Melanie Hamrick, la nueva ‘Rolling Stone’ Tienen ya un hijo....¡y se casan! La bailarina de 36 años que disciplina a Mick Jagger a los 80
El líder de los Rolling Stones y Melanie Hamrick —una bailarina de ballet de 36 años— han anunciado que se casan. Aunque aún no hay fecha oficial, se cree que podría ser este mismo año. Tienen un hijo en común y ahora, retirada ella de los escenarios, ha escrito una novela sobre la trastienda del mundo de la danza. ¿Quién es la mujer que ha logrado meter en vereda al incombustible cantante?
Melanie Hamrick conoció a Mick Jagger en febrero de 2014 en Tokio. Los Rolling Stones estaban de gira en la ciudad, al igual que el American Ballet Theatre (ABT) de Nueva York en el que ella bailaba. El personal de los dos grupos de gira había organizado un intercambio de entradas. Ella asistió al concierto de los Stones y conoció a Jagger. Él no asistió a su espectáculo en aquella ocasión, «pero lo compensó viniendo a muchos otros», dice ella en una reciente entrevista.
Por aquel entonces, ella era pareja del bailarín cubano José Manuel Carreño, Y Jagger mantenía una relación desde hacía 13 años con la diseñadora L'Wren Scott. Menos de un mes después, Scott se quitó la vida; se cree que por sus problemas empresariales.
En junio de ese año, Hamrick y Jagger fueron fotografiados juntos por primera vez.
Tras menos de dos años de noviazgo, Melanie se quedó embarazada. Según ella, de forma imprevista. Estaba cerca de ser ascendida del rango de cuerpo de baile a solista y aquello era un contratiempo. Tanto que intentó ocultárselo al Ballet para no renunciar al ascenso. Siguió bailando cuatro meses, pero al quinto tuvo que 'confesar'. El Ballet respondió como ella temía: apartándola. Aunque se incorporó cuatro semanas después del parto y tenía ayuda en casa, salir de gira cinco meses después con su hijo fue muy difícil. Acabó renunciando a la compañía tres años después, en 2019.
Una pareja abierta
Mientras estaba embarazada, surgieron rumores que relacionaban a Jagger con la modelo rusa Masha Rudenko. Y un año después, con la socialité Noor Alfallah, de 22 años, con quien fue fotografiado en actitud cariñosa. «Siempre habrá rumores, pero yo sé lo que tenemos Mick y yo, así que no presto ninguna atención», ha dicho Melanie a The Sunday Times Magazine.
Jagger tiene ocho hijos de edades comprendidas entre los 52 y los 6 años, de cinco madres diferentes, pero Hamrick, Jagger y su hijo Dev son hoy una unidad familiar. Llevan juntos casi nueve años, viajan por todo el mundo, pero ni ella ni Jagger habían hablado nunca públicamente de su relación. ¿Están comprometidos o no?, le preguntaba hace poco la revista británica. «Sí, tengo un anillo de compromiso (había dicho ella mostrando la mano izquierda). Y eso es todo lo que voy a decir».
El lucimiento público de ese anillo en cada aparición pública de Hamrick desató todos los rumores de boda hasta que ahora sí, hace apenas días, la pareja ha confirmado a su círculo más intimo que se casarán. De momento, es cuanto se sabe, sin más detalles, pero es mucho más que lo que se sabía.
Un nuevo giro en su vida
Tras renunciar a la compañía de ballet, Melanie buscó trabajo como coreógrafa, pero durante la pandemia se sentó a escribir. Y con la misma disciplina con la que baila, acabó una novela, First Position es su título. «Logré escribirla porque tengo el entrenamiento de ballet. Si digo que voy a hacer algo, lo haré». Eso es, dice, algo en lo que ella y Jagger conectan. «Una de las mayores cosas que tenemos en común es la disciplina. Eso nos une de verdad».
Y explica que el mundo de los Stones y el del Royal Ballet no son tan distintos. El entrenador de Jagger, de hecho, trabajaba en el Royal Ballet, y la encargada del vestuario de los Stones también. «Son dos mundos muy parecidos».
Una novela de sexo... y terror
La novela de Melanie Hamrick trata precisamente de ese mundo. El entorno refinado del ballet es, según cuenta, un hervidero de drogas, sexo y desórdenes alimenticios. Las dos protagonistas de su novela participan en fiestas con muchas drogas y mucho sexo, sadomasoquismo, aventuras ilícitas con directores... Hamrick afirma que estas no fueron sus propias experiencias, pero «sí, hay mucho sexo en el ballet». Y mucho 'mal rollo'. Una disciplina exagerada que ella empezó a padecer de muy niña.
Hamrick nació en Charlottesville (Virginia). Su padre era ingeniero y su madre trabajaba en el sector sanitario. Era la menor de tres hermanos y hacía todo lo que hacía su hermana mayor. A los 11 años, la siguió a la Academia Kirov de Washington, un internado de ballet. El estricto régimen incluía seis horas de danza clásica al día. Y mucho mal trato; desde soportar insultos a pasar hambre. «Era brutal», asiente. «Todavía me pregunto cómo sobrevivimos a aquello».
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