la villa, Santiago Samaniego, destaca la religiosidad, la riqueza iconográfica de imágenes y la existencia de ritos ancestrales como genuflexiones, adoraciones a Cristo y el contacto con la tierra al ir en ocasiones los cofrades descalzos.
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Participan seis cofradías, la más antigua y numerosa la hermandad de Jesús Nazareno, descendiente directo de la antigua Vera Cruz, que era una cofradía de disciplina. Los nazarenos actuales sobrecogen e impresionan por la singularidad de su indumentaria, con túnica morada, velo que cubre la cara, una auténtica corona de espinas y grandes y pesadas cruces. Conservan sus vía crucis nocturnos al estilo tradicional y cuando llevan la cruz al hombro se acompañan de un cirineo.
Momento a destacar también es El Descendimiento del Viernes Santo, recuperado después de que se suprimiera en el año 1827. El ritual consiste en el desenclavo y descendimiento de un Cristo articulado para depositarlo en el sepulcro.
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FIESTAS Y TRADICIÓN
Fiestas de la Visitación
Se celebran el primer fin de semana de julio y uno de sus principales atractivos son los espantes, lances taurinos que datan del año 1596 y enfrentan a caballistas y corredores a pie en un gran desafío.
Semana Santa
Su singularidad, marcada por una honda religiosidad y la belleza de las imágenes que procesionan, hace que sea un referente en la provincia zamorana. Participan seis cofradías.
Los quintos
Los jóvenes de la villa conmemoran su mayoría de edad con dos festejos. El primero es en febrero y se conoce como fiesta de la enramada, porque eso es lo que colocan de madrugada en los balcones y puertas de las quintas. La segunda fecha importante es la subida del mayo, la noche del 1 de ese mes.
Destaca
Cuentan que el famoso garbanzo de Fuentesaúco, legumbre reconocida con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), llegó a la comarca a través de la colonización romana.
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