Borrar

Misiones espaciales A la caza del objeto misterioso

alternative text

La inteligencia artificial y los nuevos telescopios están permitiendo localizar objetos nunca vistos en el universo: desde galaxias rectangulares a estrellas intermitentes o cuerpos tan sugerentes como el Oumuamua. Su singularidad ha lanzado a científicos de todo el mundo a desarrollar increíbles expediciones para alcanzarlos... Así es esta nueva carrera espacial.

Domingo, 06 de Marzo 2022

Tiempo de lectura: 9 min

Siga a ese... lo que sea! La carrera más veloz y larga de la historia comenzará en 2028. Será una persecución con dos participantes. Hará de liebre Oumuamua, un misterioso objeto interestelar que se aleja de la Tierra a 93.000 kilómetros por hora. Intentará cazarlo

Siga a ese... lo que sea! La carrera más veloz y larga de la historia comenzará en 2028. Será una persecución con dos participantes. Hará de liebre Oumuamua, un misterioso objeto interestelar que se aleja de la Tierra a 93.000 kilómetros por hora. Intentará cazarlo una nave espacial no tripulada. Se trata de una especie de velero que aprovecha los vientos solares y se ayuda de un motor impulsado por láser, y que hará una maniobra nunca antes intentada en torno a Júpiter para aprovechar su tirón gravitatorio y dar un acelerón hasta alcanzar los 252.000 kilómetros por hora. Debería llegar a Oumuamua en 2050 o 2054, después de recorrer unos 50.000 millones de kilómetros.

Es el Proyecto Lyra. Lo ha diseñado la Iniciativa de Estudios Interestelares (i4is), un equipo de astrónomos, físicos e ingenieros con sede en Reino Unido. Costaría 780 millones de dólares, barato en comparación con los 10.000 millones gastados en el telescopio espacial James Webb. La hazaña sería posible gracias a una maniobra de Oberth. Para entendernos, la nave utilizaría la gravedad de la propia Tierra, a la que orbitaría dos veces; rebotaría en el campo gravitatorio de Venus y haría un tirabuzón en el de Júpiter para salir catapultada hacia el espacio profundo como una bola en una máquina de pinball. Es un concepto tan radical que, si se lleva a cabo, revolucionará los viajes espaciales. Y no es el único. La Agencia Espacial Europea tiene una misión para interceptar cometas con el objetivo de salir al paso de nuevos objetos interestelares.

alternative text
Fenómenos que no deberían existir... pero existen. | 1. LA GALAXIA RECTANGULAR.

La mayoría de las galaxias son elípticas, de disco o irregulares. Pero Leda 074886 es rectangular. Es una galaxia enana que está a 70 millones de años luz. Y, según su descubridor, el australiano Alister Graham: «Es una de esas cosas que te hacen sonreír porque no debería existir». Los astrónomos especulan que pudo haberse formado por la colisión de dos galaxias espirales y que las estrellas que ya existían se distribuyeron formando un diamante. La Vía Láctea podría acabar así cuando choque con Andrómeda dentro de 3000 millones de años.


¿Pero qué se nos ha perdido en Oumuamua? Puede que nada. O puede que en su helada superficie esté la respuesta al enigma más grande del universo: ¿hay vida ahí fuera? El proyecto Lyra ilustra el creciente y renovado interés por conocer si estamos solos o acompañados en la galaxia. Un interés que ha sido estimulado recientemente por un hecho sin parangón en los anales astronómicos. Cada vez se detectan más objetos raros en el cosmos. Una razón es que cada vez hay más y mejores telescopios. Otra es que la inteligencia artificial y la ciencia de datos permiten ahora analizar las observaciones y detectar patrones que antes pasaban inadvertidos. Y Oumuamua, si no es el más raro, es el que más revuelo ha levantado.

alternative text
Fenómenos que no deberían existir... pero existen. | 2. LA ESTRELLA INTERMITENTE.

La estrella variable KIC 8462852 emite unas extrañas fluctuaciones de luz. La Royal Astronomical Society anunció hace cuatro años que el oscurecimiento de su brillo se debía al tránsito de varios objetos, uno de los cuales parecía ser una estructura gigantesca. ¿De origen artificial? Algunos astrónomos piensan que podría ser una megaestructura producida por civilizaciones alienígenas, como las  llamadas 'esferas de Dyson'. Tabetha Boyajian, su descubridora, prefiere pensar que fue un enjambre de pequeños asteroides...


