![Claves para entender qué te quiere decir tu perro](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202208/30/media/cortadas/perros--kdX-U17011058083664KI-624x385@RC.jpg)
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Isaac Asenjo
Madrid
Domingo, 11 de septiembre 2022
Los perros se ponen contentos o nerviosos, se enfadan o se entristecen. ¡Y nos lo dicen! Sus gestos, las miradas, las posturas, los ruidos... Como las personas... casi. Los especialistas en el mundo canino advierten de que tratarles como si fueran personas es contraproducente, pero ... es clave saber comunicarnos con ellos. Patricia Perreau de Pinninck es una experta en este campo y ha plasmado su experiencia y conocimientos en el libro 'Si pudieras hablar' (Editorial Penguin Random House), que da algunas claves para poder entendernos con nuestras mascotas. «Los animales lo hacen saber todo a través de su comportamiento corporal. Por ejemplo, si vas a tocar a un perro y el animal no se siente cómodo con ese contacto, te lo hará saber primero con unas señales de calma, con formas respetuosas y amables. Podrían pestañear sutilmente, lamerse el hocico, girar la cara o bostezar...», da unas pistas Perreau. Es importante darse cuenta de esto, interpretar estas señales porque, si no, los animales van a pasar a expresarse de formas más contundentes y lo que es un gesto sutil de aviso, si no se interpreta bien, puede acabar derivando en actitudes agresivas. «Cuando la comunicación no funciona, tienen que optar por otras formas pero somos nosotros con nuestros desentendimientos los que generamos ese problema de frustración y estrés en el animal», insiste la especialista.
En el otro extremo, cuando el animal está confiado con el ambiente, se mostrará tranquilo básicamente y habrá que observar la cola para que nos dé más información. «La mayoría de la gente cree que cuando mueven una cola significa únicamente que el perro está contento, que por supuesto es así muchas veces, pero algunos animales también mueven sus colas cuando están nerviosos, sobreexcitados y frustrados», explica Patricia Guerrero, de Pat Educadora canina.
De hecho el movimiento de la cola es una de las señales más claras cuando aprendemos qué significa. Así, un perro confiado o excitado llevará su cola en el aire, permitiendo que el olor de sus glándulas circule más libremente y anuncie su presencia. Sin embargo, si mantiene el rabo bajo o entre las piernas estará mostrando falta de confianza, nerviosismo o miedo. Y si la hace girar como si fuese un helicóptero y mueve el cuerpo con fluidez y balanceo nos está dando señales de amistad y una voluntad de participar.
«A menudo, cuando están excitados lo confundimos con que están contentos y cuando están relajados, nos llegamos a pensar que están enfermos o tristes», explica la experta.
Y a veces es verdad que están tristes. Cada animal lo muestra de una forma: apatía, desánimo, dejan de comer, letargo, comportamientos extraños... Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que los perros no lloran con lágrimas, pero sí emiten un sonido muy característico que es muy similar al del llanto humano, una mezcla entre un gemido y un aullido. ¿Las causas? Ansiedad, por ejemplo, cuando se quedan solos en casa, avisos de que tienen hambre y también, obviamente, si sufren algún tipo de malestar físico.
«Si percibes un cambio importante en los indicadores del lenguaje corporal de tu perro, como jadeos fuertes u ojos entrecerrados, ponte en contacto con el veterinario de inmediato. Podría haber sufrido una herida o tener una enfermedad», orientan en la Clínica Veterinaria Poblenou de Valencia. «Cuando el animal está próximo a fallecer también cambia su comportamiento, y de forma natural pueden empezar a realizar algunas señales como perder interés por la comida o la búsqueda de la soledad e intimidad», señala Perreau. El papel del propietario en esta situación será el de permanecer cerca del perro de la manera más discreta posible. Es decir, darle su espacio a la vez que se asegura de que tiene a su disposición todas las comodidades necesarias.
Más allá de los gestos, los perros se comunican a través de los ruidos, de la forma en la que escuchan y huelen... «Cuando el perro ladra cada caso es particular, pero hay un mensaje que debemos atender. En estos casos no hay que corregirle o castigarle porque pueden desarrollar si no inseguridades. Si no deja de ladrar habría que termimar acudiendo a un experto para que nos dé las pautas adecuadas para que el animal cese en este empeño», indica Patricia Perreau.
Y un aviso a los dueños: debemos erradicar conductas que creemos que les gustan, cuando en realidad no es así. Por ejemplo, abrazarles o tirarles la pelota tropecientas veces, ya que «les excita en exceso y les genera ansiedad». ¿Entonces no jugamos con ellos? No quiere decir eso la experta, pero todo en su justa medida. De hecho, resalta la especialista, el juego es beneficioso, pero más interesante que esas ideas y venidas en carrera es que busque el objeto por medio del olfato.
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