Los nuevos hijos de papá Beckham, Depp, Klum... Los 'nepobabies': hijos de famosos que creen que trabajan
A los hijos de papá de toda la vida ahora se los llama nepobabies. Las redes han encontrado un filón en sus actividades... ¿profesionales?
Miércoles, 28 de Junio 2023, 14:00h
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Brooklyn Beckham, el hijo de David Beckham, abrió la veda: se definió profesionalmente como chef y desató la furia en las redes sociales contra los nepobabies, el nuevo término para definir a los hijos de papá de toda la vida. Luego vinieron las hijas modelos de las modelos, que sin haber desfilado aún ya eran top models. Claro que en su caso la genética jugaba tan a favor que se puede admitir la definición de modelo por su belleza congénita. Si Brooklyn [en la apertura, en un vídeo como chef] hubiese dicho que era futbolista, quizá no habría provocado tanta indignación.
Pero desde que se dedica a freír filetes de pollo con un aceite de aguacate a 50 dólares el litro no deja de generar haters. Caso diferente es el de la hija de Heidi Klum, Leni, que ha posado en ropa interior con su madre. Ahí los ataques van por la sexualización de una chica de 19 años... a cargo de su propia madre. Claro que ella posaba igual a la misma edad.
Luego están los hijos de actores que quieren ser actores... y lo son. Aquí la crítica ya no va por su talento —unos lo tienen y otros no—, sino porque «vandalizan la industria tomándola por la fuerza del linaje», en palabras de un crítico. Es decir, se quedan con todos los buenos papeles en las series. El problema es que cuanto más populares los hacen los nepobabies en las redes sociales, más los contratarán. Son followers asegurados.
Un extenso artículo publicado en la revista New York hace unos meses incidía en este aspecto. En verdad, los nepobabies, reconocían, siempre han sido un hecho de Hollywood. Pero hoy en día no sólo son abundantes, sino que prosperan. Y es que un apellido famoso puede ser una propiedad intelectual valiosa. Un niño famoso es un gancho de marketing fácil. Su carrera hacia el estrellato comienza literalmente cuando son bebés, desde el momento en que sus padres, famosos, retransmiten en redes su nacimiento, su primer cumpleaños... Y, a medida que crecen, el mero hecho de que se parezcan físicamente a sus famosos padres es un evento noticioso. Ejemplo de ello, explica la publicación, son los cientos de artículos publicados sobre cómo Ava Phillippe se parece a su madre, Reese Witherspoon.
Y está la promoción asegurada: «Alguien me dijo una vez: 'Deberíamos contratar a tal y tal porque sus padres vendrán a la noche de estreno'», cuenta un veterano director de casting.
«Un nepobaby es la prueba física de que la meritocracia es una mentira. Los amamos, los odiamos, les faltamos el respeto, estamos obsesionados con ellos», resumía el autor del reportaje de New York. Y son pocos entre ellos los que son conscientes de sus ventajas de partida o que incluso se sienten incómodos con ellas y dudan de su auténtica valía, como sí ha hecho el cineasta Owen Kline, hijo de Kevin Kline y Phoebe Cates, cuando se quejaba de que por ser quien es «en realidad, nadie te toma en serio».
Y en defensa de los nepobabies ha salido las más veterana de ellos: Jamie Lee Curtis. Hija de los míticos actores del Hollywood dorado Tony Curtis y Janet Leigh, la actriz lleva cuatro décadas trabajando en cine y televisión. «Desde que conseguí el primer contrato en Universal no ha habido un día en mis 44 años de carrera en el que no se me haya recordado que soy la hija de dos estrellas de Hollywood». La actual conversación, según Curtis, se ha creado para «humillar, denigrar y hacer daño» porque, dice, no todos son iguales. Y ciertamente no lo son.
Pero en su mayoría, los nepobabies no son conscientes de la ventaja con la que parten, «no se dan cuenta de lo afortunados que son porque ese es su mundo», dice en la revista New York un cazatalentos que ha trabajado con varios descendientes de celebridades.
Hoy en día, a pocos les importa que Michael Douglas, Laura Dern o Tracee Ellis Ross hayan tenido padres famosos. El mismo principio se aplica a alguien como Dakota Johnson, que representa a múltiples generaciones de leyendas de Hollywood. Pero el director Luca Guadagnino, que eligió a Johnson para dos de sus películas, dijo una vez: «Puedo ver a Tippi Hedren» en ella. Vislumbró destellos de su abuela, la gran rubia de Hitchcock. ¿Y si existe el factor 'It', el carisma de otro mundo que ciertas estrellas exhiben frente a una cámara? Otro director de casting confiesa que algo de eso hay, que «eso» puede ser hereditario, ver a Zoë Kravitz o Kate Hudson mostrar el mismo brillo intangible que viste en sus padres. «Entran en la habitación y tienen esta cosa», dice el director de casting. «Simplemente lo saben. Literalmente lo saben. Y eso te atrae eso y, al mismo tiempo, te da un poco de miedo».
Además de atracción y miedo, sientes, sobre todo, fascinación, una curiosidad irrefrenable. Uno de los debates más interesantes y polémicos sobre los nepobabies se desató a raíz de un artículo de Deadline sobre un cortometraje de terror titulado La dirección correcta —Let Me Go (The Right Way)–, dirigido por Destry Allyn Spielberg, hija de Steven Spielberg, y protagonizado por Hopper Penn, hijo de Sean Penn, y escrito por Owen King, hijo de Stephen King. Confiesa: según acabas de leer esto, ya estás buscando dónde puedes ver ese corto...
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