Vino, la lio... y se fue, dejando a los astrónomos con la miel en los labios. Su presencia la captó el telescopio Pan-STARRS, de la Universidad de Hawái, aunque no se le ha podido hacer ninguna foto. Fue el 19 de octubre de 2017. Los científicos estiman que se trata de un objeto con forma de calabacín de unos 230 metros de largo, 35 de ancho y 35 de grosor; las dimensiones de un rascacielos. Fue bautizado Oumuamua, que en hawaiano significa 'el mensajero que viene de lejos'. ¿Pero cuál es el mensaje? No dio tiempo a investigarlo. Pasó a 30 millones de kilómetros de la Tierra y se aleja para no volver, dejando en su estela un sinfín de preguntas sin respuesta. Se pensó que era un asteroide; luego, un cometa, aunque sin cola... Más tarde, un extraño iceberg de gas congelado. Hasta que el astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, dejó caer que podía tratarse de una nave alienígena impulsada por la radiación solar. Puede que a la deriva... Y se formó un tumulto mediático y académico nunca visto.

alternative text
Fenómenos que no deberían existir... pero existen. | 3. EL ASTEROIDE TROYANO.

Un equipo liderado por el físico español Toni Santana Ros, de la Universidad de Alicante, ha confirmado la existencia de un asteroide troyano a remolque de la gravedad terrestre. (Los asteroides que ocupan órbitas fijas, semejantes a las de los satélites, reciben nombres de personajes de la guerra de Troya). El estudio, publicado por Nature, detalla que el objeto tiene algo más de un kilómetro de diámetro y podría ser utilizado como una base espacial intermedia, de descanso y avituallamiento, en la exploración del sistema solar.


No solo se sigue discutiendo qué es, también de dónde viene. No es del sistema solar, eso seguro, al que habría llegado allá por el siglo XIX. Quizá procede de la constelación de Lira, a 25 años luz, reconocible en las noches de verano porque alberga la segunda estrella más brillante en el cielo del hemisferio norte: Vega. Loeb dice que ya es tarde para alcanzarlo y que hemos perdido una oportunidad única. Pero los promotores del proyecto Lyra le han replicado que no tiene experiencia como diseñador de misiones espaciales. Y han sembrado una sombra de duda sobre sus motivaciones: Loeb es asesor de una iniciativa de la competencia, Breakthrough Starshot ('Disparo Estelar'), financiada por el magnate ruso-israelí Yuri Milner, que pretende desarrollar una flota de micronaves espaciales impulsadas con velas solares para viajar a Alfa Centauri, la estrella más cercana al sistema solar (a poco más de 4 años luz). Se tardarían entre 20 y 30 años. Y durante el viaje se sobrevolaría el planeta Próxima Centauri B, similar a la Tierra y ubicado en la zona habitable de su estrella.

alternative text
Fenómenos que no deberían existir... pero existen. | 4. EL EXOPLANETA INFERNAL.

Aunque los astrónomos suelen buscar exoplanetas con la esperanza de que sean habitables, este no tiene pinta... Se llama TOI-2109b, es gigantesco y pertenece a la categoría llamada 'Júpiter calientes'. Y a fe que lo es. Está tan cerca de su estrella, apenas dos millones de kilómetros (Mercurio y el Sol están separados 58 millones de kilómetros), que las temperaturas rondan los 3200 grados centígrados. Y tiene la órbita más corta conocida hasta la fecha: los años solo duran 16 horas.


Lo cierto es que los descubrimientos sensacionales se suceden a un ritmo frenético. El último, publicado en enero por Nature, es un pulso de radio que iba y venía cada 18 minutos y 18 segundos. Pasó inadvertido hasta que un equipo de astrónomos australianos examinó los datos del radiotelescopio Murchison Widefield Array y vio unos extraños brillos, parecidos a los destellos de un faro, que se sucedieron a intervalos regulares durante tres meses. Luego desaparecieron. «El brillo era de locura, realmente extremo. Nunca hubiéramos esperado encontrar nada tan brillante. No conocemos mecanismos celestes que puedan producirlo. Me preocupaba que fuesen alienígenas. Pero los pulsos llegan a través de una amplia gama de frecuencias. Y suponemos que debe de ser a causa de un proceso natural, no por una señal artificial», explica Natasha Hurley-Walker, la descubridora. Tal vez se trate de una estrella de neutrones con un campo magnético muy fuerte que sufrió algún tipo de turbulencia.

