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Si fueses un animal, ¿qué animal serías? ¿Qué te llevarías a una isla desierta? ¿Piensas quedarte embarazada? ¿Con qué juguetes jugabas de pequeño? ¿Eres una persona graciosa? ¿Dónde te ves dentro de cinco años? ¿Qué harías si te tocaran cinco millones de euros en la ... lotería?
Son preguntas de entrevistas de trabajo. Algunas pertinentes, otras inadmisibles. No siempre está clara la frontera. «En los años 90, por ejemplo, había mucha menos sensibilidad con cuestiones religiosas, de orientación sexual... se preguntaba a las mujeres si pensaban quedarse embarazadas o si tenían hijos. Hoy eso es discriminatorio y denunciable», advierte Ibon Olazabal, director general de Grupo Evolus, dedicado a la selección de personal. ¿Sin excepciones? Con poquísimas. «Preguntarte si tienes hijos ya tiene, de entrada, una connotación negativa y cada vez se vigila más. Otra cosa es que el puesto exija un traslado a China de seis meses, por ejemplo, algo que para una persona con familia pueda resultar complejo», advierte Ismael Sánchez-Herrera, presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (Aepsal).
– ¿Un entrevistador no debe entrar en cuestiones personales?
Olazabal: Hay preguntas que te sacan de tu zona de confort y que, aunque puedan sorprender, proporcionan información útil a la empresa porque pueden ver cosas que no salen en el currículum y les permiten analizar cómo reaccionas ante algo imprevisto, una cualidad que para determinados puestos es valiosa. Son preguntas como: 'Dime tres cualidades que te caracterizan' o 'cuáles son tus películas preferidas', 'con qué jugabas de niño', 'por qué no debería contratarte'... Cuestiones que te obligan a pensar. En este caso, no hay que enfadarse ni pasarse de original. Lo mejor es transmitir normalidad y responder con cierta asepsia, algo que encaje y no sea muy radical porque no suelen coger ni al más brillante ni al más oscuro.
Salvo que se aspire a un puesto de cómico, que el chiste sea bueno o malo es lo de menos. «En entrevistas de trabajo a comerciales, por ejemplo, se pide a veces que cuenten un chiste o una anécdota graciosa para romper el hielo, ya que en muchos casos tendrán que romper esa barrera con los clientes. Si no quiere contar el chiste no pasa nada.Lo que sería contraproducente sería que se pusiera a contar un chiste machista o racista, por ejemplo. Lo que se pretende con la prueba del chiste es valorar el 'ajuste social' del aspirante, si se atiene al contexto en el que está o se sale del tiesto», explica la psicóloga experta en cuestiones laborales Elisa Sánchez.
Más allá de cuestiones del ámbito más personal, a veces el desconcierto viene por lo extravagante de la cuestión. Relata un par de episodios en primera persona Ibon Olazabal. «Una vez en una entrevista me preguntaron qué opinaba sobre el terrorismo y todavía no sé qué querían averiguar con eso. Tampoco sé el rigor científico de preguntarte qué animal serías. Yo no quiero ser ningún animal. ¿Qué implica responder que te identificas con un tigre? ¿Que eres más líder o agresivo? Así que les dije que prefería ser una vaca, que están tranquilas en el campo, en lugar de estar estresado en una jungla con una serpiente detrás todo el día. Probablemente no era la respuesta que buscaban. Pero, ¿acaso hay diferencia entre responder que serías un tigre o un besugo? Creo que es más literatura que otra cosa».
Se sigue preguntando también por lo de la isla. «Hay un naufragio y solo puedes salvar a tres personas. ¿Tú te salvas primero sin preocuparte de los demás? ¿Lo decides solo o cuentas con el resto? ¿Salvas a tu amigo aunque no sea tan apto para sobrevivir en una isla porque valoras la amistad por encima de todo? ¿Eres previsor y salvas al armador de barcos pensando en que te vendrá bien para salir algún día de la isla?».
Pilotos calmados: «Entrevistábamos a aspirantes a piloto y los entrevistadores discutíamos entre nosotros. Queríamos ver la gestión emocional del conflicto que hacían, si daban la razón a uno u otro, si mantenían la calma o reaccionaban de forma agresiva», relata Elisa Sánchez.
¿Cuánto mides?: «En una prueba de selección para policías sí es procedente consultar la altura, aunque sea una cuestión personal, porque existe un tallaje fijado. Recuerdo a una chica a la que le faltaban milímetros y no la cogieron», cuenta Ismael Sánchez-Herrera.
Tire este papel: «Le piden al aspirante que tire un papel a una papelera a unos metros. Algunos lanzan como si jugaran en la NBA y otros casi meten la mano para dejar el papel. Con eso ven si eres una persona arriesgada o más bien conservadora. Tiene cierta lógica», cree Ibon Olazabal.
Y dentro de 5 años... «Que te pregunten dónde te ves dentro de 5 años tiene lógica si te están ofreciendo un puesto que implica mucha responsabilidad y que tiene que ser estable. Ojo con la respuesta. No procede decir algo como: 'En cinco años me veo en su puesto'», advierte Olabazal.
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