![¿Sabes cuánta información de ti mismo desvelas al utilizar tu móvil?](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/12/media/cortadas/seguridad_601-k3Z-U18031736065gQD-624x385@RC.jpg)
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SARA BORONDO
Martes, 13 de septiembre 2022, 00:10
Con la conexión a Internet, los móviles se han convertido en ventanas desde las que poder ver el mundo, pero por esa 'ventana' también desvelamos mucho de nosotros. Más de lo que creemos, más de lo que querríamos. Nadie debería conocer nuestra clave para entrar ... en la 'app' del banco o las contraseñas del correo electrónico y de nuestras redes sociales. Pero, al teclearlas en nuestro teléfono estamos dando una vía de acceso a los ciberdelincuentes.
Ojo, que no es lo único que hay que vigilar. Existe mucha información que puede parecer inofensiva y, sin embargo, tiene valor para ciertas empresas, que la recogen y luego la utilizan para enviar publicidad o para conocer los hábitos de vida de una persona... y hasta su salud.
¿En qué momento estamos facilitando todos esos datos? Pues al instalar aplicaciones, por ejemplo. Al descargarlas, es habitual que pidan el acceso a algunas de las funciones del teléfono como la localización, el micrófono, el almacenamiento, los contactos o la cámara. Casi siempre es necesario conceder ese permiso para poder disfrutar de los servicios que ofrece la 'app'. Pero, ¿es realmente necesario que para instalar un videojuego y que funcione haya que dar acceso a los contactos del móvil, por ejemplo? ¿O es solo un gancho para conseguir el acceso a todas esas direcciones y teléfonos y luego venderlas a otras empresas? A propósito de los videojuegos: los desarrolladores de estos juegos para móviles recogen la información de todo lo que hace el jugador y la utilizan para tratar de que pase más horas enganchado y resulte, así, más rentable. Esta información es tan precisa que permite calcular, utilizando big data, cuántos días estará jugando alguien y qué artículos va a comprar y en qué momento.
La localización es una de las cuestiones más 'cotizadas' entre este maremagnum de datos que desvelamos de nosotros sin saberlo muchas veces. Tiene sentido que la soliciten las aplicaciones que utilizan mapas para informar al usuario. Pero cuando damos acceso a nuestra localización estamos dejando la puerta abierta para que sepan dónde hemos estado, cuánto tiempo hemos pasado en cada sitio, qué tiendas hemos visitado, si tenemos hábitos sedentarios o si nos movemos andando o corriendo...
Más ejemplos: si una 'app' tiene el control del micrófono, puede activarlo en cualquier momento y escuchar la conversación. Lo que explica por qué, a veces, aparece publicidad de un tema del que el propietario del teléfono acaba de hablar con otra persona en la misma habitación en la que está el dispositivo. Y algo parecido puede decirse de la cámara: puede grabar vídeos o tomar fotos o acceder a las que hay en el teléfono si también tiene permiso al almacenamiento.
Que conste que todo esto es legal porque el usuario ha concedido ese permiso. Cuestión aparte es que realmente sepamos cuánta información estamos compartiendo y qué implica.
Actualmente, el principal valor de todos esos datos para las empresas es encontrar la manera de vender a los usuarios sus productos. Pero en el futuro esa información podría servir, por ejemplo, para denegar una hipoteca a una persona que tenga descargada una 'app' de control de gastos que revele que apenas llega a final de mes o para que nos pongan dificultades para contratar un seguro de vida si nuestra aplicación de salud desvela que tenemos una vida sendataria, sufrimos obesidad, etc.
La buena noticia de todo esto es que se puede saber fácilmente qué tipo de información recoge cada 'app'. De hecho, es un trámite que lleva apenas unos instantes: hay que entrar en su ficha en la tienda Google Play y pulsar en el apartado 'seguridad de los datos'. Allí se especifica qué parte de recoge el desarrollador y si es posible que los venda a terceras empresas.
Y para saber a qué información tiene acceso cada aplicación que hay instalada el móvil hay que entrar en 'ajustes' y luego en 'privacidad' o 'permisos de aplicaciones' y, ahí, ir mirando qué 'apps' tienen acceso al micrófono, la cámara, el almacenamiento, la actividad física, el calendario... La recomendación es quitar ese privilegio a toda aquella aplicación en la que no sea imprescindible. Otra opción, más radical, es desactivar, por ejemplo, la ubicación para que no la tenga ninguna 'app', pero hay que tener que cuenta que, si lo hacemos, no funcionarán bien aquellas que utilicen mapas, por ejemplo.
Además del peligro de dar acceso a la información que está en el teléfono, está aquella que se almacena en los servidores y se transmite entre estos y el teléfono sin estar encriptada. Sobre todo si es a través de una wifi gratuita de las que exigen escribir el correo electrónico para acceder a Internet, ya que el administrador puede ver no solo esa dirección que ha escrito la persona, sino también la información que se transmite durante la conexión. ¿Qué hacer en estos casos? Si no nos queda más remedio que conectarnos, conviene utilizar una VPN porque así se cifran los datos entre el router y el teléfono y, si alguien los intercepta, no puede usar esa información. Hay navegadores gratuitos que incluyen VPN integrado como Epic Privacy, Opera o Tor Browser y también los antivirus pueden ofrecer esta opción.
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