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40 años del gran timo del siglo XX Konrad Kujau Las increíbles andanzas del autor de los diarios de Hitler

Un timador con ínfulas artísticas vendió a prestigiosos medios de comunicación los diarios de Hitler. Ahora, cuando se cumplen cuarenta años de aquel escándalo, se pueden consultar de manera digital.

Viernes, 02 de Junio 2023

Tiempo de lectura: 3 min

Ya acumulaba un largo historial de pequeños crímenes: robos, una pelea, falsificación de vales de comida… En los setenta, Konrad Kujau –alemán nacido en 1938– decidió explotar sus dotes artísticas para dar un salto en sus negocios delictivos. Vio un filón en los recuerdos nazis, compró los que pudo en Alemania Oriental para venderlos y se inventó sin pudor lo que le faltaba.

Falsificó cuadros que, según él, eran obra de Hitler; a menudo escribía notas a mano, supuestamente del Führer, para incrementar su valor. También escribió –sobre hojas envejecidas con té– apuntes de Goebbels o Himmler. Hasta que dio el paso definitivo: aprendió a escribir con la letra gótica que usaba Hitler y redactó un tomo de los diarios de Hitler.

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El timador Konrad Kujau (en la apertura) y el periodista Gerd Heidemann con los supuestos diarios de Hitler. Ambos fueron condenados. Tras la cárcel, Kujau gozó de popularidad, hizo una película y grabó con una banda de rock.

Estos manuscritos fueron los protagonistas de uno de los mayores fraudes del siglo XX. Kujau se los enseñó a un coleccionista y cliente habitual, quien a su vez se los mostró a Gerd Heidemann, periodista de la revista Stern. Mordió el anzuelo. Kujau le mostró un tomo con cubierta de piel negra y unas iniciales doradas grabadas: FH. En su interior, un texto en casi ininteligible letra gótica, con sus supuestas notas privadas desde enero hasta junio de 1935. Habría decenas de tomos más, escritos entre 1932 y 1945.

Heidemann contactó con el propietario de los diarios: Peter Fischer, que no era otro que Konrad Kujau. Le dijo que Stern ofrecía dos millones de marcos por su publicación. Y respetaría su anonimato. Aceptó, pero la entrega se haría a plazos: llevaría meses traerlos de contrabando desde Alemania Oriental. En realidad necesitaba tiempo para escribirlos.

La verdad salió a la luz el 25 de abril de 1983. En unas horas quedó demostrada la falsedad de los diarios

Esta turbia historia afectó a la credibilidad de Stern o The Sunday Times y del reconocido historiador Hugh Trevor-Roper, quien avaló la veracidad de los documentos con una falta de rigor que quedaría en evidencia: había trazas de tejidos sintéticos no disponibles en tiempos de Hitler, incluso plástico en alguna de las iniciales grabadas en la portada… La verdad salió a la luz el 25 de abril de 1983. En unas horas quedó demostrada la falsedad de los diarios.

'Stern' pagó dos millones de marcos por la publicación de los falsos diarios

Kujau, que confesó todo en una carta escrita con la caligrafía empleada en los diarios, fue condenado a más de cuatro años de prisión. El periodista Gerd Heidemann afirmó haber sido víctima de una estafa, pero fue acusado de robar 1,7 millones de marcos. Se lo acusó también de haber montado todo para blanquear a Hitler, que salía bastante bien parado de los textos.

Con el paso del tiempo, Kujau fue el que mejor parado salió. Tras pasar por la cárcel, gozó de popularidad, fue entrevistado en televisión, actuó en una película y grabó con una banda de rock. Falleció en el año 2000.


Pero... ¿escribió Hitler sus diarios?

A Hitler no le gustaba escribir a mano. Prácticamente no lo hizo desde 1933. Y no hay ningún documento o testimonio de la época que sugiera que mantuviese ningún diario personal. Pero sí hay un episodio que sirvió para hacer volar la imaginación del falsificador y, de paso, dar veracidad a su fraudulenta narrativa. El 21 de abril, pocos días antes de que Hitler se quitara la vida, hubo un accidente aéreo en una pequeña localidad de Alemania del Este. A bordo del avión accidentado viajaba Wilhelm Arndt, ayuda de cámara del dictador.

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«¡Le confié documentos extremadamente valiosos que mostrarían a la posterioridad la verdad de mis acciones!», habría dicho Hitler al conocer la noticia. Y esos documentos habrían sido encontrados por la población local, que arrambló con varios objetos antes de que se acordonara la zona. Nunca se supo de qué documentos se trataba… Y Kujau encontró el filón que le servía para armar su historia. Ahora, la televisión pública alemana NDR ha digitalizado y publicado los falsos diarios, accesibles en su página web.