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sara borondo
Martes, 6 de septiembre 2022, 00:05
Los teléfonos móviles comenzaron a popularizarse hace 25 años, pero los aparatos de entonces poco tienen que ver con los de ahora. Su tremendo desarrollo y la mejora de la tecnología aplicada han dejado en anécdota muchas de aquellas cosas que nos tomábamos tan al ... pie de la letra al principio: mete el móvil rápidamente en arroz si se te cae al agua, no hables nunca por el teléfono mientras se está cargando, no lo pongas a cargar si la batería aún no se ha acabado del todo, que luego te dura menos... Nada de esto es así ya. De hecho, algunas de estas cosas nunca lo fueron, aunque todavía nos queden dudas...
Ese efecto, que consistía en que poner a cargar el teléfono cuando todavía tenía carga reducía la capacidad de la batería poco a poco, forma parte del pasado, de cuando las baterías eran de níquel-cadmio o de hidruro metálico de níquel. Las actuales son de iones de litio o de polímeros de litio y casi no tienen efecto memoria, incluso puede que si se descargan del todo no se puedan cargar bien, así que, si queda poca batería, es recomendable apagarlo y no encenderlo hasta que se cargue un poco.
Cuando el fabricante recomienda usar solamente sus cargadores oficiales es —aparte de por cuestiones de marketing— porque es posible que utilicen alguna tecnología propia en lugar de estándares de carga universales y esto supone que podría haber problemas, como que se reduzca la vida de la batería o, en el mejor de los casos, que no se cargue rápido.
La mayoría de los móviles actuales tiene cierta protección contra el agua, pero pocos soportan que se sumerja el dispositivo del todo. La creencia popular dicta que si se introduce el teléfono en una bolsa cubierto de arroz no se estropeará, al absorber toda la humedad, pero no es así, e incluso el arroz podría empeorar las cosas si algún grano entra en un puerto. El arroz no elimina el agua con la suficiente eficacia ni rapidez como para evitar los daños. Por cierto, usar el horno o un secador, remedios domésticos que han tenido cierto predicamento, tampoco funciona.
Puede parecer que si hay muchas aplicaciones abiertas a la vez se consumen demasiados recursos del sistema y se ralentiza el teléfono. Pero tanto Android como iOS establecen límites a las aplicaciones que funcionan en segundo plano, de manera que cuando se necesite liberar memoria, el móvil lo hará cerrando esas 'apps' sin que el usuario deba preocuparse.
Cuando salieron al mercado los primeros modelos de teléfono móvil había mucho miedo a las sobrecargas, ya que por entonces sí se podía dañar la batería. Pero ahora que se fabrican con otros materiales no sucede nada si el cargador se queda conectado toda la noche (a menos que el modelo sea defectuoso, claro). De hecho, los smartphones actuales dejan de cargar cuando la batería ya está completa e incluso activan la carga lenta. Eso sí, es mejor no colocar objetos encima del dispositivo, ya que podrían impedir o dificultar que se disipe el calor.
Mucha gente sigue creyendo firmemente que esto es así. Y sucede porque, al popularizarse los móviles, se pensaba que una hipotética chispa emitida por el teléfono podría causar una explosión si se combinaba con la inflamable gasolina. Se ha probado, se ha estudiado y no se ha registrado ningún accidente relacionado con esta circunstancia.
No, no existe ningún riesgo, al menos para la persona que está utilizando el móvil. Otra cosa bien distinta es que si utilizamos el teléfono para hablar y para jugar a la vez, por ejemplo, este pueda recalentarse porque se está haciendo uso intensivo. Y esto podría afectar a la duración de la batería.
Hace algunos años podía tener sentido el consejo de desactivar estas dos tecnologías para ahorrar batería. Pero las sucesivas versiones que se han creado de los móviles han mejorado mucho lo que respecta al consumo de energía del aparato y actualmente no consumen demasiada batería. En el caso de ir con la carga justa, se pueden quitar estas funciones, pero no se ganará demasiado tiempo.
Así se ha hecho durante mucho tiempo. Pero no es lo recomendable. Con las baterías actuales es mejor dejar la batería a la mitad de su capacidad (entre el 40% y el 50%) si no se va a utilizar el dispositivo durante las siguientes semanas e, incluso, durante unos meses.
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