![¿Autoconfianza para lograr lo que te propongas?](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202211/15/media/cortadas/oso984x601-k95H-U180717600471ItC-1248x770@RC.jpg)
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Isaac Asenjo
Madrid
Lunes, 28 de noviembre 2022, 00:11
La confianza en uno mismo nos da ese empuje para afrontar mejor los retos que nos plantea la vida: conseguir ese trabajo al que aspiramos, acabar la carrera para la que llevamos estudiando cuatro años, mejorar nuestras marcas en el deporte que practicamos , iniciarmos en ... un hobby nuevo... El problema es que hay gente que confía tanto en sus posibilidades que cree que sería capaz incluso de ganarle a un oso en un combate cuerpo a cuerpo. Así se lo preguntaban a los encuestados en un sondeo hecho hace poco en Estados Unidos. Y se toparon con personas tan seguras de sí mismas que hasta un 8% se veía capaz de vencer a un elefante o un león y un 6% se atrevía con el oso.
Lo de la encuesta es una anécdota, pero da pie para hablar de la autoconfianza como la 'gasolina' para llegar más lejos. «Es fundamental a la hora de lograr los objetivos que nos propongamos, pero siempre de forma realista y ajustada a nosotros mismos. Es importante tener un buen nivel de inteligencia emocional, que nos sirva para conocer y aceptar nuestras fortalezas pero también nuestras debilidades», advierte Alberto Ortega Maldonado, doctor en Psicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Autoconfianza sí, pero con unos límites (esta es una adventencia para los que se quieren ver cara a cara con un oso). Porque un exceso de seguridad puede llegar a ser patológico y la persona puede acabar desarrollando una personalidad narcisista, advierten los especialistas, que advierten del peligro de los excesos de confianza y los riesgos que tiene el optimismo desmesurado sobre nuestra salud física y psicológica. «Cuidado con los mensajes que nos dicen que todo es alcanzable y los eslóganes simpáticos, porque no es así y pueden hacer mucho daño. Confiar de forma realista en las propias capacidades es muy importante, del mismo modo que lo es tomar conciencia de las limitaciones propias y del entorno», reflexiona Olga Fernández-Velilla Lapuerta, psicóloga sanitaria y terapeuta familiar en el Instituto Psicológico Cláritas.
En un primer momento podría parecer que, cuando hablamos de autoconfianza, hablamos de autoestima y, pese a que tienen puntos en común, no son la misma cosa. «La autoestima tiene que ver con la valoración que hace una persona de sí misma, la manera de sentirse bien con lo que es, una personalidad con valores, fortalezas y debilidades», explica Carolina Vázquez Morocho, psicóloga sanitaria y consultora académica en Deusto Salud.
Sin confianza en nosotros mismos será muy difícil alcanzar los objetivos (los delimitados y palpables). Pero hay factores externos, ambientales y de otro tipo –entre ellos, el propio azar, que no podemos controlar– que tendrán un papel importante en la consecución de esos logros. «Las variables psicológicas que componen la consecución de un fin son el optimismo, la esperanza y la resiliencia, de ahí que trabajar la autoconfianza como 'habilidad blanda' resulte vital para nuestro desempeño», destaca Ortega, que ahonda en la necesidad de educar en las emociones, así como trabajar estas habilidades y competencias mediante ejercicios que promuevan nuestro autoconocimiento, sabiendo gestionar nuestros fallos y errores.
«En el deporte, un entrenador que no tenga autoconfianza es posible que no se apoye en su equipo para poder liderar el juego. Y, de esta manera, trasladará sin quererlo falta de motivación, lo que afectará de forma directa al desempeño del equipo», pone el ejemplo Carmen Rodríguez, directora del Área de Intervención Psicológica de Affor Health.
«¿Quién no ha hecho algo en su vida de lo que no se sentía capaz o con muchísimos nervios y poca confianza sobre si lograría tener éxito?», se pregunta Morocho. Y lo pregunta porque «muchas veces, nos dejamos guiar por lo que pensamos sobre una realidad y no lo intentamos siquiera», alerta. Y eso es como si estuviésemos perdiendo una oportunidad ya de entrada.
«El conocimiento que tienes de ti debe nacer de tu experiencia real, no de lo que digan tus pensamientos, de lo que diga el resto de las personas. Tampoco deben apoyarte en que nunca lo hiciste antes», subraya. Y pone un ejemplo Carmen Rodríguez: «Si una persona siente que no va a ser capaz de aprobar un examen, desde esta premisa es muy posible que, incluso de manera inconsciente, estudie menos de lo que debería, se entretenga con más facilidad, procrastine con las horas de estudio…». Y recuerda una obviedad: «Así funciona nuestra mente. Si no afrontamos las situaciones por miedo al fracaso, la probabilidad de éxito es cero. Pero si lo intentamos, claro, tendremos alguna oportunidad».
A este respecto, incide en que muchos de nuestros sentimientos suele estar provocados por nuestro entorno y las experiencias que hemos vivido desde niños, algo que puede hacer minar nuestra autoconfianza y nuestra forma de relacionamos como adultos (y lo contrario, claro). «Es muy importante desde edades tempranas que no nos lanzen mensajes del estilo: 'lo vas a lograr todo' y tampoco el contrario: 'eso no es para ti'. Deben enseñarnos cuáles son nuestras habilidades, pero también a aceptar nuestros puntos más débiles. Fallar y errar es parte del proceso».
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