¿La fama mató al ciervo 'Carlitos'?

Carlos Álvarez Lagarejos explica que ha visto crecer a 'Carlitos' desde que era un bambi y acompañaba a su madre, ocho años atrás y, a pesar de que la Junta ha desmentido que haya sido abatido, él habla en pasado del venado. «Hemos luchado, pero al final se lo han llevado por delante», dice, en referencia a la campaña de recogida de firmas promovida con Ecologistas en Acción para que se le indultase, al tratarse de un ejemplar de especie cazable en la Reserva Regional de la Sierra de la Culebra.

«Todo empezó cuando le pusieron el precinto, parece que lo denunciaron porque se acercaba al pueblo y lo acusaban de causar daños», señala. Álvarez no cree que la fama del animal, retratado en miles de 'selfies', sumado la intensa campaña en redes con más de 54.000 apoyos en toda España haya terminado por ser perjudicial para él y lo hayan abatido precisamente por ser tan célebre. «Aquí hay muchísimos ciervos, vienen por la noche y ocasionan destrozos, por esa regla de tres habría que matarlos a todos entonces. Estamos en una reserva de caza mayor y hay que convivir con ellos y si quieres tener una finca tendrás que cerrarla, son animales salvajes». Álvarez, que es natural de Lagarejos y conoce el entorno de la sierra a la perfección, reconoce que «tiene que haber un control de ellos porque hay muchos» y que precisamente por eso, a 'Carlitos' «podrían haberle indultado».

El miedo de algunos vecinos hacia un venado de grandes dimensiones, con un peso cercano a los 200 kilos, que en época de celo se pone muy agresivo y «se encara», explican fuentes medioambientales, ha podido ser la causa de «hacer desaparecer» intencionadamente al mediático animal, que muchas noches dormía en el parque infantil de la aldea. «No hay que olvidar que es un animal salvaje; también a los osos se les pone nombre, pero no duermen en el pueblo y nadie duda de que pueden ser agresivos». Recuerdan que un ciervo es una especie cinegética, no protegida.

Al igual que estas fuentes, vecinos de la Sierra de la Culebra están convencidos de que 'Carlitos' está muerto «y no por la vía legal», por más que la Junta insista en que el ciervo de Linarejos está vivo y no corre peligro de ser cazado este año. La Administración ha reiterado en un comunicado que esta afirmación de que el animal no ha sido abatido «se basa en informaciones facilitadas por agentes medioambientales y celadores, así como en la confirmación del director de la Reserva de Caza».

Pero la desconfianza se mantiene y las fotos con miles de réplicas que han corrido por las redes con el cadáver decapitado de un ciervo, al que además le cortaron el lomo y una pata trasera donde tenía una marca, lo identifican, según vecinos del pueblo, como el cérvido 'adoptado' para el que se pedía el indulto. La Administración regional subraya que la caza de ese ejemplar, que no sería 'Carlitos', estaba contemplada en los cupos del plan anual de la Reserva Regional de Caza. El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, descartaba el jueves tras el Consejo de Gobierno que el animal hubiera sido abatido por cazadores furtivos.

Ecologistas en Acción, que había tramitado formalmente el indulto para el cérvido de Linarejos y que reclama de paso, por activa y por pasiva, que no se cace a estos animales en la época de berrea, ya está estudiando interponer una denuncia, tal y como ha confirmado el representante de la organización en Zamora, Julio Fernández.

El 'caso 'Carlitos'' ha reabierto el añejo debate sobre la gestión de la fauna en la Sierra de la Culebra por parte de la Junta y la convivencia de los animales salvajes con los pocos vecinos que ya quedan las poblaciones de la zona de influencia de la Reserva. En Linarejos, una de las siete pedanías de Manzanal de Arriba (con Codesal, Folgoso de la Carballeda, Linarejos, Pedroso de la Carballeda, Sagallos, Sandín y Santa Cruz de los Cuérragos) residen todo el año siete vecinos. Y no han sido ellos, indican fuentes municipales, quienes han organizado «tanta polvareda» y señalan como «institigadores» a los que «vienen cuatro días porque el pueblo es muy bonito, pero el pueblo se lo cuidan los demás». Recuerdan que, tras el devastador incendio que asoló la Sierra de la Culebra, han sido ellos quienes han dado de comer «a los animales salvajes que bajaban de los montes calcinados muertos de hambre, con la comida de las vacas«.

El alcalde, Nazario Castedo, huye de polémicas y asegura que el Ayuntamiento de Manzanal «no sabe nada, ni tiene notificación oficial de nada». Pero algunos vecinos de la zona indican que lo que se ha montado por el ciervo es todo «por las redes» y señalan que hay otro ciervo que se pasea por Sandín, al que «le dan chorizo de comer», por el que nadie se ha movilizado. En Manzanal, la 'renta' de la caza al año, le comporta 30.000 euros. Una cuantía que prácticamente se gasta en el desbroce y da para el arreglo de alguna calle en los ocho pueblos.

Para estas fuentes locales, estar en la Reserva «no es tan rentable» y enumeran los daños que ocasiona la sobrepoblación de especies, principalmente cérvidos, en los cultivos de maíz, cereal y patatas. Unos daños, subrayan, «por los que hace años que no se cobra un euro». La Reserva de Caza de la Sierra de la Culebra, creada en 1973, comprende doce términos municipales y abarca, total o parcialmente, 41 núcleos de población. También pertenece a la Red Natura 2000 al ser Lugar de Importancia Comunitaria. Una peculiaridad es que ofrece los permisos de caza mayor en cuartel único, por ello, es posible cazar sobre las 67.340 hectáreas que tiene de superficie la Sierra de la Culebra con la labor simultánea de varios celadores.

En Manzanal de Arriba, cabecera de uno de estos doce términos municipales que comprende La Culebra, viven 345 vecinos, que conviven con una población de, al menos, un centenar de ciervos y unos siete lobos. Y si se ve poco jabalí «es porque los cánidos se los comen», aseguran. Así que lo de 'Carlitos', para muchos lugareños, «aunque da algo de tristeza, porque se le tenía cariño», no deja de ser una anécdota. Y hay quienes apuntan directamente a que su muerte habría sido obra de furtivos. «Los ciervos se lo comen todo y destrozan todo, tiene que haber mayor control, el sistema actual de cupos no sirve», argumentan, mientras señalan hacia los desmochados manzanos que enmarcan la entrada del Consistorio y los huertos próximos.