![Tú de derechas y yo de izquierdas](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/26/media/cortadas/parejaypolitica_601-kvbB-U180180198686cOH-624x385@RC.jpg)
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Isaac Asenjo
Madrid
Sábado, 1 de octubre 2022
Puede que el amor sea más fuerte que cualquier ideología, pero la verdad es que la política puede convertirse en factor de 'riesgo' en una relación. Y más si en la primera cita se empieza ya con tema: tú de derechas, yo de izquierdas. Que ... se lo pregunten sino a los comensales del popular programa de televisión 'First dates'. Sara, una de las participantes, lo soltó nada más llegar: «Me da igual el partido, pero que sea de derechas», le dijo al presentador. Y Álvaro, el pretendiente que le habían adjudicado, pasó la prueba de fuego. No como Ángel, que vio cómo Teresa le rechazaba por 'rojo'.
No hay duda de que vivimos en una era de polarización y la ideología puede ser un obstáculo, pero ¿salvable o insavable? «Que alguien tenga una postura política opuesta a la del otro no significa que la relación esté destinada al fracaso, siempre y cuando se esté dispuesto a respetar las diferencias. En este caso, la aceptación mutua del modelo mental del otro es clave para sobrellevar las diferencias», reflexiona Isabel Aranda, psicóloga sanitaria de TherapyChat.
Y es que, aunque nunca haya sido tan fácil como ahora tener citas gracias a la proliferación de plataformas de búsqueda de pareja, encontrar a la 'media naranja' son ya palabras mayores. Para quienes no se creen lo de que los polos opuestos se atraen nació 'The Right Stuff', una nueva 'app' para la gente más inclinada políticamente hacia la derecha «para disfrutar de una cita con las personas que comparten los mismos valores que tú», explican los fundadores en un vídeo. Por ahora solo opera en EEUU.
Más pruebas de que lo diferente no es sinónimo de atracción o, al menos, de entendimiento: la mayoría de las parejas que se mantienen en el tiempo tienen un nivel parecido de estudios, también se asemejan en el nivel culturas e incluso en la profesión. Aunque excepciones, obviamente, las hay. Las encontramos incluso entre los propios políticos: ahí están Inés Arrimadas (Ciudadanos) casada con Xavier Cima, que perteneció a Convergència i Unió.
Los expertos coinciden en que, pese a las dificultades que pueda entrañar las diferencias de ideas políticas, en una cosa de dos la hoja de ruta la marcan los valores y no los ideales, por lo que cada integrante de la pareja deberá plantearse si su relación tiene los ingredientes básicos para continuar hacia delante: integridad, comunicación, confianza, compromiso, respeto, empatía o lealtad.
«No saber respetar la ideología del otro es un signo de inmadurez e implica una falta absoluta de empatía. Si uno se siente interesado por alguien que tiene diferentes creencias políticas a las suyas debe darle una oportunidad. Es posible que descubra que no existe el signo político perfecto y hay aspectos de las ideas políticas de la pareja que son dignas de que te hagas nuevos planteamientos. Un auténtico aficionado al fútbol es aquella persona que sabe reconocer y valorar una jugada maestra del equipo contrario», reflexiona Enric Soler, psicólogo y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Según Pilar Conde, directora técnica de clínicas Origen de psicología, el problema no es tener ideas políticas contrapuestas, «sino la gestión que se hace de que tengamos esos pensamientos. De modo que no cambiaremos nuestra forma de pensar, sino la manera de relacionarnos entre ambos con ellas». Se refiere la especialista a temas en los que esas diferencias puedan ponerse en evidencia, como el estilo de crianza con los hijos, la independencia en la pareja o la política de inmigración. Factores que pueden desencadenar un conflicto continuado. Y cuando esto sucede y se mantiene en el tiempo, advierte el profesor de la UOC, «al vaso ya no le queda espacio ni para una gota más».
En el otro extremo, y tal y como recuerdan los expertos consultados, tener una opinión diferente en algunos asuntos puede ser, sin embargo, la sal que condimente la relación: «Debemos ser capaces de permitirnos cuestionarnos nuestras propias ideas políticas a partir de una mentalidad abierta a la escucha de otras posturas», recalca Soler.
De ahí que que los profesionales inviten a proseguir con la relación evitando una 'guerra ideológica', sin que ninguno de los dos se sienta juzgado y respetando siempre sus diferencias.
Un 'sí, quiero' con las ideas (políticas) claras Según una encuesta de la web Bodas.net, el 77% de las personas se casan con una persona con ideas políticas similares a las suyas. ¿El motivo? Consideran que, de lo contrario, les resulta imposible emprender un proyecto en común que pueda consolidarse y perpetuarse en el tiempo. El tópico de las cenas de Navidad discutiendo con el cuñado sobre política parece que no hace gracia ni como chiste, menos aún cuando la discusión por esta causa se produce en el seno de la pareja. Por otro lado, un 16% de los encuestados asegura que esta diferencia de ideales no les supone ningún tipo de hándicap. Algunos de los puntos que alegan: son personas independientes con ideas propias y no tiene por qué afectar a la relación (41%), las cuestiones políticas no les parecen relevantes para formar una familia o un proyecto en común (24%)...
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