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Nuevos estudios sobre el sueño Dormir del tirón está sobrevalorado según los expertos ¿Te despiertas en mitad de la noche? No eres insomne, eres antiguo

Si te despiertas todos los días en mitad de la noche, puede que lo tuyo no sea insomnio, sino ‘reminiscencia’ medieval. La práctica de dormir en dos turnos, también conocida como sueño bifásico, fue algo habitual hasta la llegada de la Revolución Industrial. Rezar, charlar o mantener relaciones sexuales eran algunas de las prácticas más comunes en ese período de vigilia. 

Jueves, 06 de Octubre 2022

Tiempo de lectura: 4 min

Cuando el historiador británico Roger Ekirch leyó por primera vez en un documento del siglo XVII que una mujer fue asesinada cuando salió de casa en mitad de la noche tras su 'primer sueño' supo que tenía algo grande entre manos. Y no porque fuera especialmente fan del true crime, sino por la referencia a un ciclo de vigilia que separaba dos períodos de sueño. ¿Por qué hablaban de dividir el sueño en dos fases con total naturalidad? ¿Lo saludable no ha sido siempre dormir ocho horas del tirón? Estaba claro: había que tirar del hilo.

La Odisea (siglo VIII a.C.), Los cuentos de Canterbury (1387-1400), Beware the Cat (1561)… Los textos que demostraban que los humanos habían seguido aquel patrón de sueño bifásico durante siglos se fueron multiplicando. Obras de ficción, declaraciones judiciales, diarios íntimos… Poco a poco, Ekirch fue averiguando que nuestros antepasados no empleaban ese intervalo de vigilia entre el primer y el segundo sueño para trabajar, sino que constituía parte de su tiempo libre. ¿Y a qué se dedicaban? «Sobre todo a socializar y a tener sexo», explica Ekirch en su libro At Day´s Close: A History of Nighttime. Un manual médico francés del siglo XVI incluso aconsejaba a las parejas que el mejor momento para concebir no era al final de un largo día de trabajo, sino «después del primer sueño», cuando «se disfruta más y se hace mejor».

«Dormir del tirón está sobrevalorado. Es bueno, sí, pero debemos quitarnos esa ansiedad que nos provoca pensar que despertarnos es muy negativo para nuestra salud»

Juan Antonio Madrid, miembro del grupo de cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES) también ha seguido la pista del sueño bifásico a lo largo de la historia. «Me topé con este patrón de sueño durante mis estudios y vi que, aunque es algo característico de la Europa de la Edad Media, también se produce en otras partes del mundo». Incluso descubrió que hoy en día todavía existen reminiscencias de esa costumbre. Analizando registros actuales de sueño encontró una coincidencia: «Hay mucha gente que se despierta entre las tres y las cuatro de la mañana y luego se vuelven a dormir, es decir, justo en el momento del antiguo período de vigilia entre el primer y el segundo sueño». Una buena noticia para los que miran el reloj con desesperación cada vez que abren los ojos en mitad de la noche. «Dormir del tirón puede estar sobrevalorado. Está claro que es bueno, pero debemos quitarnos esa ansiedad que nos provoca pensar que despertarnos en mitad de la noche puede ser muy negativo para nuestra salud. Este sueño bifásico ancestral nos sirve para pensar que no es tan grave, que ha ocurrido durante miles años y no ha pasado nada. Los que duerman del tirón que sigan así porque es magnífico pero los que no, deben quitarse esa obsesión».

¿Y cuándo dejamos de dormir en dos fases? El historiador Roger Ekirch sitúa esa transformación del sueño durante la Revolución Industrial. «Con la llegada de la luz artificial nuestra relación con la oscuridad cambió completamente», explica Juan Antonio Madrid, autor del libro Cronobiología. Una guía para descubrir tu reloj biológico. «Esa ventana de oscuridad que a veces era de 14 horas en invierno se ha ido reduciendo hasta quedarse en la mínima expresión de las ocho horas». De hecho, según el experto, el sueño bifásico no era así durante todo el año. Solía aparecer en otoño e invierno, pero se iba reduciendo conforme ese período de oscuridad se reducía en verano.

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Dormir 'muy' acompañado. En el medievo era habitual compartir estancias e incluso camas con familiares o incluso, en las posadas, con desconocidos. Por eso, generalmente había alguien cerca con quien charlar cuando se despertaban a media noche.

Otra de las razones tuvo que ver con la eficiencia: «La Revolución Industrial trata de optimizar los tiempos, de aumentar el rendimiento humano y en este contexto el sueño bifásico no es rentable porque le quita horas al trabajo», explica de Madrid. En su libro, Ekirch recoge el texto de un diario médico de 1829 que apremiaba a los padres a acostumbrar a sus hijos a romper el patrón del primer y segundo sueño, según él una prueba contundente de este cambio de actitud. «Salvo en caso de enfermedad o accidente, no necesitarán más descanso que el que ofrece el primer sueño, que deberán acostumbrarse a terminar de forma natural a la hora normal», cuenta el historiador.

Hoy, la mayoría de las personas están adaptadas a dormir ocho horas, pero Ekirch cree que muchos de los problemas del sueño tienen sus raíces en la preferencia del cuerpo humano por segmentar el sueño, así como en la omnipresencia de la luz artificial. Por su parte, Juan Madrid considera que la conclusión que debemos sacar de los estudios sobre sueño bifásico en la historia de la humanidad es que este tipo de despertares en mitad de la noche no deben provocarnos ansiedad dado que nuestros antepasados los vivían con total naturalidad. «Por mi experiencia, normalmente podemos estar despiertos unos 90 minutos y luego entrar en otra oleada de sueño. Por tanto, si consigues quedarte tranquilo, por ejemplo leyendo un libro, vas a volver a dormirte otra vez. No pasa nada».