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La controvertida (y ancestral) caza del bisonte

El salvaje oeste

La controvertida (y ancestral) caza del bisonte

Matt Hamon

De los 30 millones que hubo en las praderas americanas, solo quedaron 23 ejemplares. Los protegieron y se multiplicaron. Ahora hay excedente. Por eso, los indios los cazan y un grupo de blancos los descuartiza y encurte a la manera del salvaje oeste.

Domingo, 23 de Abril 2017

Tiempo de lectura: 2 min

El canto del jefe de los yakamas resuena en el valle del río Yellowstone. Pide a los dioses que les concedan búfalos para alimentar a su pueblo. Sus ruegos son escuchados. Tras un risco aparece una madre bisonte con su cría. Se los distingue perfectamente a través de la mira telescópica. Surgen nuevos ejemplares. Pronto son ya 14. La manada sale a campo abierto.

Solo los indios tienen permiso para disparar. Más tarde, cuando llegue el momento de descuartizar a los animales, contarán con la ayuda de un grupo de rostros pálidos. Todos los años se reúnen durante la temporada de caza para aprovechar la carne y la piel de los bisontes abatidos. Se hacen llamar Buffalo Bridge.

Tras años de disputas entre ecologistas y ganaderos se acordó que en Yellowstone vivieran 3000 bisontes. Si hay mas los cazan

En 2006 se volvió a permitir la caza del bisonte. La autorización es exclusiva para las tribus que vivían originariamente en Yellowstone, antes de que los colonos blancos y los soldados los expulsaran y arrinconaran en sus reservas.

La caza del bisonte es un asunto muy controvertido. Tras años de desavenencias y discusiones, finalmente las autoridades del parque, los estados limítrofes y los ganaderos firmaron un acuerdo por el que se permitía que pastaran en la reserva hasta 3000 búfalos, aunque la cifra actual ya excede el límite en dos millares. Estas cacerías se ocupan de reducir el excedente.