El SETI está elaborando una lista de objetos astronómicos raros, anómalos e inexplicables. Se denomina 'Exotica Catalog' y lleva compilados unos 800

El Instituto Smithsonian recuerda que, desde que los babilonios empezaron a mirar al cielo con curiosidad científica, ha existido la tentación de ver la obra de vida inteligente cuando no había otra explicación a mano. «Cuando los púlsares (estrellas de neutrones que emiten radiaciones periódicas) fueron descubiertos en los años sesenta, los astrónomos de Cambridge los bautizaron LGM, por little green men ('hombrecitos verdes')», explica Seth Shostak, director del Instituto SETI, de la Universidad de California en Berkeley, que rastrea el cosmos en busca de señales de vida. Fue fundado en la década de los ochenta por iniciativa de Carl Sagan, aunque se remonta a la década de los sesenta. SETI ha evolucionado con el tiempo. Por un lado, se ha centrado en la búsqueda de biofirmas: la presencia de carbono –que delata la fotosíntesis–, de oxígeno o de metano en exoplanetas similares a la Tierra.

Por el otro, la captación de tecnofirmas, tradicionalmente señales de radio y ahora también pulsos de láser. No ha tenido éxito hasta la fecha. Pero recientemente ha ampliado su estrategia. «Vale la pena no hacer solo lo que se hace desde hace 60 años, sino vigilar objetos muy inusuales. El universo lleva existiendo tres veces más tiempo que la Tierra, así que puede haber aliens que llevan viviendo millones o miles de millones de años. ¿Qué habrán podido construir? Quizá una obra de ingeniería sobre su estrella para extraer toda su energía», especula Shostak. Por ejemplo, si una civilización pudiera optimizar su estrella mediante una megaestructura de paneles gigantes, lo que se conoce como una 'esfera de Dyson', esa estrella tendría un brillo extraordinario que podría detectarse en el espectro de los infrarrojos.

¿Dónde está todo el mundo?

La NASA toma el asunto muy en serio y financia el último proyecto de SETI, liderado por Andrew Siemion, que está elaborando una lista de objetos astronómicos raros, anómalos e inexplicables. Se denomina Exotica catalog y lleva compilados unos 800, desde planetas superhinchados a asteroides o cometas interestelares, como quizá sea Oumuamua, que fue rebautizado 1I/Oumuamua por ser el primero de su clase, aunque ya no es el único desde el descubrimiento de 2I/Borisov.

Los hallazgos sensacionales se suceden a ritmo frenético. El último, un pulso de radio, como los destellos de un faro. «El brillo era de locura, extremo. No conocemos mecanismos celestes que puedan producirlo»

Los escépticos recuerdan que, en 1950, Enrico Fermi formuló su célebre paradoja durante un almuerzo en el laboratorio de Los Álamos: la Vía Láctea tiene unos 200.000 millones de estrellas, muchas con planetas en la zona habitable. Si en la Tierra surgió vida cuando las condiciones fueron adecuadas, lo mismo debió de ocurrir en millones de planetas, y no ahora, sino hace miles de millones de años; para una civilización avanzada, colonizar la galaxia llevaría apenas unos millones de años. Así que los extraterrestres ya deberían pasearse por estos lares. «Si fuera así, ¿dónde está todo el mundo?», se preguntó Fermi. Pero otros ven el vaso medio lleno. La tecnología para cazar a Oumuamua o alcanzar Alfa Centauri puede que no sirva para encontrar vida, pero puede servir para acelerar el viaje a Marte, que pasaría de los seis meses actuales a solo 45 días, lo que limitaría la radiación a la que se verían expuestos los futuros colonos. La NASA, China y Elon Musk planean alcanzar el planeta rojo durante la próxima década. Además, esa tecnología también puede salvarnos la vida, pues serviría para enviar una nave al encuentro de un asteroide en rumbo de colisión con nuestro planeta.


Tres hombres a la caza de extraterrestres