¿Por qué enero es el mes con más infidelidades?

¿Y por qué enero, un mes tan tan soso? ¿No serían más lógicas unas pasiones tórridas de verano, 'affaires' alegres y primaverales, románticas aventuras otoñales? Pues no, parece que los escenarios que favorecen los cuernos son otros. «En enero las personas vienen de días intensos de 'sobredosis' familiares… Algo que también ocurre, en menor medida, en septiembre, tras las vacaciones. Las parejas han pasado demasiado tiempo juntas, lo que, si no está bien gestionado, puede acabar afectando a su relación...», afirma Rúbies, quien dice que este mes es deprimente y muy dado a nostalgias... «y, como se hacen balances, se crean nuevos objetivos y esto puede llevar a la gente a replantearse muy seriamente la relación de pareja que tiene y si es lo que quiere».

Para explicar el subidón de aventuras en enero, Gleeden –con 12 millones de usuarios– ha preguntado a sus infieles por sus motivos y el 36% confirma que es una vía de escape para olvidar las tensiones acumuladas durante las navidades, mientras que un 28% admite que la vuelta a la rutina les ha hecho querer reavivar el deseo de novedad y cambio. Por otro lado, existe un 23% que afirma que el inicio de año propicia la introspección y les ha hecho preguntarse si se estaban perdiendo algo (sexualmente hablando)... «Y esto empuja a muchos a explorar nuevos horizontes», sentencia la experta. ¿Son justificaciones muy traídas por los pelos? Pues las hay más marcianas: un 18% hace referencia a la tristeza del mes de enero, con sus días cortos y fríos, que es lo que les lleva a buscar consuelo fuera de casa, y un 14% 'culpa' a las redes sociales (je, je, se las puede responsabilizar de casi todo) «porque las vidas idealizadas que vemos en ellas pueden amplificar las comparaciones y despertar deseos de evasión o de cambio».

Recuperar el control

Sin ánimo de hacer apología de la infidelidad (ni de todo lo contrario), lo cierto es que la explicación del aumento de relaciones clandestinas en el mes de enero tiene causas que van más allá de las ganas de darse una alegría al cuerpo. «Muchas veces, la infidelidad puede verse como una forma de recuperar el control sobre la propia vida, de dejar de ponerse en un segundo plano», desvela la experta. Es decir, a menudo no es cuestión de sexo. Al menos, no solo de sexo.

Cambios, pero no tantos

Según un estudio de Ashley Madison, «plataforma discreta» de líos clandestinos, las actitudes hacia la infidelidad están cambiando, especialmente en un contexto donde solo el 51% de los españoles se identifica como completamente monógamo. Eso sí, las conclusiones de la investigación destacan diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a cómo viven, perciben y son juzgados por la infidelidad. «Las mujeres siguen soportando un juicio social más severo que los hombres», indican desde este portal de citas, que ha publicado este mes su tradicional 'ranking' invernal de las 20 ciudades más infieles de España («el frío no solo despierta la afición por las mantas y las bebidas calientes, sino que también trae consigo la búsqueda de aventuras extramatrimoniales», sostienen).

¿Y dónde se han producido más «conexiones clandestinas»? «Burgos lidera el 'ranking' como la gran revelación de esta edición, seguida de Girona, que asciende al segundo lugar, y Lugo, que irrumpe con fuerza en el podio por primera vez», resumen los responsables del estudio. Este análisis, elaborado a partir de las nuevas inscripciones a la plataforma en relación con los datos de población de los diferentes municipios, revela que este año ganan protagonismo como epicentros de infidelidad las localidades medianas. Llama la atención que las grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia hayan perdido 'punch' hasta bajar varios puestos en el ranking, mientras que otras como A Coruña han experimentado un subidón espectacular.

Otra curiosidad que se desprende del estudio: con ocho ciudades en el 'ranking' de 20 (Girona, Manresa, Barcelona, Tarragona, Lleida, Mataró, Terrassa y Reus), Cataluña se reafirma una vez más como la comunidad más activa en relaciones extramaritales. Christoph Kraemer, Director General en Europa de Ashley Madison, cree que es por «la diversidad cultural que hay y la aceptación de estilos de vida alternativos, que permiten que las personas se sientan más libres para buscar nuevas experiencias».