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Ya no se ven rastas por las calles como cuando estrenamos siglo. Entonces, Lenny Kravitz llevaba bastante tiempo agitándolas en sus conciertos y Melendi empezaba a asomarlas en la escena española. Pero hoy son pocos los que se atreven con este original peinado característico de ... los rastafaris y formado por cabello enredado y entretejido. Por aquel entonces entraba en la veintena Dann Hoyos, guitarrista y cantante de Getxo (Bizkaia) en las bandas The Space Octopus y Rise To Fall, entre otras, licenciado 'cum laude' en el Berklee College of Music (EEUU) y profesor de guitarra en la academia bilbaína Muzzik:«En esa época, lo que más quería era mover la melena, pero tenía el pelo rizado y afro y era imposible. Una amiga me sugirió lo de las rastas y me pareció buena idea, así que me las hicieron entre dos amigos y celebré mi 20 cumpleños así».
Dos décadas después, sigue con ellas: «En un concierto se me engancharon entre la mano y el mástil de la guitarra y no podía tocar. En ese momento decidí no dejarlas crecer más allá de la cintura». No le importa si son tendencia o no:«No me interesa, pero alivia el que no estén todo el rato por detrás juzgando si las llevas por moda o no». Tampoco pretende que le otorguen determinada imagen: «No me importa mucho la imagen que parece que puedan dar, sino la que me apetece tener a mí conmigo mismo. Hay gente a la que le gustan, otros a los que les repelen... Y luego está mi abuela, que me decía que así tenía ella el pelo de pequeña, con tirabuzones».
Hay gente con ideas equívocas sobre este peinado, muchas veces por ignorancia, otras por resultar insultante. Sucedió con la diputada Celia Villalobos (PP) y su colega en el Congreso Alberto Rodríguez (Podemos): «Con que las lleven limpias, para que no me peguen un piojo, me parece perfecto», dijo ella. «Entiendo que se utilizó la imagen para emitir un juicio de la persona, y eso pasa con rastas y sin ellas», opina Dann.
El guitarrista desvela que el mayor problema es el secado: «Tarda un montón, pero por lo demás no tengo ningún cuidado especial. Me lavo como todo el mundo, con jabón, y de vez en cuando le pego una repasada para definir la raíz. Para dormir, sencillamente me olvido de que las tengo». Aunque de cuando en cuando necesitan un retoque: «Me las arregla un amigo con una técnica en la que usa una aguja de ganchillo pequeñita, con la que va metiendo los pelos, que se van soltando dentro de la rasta».
Rubén es el responsable de Rasta Crew Madrid, centro especializado en este tipo de peinado que él mismo luce. Se decidió a abrirlo tras muchos años de arreglar los 'dreadlocks' –así se llaman también– a sus amigos. ¿Cómo se hacen? «En mi caso, de forma natural. Primero entrelazo el 'dread' (el mechón que luego será la rasta) pasándolo por la raíz en diferentes sentidos cada vez. Y luego meto los pelos dentro a la vez que endurezco pinchando desde las raíces a las puntas con una aguja. Esta técnica obtiene los mejores resultados, aunque hay que trabajar mucho las rastas para que queden perfectas». Pueden crearse con el propio pelo o con extensiones.
¿Cómo es el mantenimiento? «Lo más importante es tener cuidados casi diarios, y que cuantos más arreglos hagas, más bonitas las tendrás. Si es la primera vez que te 'enrastas' la cabeza aconsejo que el primer mes sea un arreglo diario». Para ello, se necesita una aguja de ganchillo de 10 milímetros que se compra en una mercería. «Nadie nace sabiendo, pero cuanto más practiques, más rápido y mejor arreglarás tus 'dreads'», explica el peluquero en su web. Después del primer mes, los arreglos serán más espaciados, cada dos o tres días, «hasta que estén bien formadas, lo que puede tardar seis meses, pero luego solo habrá que arreglar el pelo que va creciendo desde la raíz, cada mes o mes y medio, depende de cada uno».
Asegura que mucha gente le pregunta si se lavan: «Es algo común. Yo aconsejo que, si las acabas de hacer, no las limpies en el mayor tiempo posible, pero si no aguantas, adelante. Una vez formadas, ya decides tú cada cuánto tiempo las lavas». Recomienda usar una esponja y echar champú tras haber mojado los 'dreadlocks' y masajeado el cuero cabelludo. «Empieza a escurrir la esponja sobre tu cabeza. Esa espuma no penetrará en tus 'dreads', ya que no frotas. Poco a poco masajea el cuero cabelludo mientras aclaras con agua». Él usa secador, alejado un poco más de lo habitual, «y con mucha paciencia voy secando, si es invierno. En verano, al sol». Aconseja no meterlas en gorras, turbantes... porque podrían oler a humedad. ¿Y si uno se cansa? No hace falta rapar; «es costosísimo, pero se pueden deshacer».
¿Se imagina Dann Hoyos sin sus elegantes rastas? «Alguna vez pensé que ya estaba bien, y que me apetecería volver a mi pelo natural rizado, pero llevo tantos años así que me vería hasta raro yo mismo». También suelen preguntarle si se las dejará hasta «cuando sea viejito. Y respondo que si llego ya se lo diré, pero si no es así, será de otra forma. Las tengo tan asociadas a mi personalidad que, a menos que cambie de opinión, allí seguirán». Es de suponer que su peinado da para muchas anécdotas... «Hace mil años vino Melendi a tocar a Bilbao. Pues andaba yo por la calle con las rastitas, porque entonces las llevaba más cortas, y escucho a unas chavalas adolescentes decir: 'Que sí, que sí, que es él'. Y de repente me preguntan si era Melendi... Les dije: 'Claro que soy, ¿queréis un autógrafo? Y se lo di».
100-160 euros es la horquilla en la que se mueven los precios por hacer un peinado con rastas, dependiendo de si son finas o más gruesas y de la longitud de las mismas.
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