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Si hay una batalla estética prácticamente perdida, esa es la que se libra contra la celulitis. Pero salvo casos extremadamente graves y que cursen incluso con dolor, estamos ante eso, una cuestión estética, no de salud. La llamada muy gráficamente 'piel de naranja' afecta a ... muchas mujeres (casi todas) y pocos hombres, suele aparecer en la piel de nalgas y muslos e incluso en el abdomen y otras partes. Y no, no va a desaparecer por mucha crema que nos echemos. Solo podemos aliviarla con una buena dieta, ejercicio, desterrando el tabaco y, en los casos más severos, con algunas intervenciones.
En femenino
«Pedirle a una mujer que no tenga celulitis es como pedirle a un hombre que no tenga barba. De hecho, la celulitis no se considera una patología, sino un proceso parafisiológico, es decir, algo normal en muchas mujeres en edad fértil», explica Ana Molina, médica especialista en dermatología en el Hospital Universitario Jiménez Díaz y conocida divulgadora. Confirma que la celulitis es una cuestión mayoritariamente femenina: afecta a más del 98% de las mujeres y al 10% de los hombres.
Cuestión hormonal
Surge tras la pubertad porque la causa más importante de su aparición es la hormonal. «Los estrógenos juegan un papel muy importante. Por eso, hasta que no se produce el desarrollo sexual no hay un nivel hormonal suficiente y no se manifiesta», completa Paloma Cornejo, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Y con la edad va a peor...
No es que nos estemos descuidando, es que «la piel alcanza su máximo espesor con 30 años y luego va progresivamente adelgazando y perdiendo su integridad estructural», explica la dermatóloga, directora médica de la Clínica Doctora Paloma Cornejo. «Con la edad, el tejido conectivo empieza a perder colágeno y fibras elásticas, lo que hace que las protusiones del tejido adiposo en la dermis acentúen el aspecto de la celulitis».
¿Se hereda?
«Existe una clara predisposición genética», asegura Paloma Cornejo. Pero ese es solo el primero de los factores que facilitan su aparición o la empeoran. La dermatóloga cita más: sedentarismo, sobrepeso, estrés, mala alimentación, factores hormonales (embarazo, menopausia, toma de anticonceptivos...) y hasta raciales (hay mayor incidencia en personas de raza blanca, especialmente de la zona Mediterránea, y negra y menor en la asiática), retención de líquidos, uso de ropa ajustada, consumo de alcohol... Y el tabaco. «Se ha demostrado que fumar debilita la formación de colágeno, que es el principal elemento estructural del tejido conectivo. Así, un tejido conectivo más débil favorece las protusiones grasas en la dermis».
¿Está ligada con el sobrepeso?
Sí y no. «No está directamente relacionada con el sobrepeso. De hecho, también afecta a las más delgadas. Pero sí es cierto que es más apreciable cuando se engorda», zanja el debate Paloma Cornejo.
Celulitis en brazos y hombros...
No es frecuente, pero podría instalarse casi en cualquier lado: brazos, hombros, pecho, región cervical. No obstante, lo habitual es que la concentración de grasa aparezca «principalmente en las 'pistoleras', cara interna de los muslos, zona abdominal, rodillas, tobillos...», explica la experta de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Y hace una precisión Ana Molina: «Las mujeres tenemos más porcentaje de grasa corporal, un 25% frente al 20% que tienen los hombres de media. Lo bueno es que tendemos a acumularla en la piel, a nivel subcutáneo, en muslos y caderas sobre todo. Mientras que ellos son más propensos a almacenarla en el vientre o alrededor de las vísceras, mucho más peligroso porque aumenta el riesgo cardiovascular». Riesgo que también se incrementa en las mujeres tras la menopausia por una razón precisamente relacionada con la distribución de la grasa. «Con la menopausia la producción de estrógenos disminuye, por lo que la grasa emigra de los muslos, glúteos y caderas a la cintura».
¿Tiene solución?
«Eliminarla por completo es muy difícil», pone el punto de partida la doctora Molina. «Lo más eficaz, sin duda, son los hábitos de vida saludable, llevar una buena alimentación, hacer deporte aeróbico y de fuerza y no fumar, aunque aún así se puede seguir teniendo celulitis». Al margen de las costumbres saludables, «se pueden realizar tratamientos en cabina como radiofrecuencia, ondas de choque, ultrasonidos, presoterapia, drenaje linfático... pero su efectividad no es muy alta». ¿Y los cosméticos anticelulíticos? «Pueden ayudar a suavizar la superficie de la piel pero no tienen efecto en la celulitis como tal». ¿Y la liposucción? «Puede mejorarla levemente en personas que tienen un exceso importante de grasa, pero no es la solución definitiva», insiste la experta.
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