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Contra el envejecimiento canino Ya participan 45.000 animales ¿Y si tu perro pudiese vivir 80 años? El sueño, cada vez más cerca

El Dog Aging Project es la iniciativa más ambiciosa sobre biología canina de la historia. Su objetivo es que la vida de los perros sea más larga y plena. Y, de paso, ver qué podemos aprender de ello.

Viernes, 03 de Marzo 2023, 09:54h

Tiempo de lectura: 5 min

Cuando volví a casa por mis primeras vacaciones universitarias y pregunté a mi familia dónde estaba mi bull terrier, me respondieron «en el jardín». Miré: no estaba. En una nota de humor negro, sin duda, mi familia se refería a que estaba enterrado en el jardín.

No me habían informado para que no arruinara mi llegada a la universidad. Han pasado treinta años y todavía sueño con aquel perro. La mortalidad canina, y sus límites en comparación con la nuestra, es una de las realidades más duras a las que nos enfrentamos los amantes de los perros. Y, dado el enorme aumento de mascotas desde la pandemia, seguro que no soy la única cinófila.

«A corto plazo no es descabellado esperar un aumento del 25 por ciento en la vida del perro», concede el experto

La cinofilia, aunque en castellano no es una palabra habitual, es un derivado de cinología, el estudio de los perros, pero elevado al grado de pasión por estos animales. Es precisamente esta querencia lo que ha hecho que se desarrolle toda una industria alrededor de los perros que va más allá de los cuidados habituales e incluso de los caprichos que cada uno pueda permitirse. Ahora se trata de asegurarse de que nuestros perros nos acompañan más tiempo.

La esperanza de vida canina varía según la raza: los corgis galeses (sí, los eternos compañeros de la reina Isabel de Inglaterra) llegan a vivir 16 años. Mientras que los mastines napolitanos tienen la esperanza de vida más corta, 2,33 años.

Pero a todo cinófilo siempre le parecerán pocos años. Y es ahora cuando la ciencia ha decidido abordar el problema de la longevidad del perro. Primero, porque hay muchos dueños dispuestos a financiar la investigación. Pero también porque este tipo de estudio será de indudable interés para la propia longevidad humana.

En los últimos años han surgido varios estudios orientados a este fin. Uno de ellos es Vaika, una organización que lleva a cabo una investigación con perros de trineo retirados. Fue fundada por Andrei Gudkov, profesor de Oncología en el Roswell Park Cancer Center de Nueva York. Su equipo se centra en el ADN de perros husky de entre 8 y 11 años.

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El promotor del estudio. El doctor Kaeberlein, promotor y director del Dog Aging Project, con sus propios perros, Chloe y Dobby.

Vaika está probando con ellos un fármaco antienvejecimiento que podría tener implicaciones para los humanos. También han surgido numerosas start-ups de biotecnología que buscan vencer el deterioro canino. Una de ellas es Loyal, con sede en San Francisco, que el año pasado consiguió 27 millones de dólares para su investigación. Y la más relevante quizá sea Rejuvenate Bio, cofundada por el genetista George Church, de la Escuela de Medicina de Harvard, que planea rejuvenecer perros usando terapia génica.

Pero la más grande y ambiciosa es el Proyecto de Envejecimiento de Perros de Estados Unidos (dogagingproject.org), que involucra a casi 45.000 ciudadanos y sus perros, 30 científicos y 60 investigadores de 12 instituciones, con muchos millones de fondos a su disposición.

Los factores ambientales

Fue una iniciativa del especialista en biología Matt Kaeberlein, de la Universidad de Washington (Seattle). «Había estudiado la biología del envejecimiento durante 15 años en diferentes animales de laboratorio: gusanos, ratones...», explica. «Pero no se me ocurrió que podíamos aplicar lo que habíamos aprendido en el laboratorio al mundo real hasta que hablé con mi ahora codirector y experto en evolución del envejecimiento, el doctor Daniel Promislow. De repente, vi que mi investigación podría tener un impacto en la salud y la longevidad de los perros porque ellos envejecen mucho más rápido que los humanos.

