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El baño de espuma será relajante. Pero ni es lo más higiénico, ni lo más ecológico, ni lo mejor para la piel. La adecuada limpieza del cuerpo pasa por darse una ducha rápida, templada y sin esponja. ¿Cuánto de rápida?, unos diez minutos. ¿Cómo de ... templada?, en torno a 32 grados. ¿Esponja o cepillo de crin? ¡Mejor con la mano!
Más dudas: ¿ducha diaria, sí o no? «Es la recomendación para la mayoría de la gente, pero dependerá de la actividad física que haga, del clima, de la edad... Un niño, por ejemplo, genera mucho menos sebo en la piel que un adulto. Así que si es invierno, no suda especialmente y no se mancha tampoco hace falta bañarlo todos los días; y en el caso de los bebés, puede hacerse cada dos días, aunque si les relaja y la piel esta sana no pasa nada porque se haga a diario. Lo que no es bueno es ducharse varias veces al día por sistema», advierte Javier del Boz, dermatólogo del Hospital Costa del Sol de Marbella y vicepresidente de la sección andaluza de la Academia Española de Dermatología.
El especialista orienta sobre la adecuada higiene del cuerpo. Y lo primero, dice, es renunciar a la bañera: «La ducha es más higiénica porque el agua va corriendo continuamente». Así, además, no nos da tiempo alterar demasiado la superficie cutánea, lo que tiene consecuencias más allá de que se nos arruguen los dedos de los pies y de las manos. «Cuanto menor sea el tiempo de exposición de la piel al agua menor afectación a la capa córnea y su manto ácido, que están situados en la capa más externa de la piel y cumplen funciones de protección». Cuando esta capa se daña tiene consecuencias en forma de «sequedad de la piel y formación de eccemas», además de que, 'rota' esta defensa de la piel, «es más fácil que los microorganismos penetren por su superficie».
Además de la exposición al agua durante mucho tiempo (por ejemplo, una hora en la bañera), el principal enemigo de este 'muro' protector son los jabones. En realidad, lo malo es el abuso del jabón porque usar, hay que usarlos: «Las zonas corporales con mayor densidad de glándulas sudoríparas como genitales, pies, axilas y manos sí requieren de un enjabonado diario, pero en el resto del cuerpo no hay que abusar», alerta el especialista.
– ¿Qué tipo de jabón hay que usar? Tenemos interiorizado eso del 'pH neutro'.
– Se recomiendan jabones que respeten el pH de la piel, pero debemos recordar que este pH no es neutro (pH de 7), sino algo ácido (5,5), por lo que los jabones deben, en lo posible, presentar un pH ligeramente ácido. Hay que cuidar que no contengan demasiadas sustancias químicas alergénicas o irritantes.
Un poco de jabón... y aplicado con la mano, preferiblemente: «El uso de esponjas o cepillos exfoliantes pueden irritar la piel y pueden favorecer infecciones cutáneas, al ser nichos para la proliferación de bacterias». Esta advertencia, aclara el experto, va especialmente dirigida a «atópicos o personas con predisposición a las infecciones cutáneas». El resto «puede usar esponja pero no es, desde luego, lo más higiénico», insiste.
Respecto a la temperatura del agua, Del Boz orienta: templada, aunque lo del calor y el frío es muy subjetivo. Así que le pedimos una referencia: «Unos 32 grados... Al menos, que no esté caliente. Lo cual favorece una mejor tonificación y una menor secreción de sebo. Además, el agua caliente puede ayudar al desarrollo de sequedad cutánea y picor».
En el caso de pieles especialmente sensibles, como la de las personas con dermatitis atópica, todas estas recomendaciones de no sobrepasar los diez minutos bajo el chorro, no poner el agua muy caliente y dosificar el jabón se convierten en norma, indica el dermatólogo Javier Del Boz. «Aquí una higiene correcta es fundamental para evitar una proliferación bacteriana excesiva (sobre todo de estafilococo dorado), que puede favorecer brotes de eccemas y sobreinfecciones de los mismos». Estas personas, insiste el especialista, deberán usar también jabones especiales: «Deben utilizar productos especialmente indicados para pieles sensibles, con sustancias suaves, de poco poder irritante o alergénico. Aquí se incluyen los 'syndets', también conocidos como 'jabón sin jabón' o aceites de baño específicos, que deben aplicarse con la mano directamente, aclarando luego bien». En el caso de que se formen costras, los médicos aconsejan «su retirada progresiva, de forma suave». Y una advertencia tras finalizar la ducha: «La piel debe secarse con toallas suaves, mediante 'toques', evitando frotar. Posteriormente, para minimizar la sequedad inducida por el contacto con el agua, se recomienda aplicar una crema emoliente», asesora Javier Del Boz.
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