El Norte
Valladolid
Viernes, 9 de agosto 2024, 19:57
Casi siete años después de salir de la cárcel tras cumplir cumplir 20 años de condena por tres delitos de violación y uno de detención ilegal de una joven zamorana en octubre de 1997, Manuel Martínez Quintas ha sido detenido en Portugal como sospechoso de haber intentado violar y matar a dos jóvenes, de 17 y 22 años, que resultaron gravemente heridas tras recibir disparos de escopeta en Castelo de Vide, un pequeño pueblo del norte del Alentejo.
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El asesino y depredador sexual que en los años ochenta y noventa sembró el terror en Zamora, donde perpetró un doble crimen en 1983 y, meses después de salir en libertad, en 1997, cometió una violación por la que estuvo en prisión otras dos décadas, ha ingresado en prisión preventiva y está a la espera de juicio, según se puede leer en diferentes informaciones de medios de comunicación portugueses.
El Quintas, que en la actualidad tiene 74 años, fue detenido en el mismo lugar donde atacó a las dos jóvenes, junto a la presa de Póvoa e Meadas, cerca de donde vive, según informa CNN Portugal.
Las dos jóvenes heridas fueron evacuadas al complejo hospitalario de Portalegre, desde el que posteriormente, una vez estabilizadas, fueron trasladadas al Hospital de São José en Lisboa. Al parecer, cuando las fuerzas de seguridad llegaron al lugar donde se produjeron los hechos, tras recibir la alerta, encontraron a las jóvenes semidesnudas y con las manos atadas con cinta aislante.
Mentar a Manuel Martínez Quintas en Zamora es mentar al diablo. Nacido en Valdecarros (Salamanca) pero vecino del barrio de Pinilla, era un pequeño delincuente que entraba y salía de la cárcel hasta que en enero de 1983 se produjo el punto sin retorno en su historial: Aurora B. L. y José Manuel T. D., de 19 y 18 años, que habían ido a la isla de las Pallas a contemplar las aves, no regresaron a casa. El Quintas confesó el doble crimen. Tenía en su poder la medalla de plata que llevaba la joven y 1.100 pesetas que les arrebató a punta de escopeta. Luego les maniató y amordazó. Unos piragüistas encontraron flotando en el río el cuerpo de la chica. El del chico estaba semienterrado.
El asesino tenía 32 años y se ha pasado media vida en la cárcel. De Topas salió en libertad condicional en 1996 y no tardó un año en violar a otra mujer. Cumplió la última pena en la prisión de Lugo y a su salida en 2017 expresó su intención de quedarse en la ciudad. La presión social le hizo huir a La Coruña y su último rastro se perdió en Portugal, donde ahora ha sido detenido.
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