Y si podemos darles a los perros tres o cuatro años adicionales de vida saludable, eso es un gran logro. A nadie le importa realmente si podemos hacer que un ratón viva un 50 por ciento más. Es bueno académicamente, pero no va a cambiar la vida de nadie. Pero alargar la vida de un perro...».

Los 45.000 dueños de mascotas que participan en el estudio rellenan una meticulosa encuesta de 116 páginas cada año

El perro podría beneficiarse de la investigación incluso más que los ratones, y los humanos, a su vez, de los resultados en los perros.

En cuanto al ADN, los canes no están mucho más cerca de nosotros que las ratas; sin embargo, el factor del hábitat compartido con los humanos es muy importante, dado que se cree que el 75 por ciento de los factores que impulsan la longevidad son ambientales, y solo el 25 por ciento es genético. Como especie, los humanos y los sabuesos han disfrutado de 30.000 años de coevolución. De hecho, tanto en humanos como en perros el cáncer es una de las principales causas de muerte.

Y estos animales experimentan casi todos los mismos deterioros funcionales del envejecimiento que las personas. Cuando el doctor Kaeberlein mencionó sus planes para los perros en una entrevista en Nature en 2014, inmediatamente captó la atención de los amantes de los animales, que se inscribieron en masa, encantados de completar una meticulosa encuesta de 116 páginas y repetirla cada año... todos los años que vive su mascota. Un seguimiento de dieta, movilidad, temperamento y salud que en el caso de 6000 de esos perros incluye también una secuenciación del genoma.

El conjunto de datos actual de Dog Aging Project sobre 45.000 perros es el estudio de envejecimiento animal más grande de la historia y planea ampliarse más allá de Estados Unidos.

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Los voluntarios. La Facultad de Veterinaria de la Uni-versidad Texas A&M es una de la docena de instituciones implicadas en el estudio. A seis mil perros se les ha secuenciado el ADN.

De momento, sus hallazgos han confirmado que las enfermedades más importantes (cáncer, problemas cardiacos y renales) aumentan exponencialmente con la edad, al igual que en humanos. De manera similar, el ejercicio y la dieta son factores determinantes para retrasar la demencia. La alimentación solo una vez al día se ha asociado con un menor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la edad, posiblemente debido a la restricción calórica.

También se está probando con los perros un fármaco, la rapamicina, en el que hay muchas esperanzas para ralentizar el envejecimiento humano. La rapamicina ya ha sido empleada en trasplantes como un supresor inmune y como fármaco anticancerígeno, pero en laboratorio ha demostrado que puede alargar hasta un 25 por ciento la vida de moscas, gusanos y roedores. Ahora lo están probando en perros. Y muestra signos alentadores.

¿Podría esto llevar eventualmente a que nuestros perros vivan tanto como nosotros? El doctor Kaeberlein se ríe: «¡Espere sentada!». Ante mi insistencia, concede: «A corto plazo, no es descabellado esperar un aumento del 25 por ciento en la duración de la vida del perro y un aumento mayor en su calidad de vida».

¿Y qué puedo hacer desde ahora para que mi perro viva el mayor tiempo posible? Pacientemente enumera: centrarse en que los perros no tengan sobrepeso, que hagan mucho ejercicio, tengan un buen cuidado bucal, estén al día con las vacunas y se sometan a chequeos anuales.

El doctor Kaeberlein está lejos de ser un iluso 'inmortalista': «Tanta hipérbole y tonterías llegan a los medios de comunicación, pero la clave no es que vayamos a ser inmortales, ni nosotros ni nuestros perros, sino que existe una biología del envejecimiento. Y podemos modificar esa biología para mantener a los perros, y a las personas, más saludables durante más tiempo».


© The Telegraph Magazine


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