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Con estos calores... ¡Cómo apetece un vasito de agua fresca, fría incluso, de la nevera, con bien de hielo, que tengo una sed...! ¿Pues sabe que la habría quitado mejor con agua del tiempo? Del grifo, aunque le resulte 'caliente' y poco apetecible. «Cuando hace ... calor y bebemos agua fría nos gusta porque nos refresca. Pero, aunque no lo parezca, el efecto que provoca ese líquido tan frío en nuestro organismo es el contrario. Es mucho más efectivo tomar agua del tiempo porque equilibra la temperatura corporal. Cuando ingerimos una bebida muy fría y llega al estómago el cuerpo tiene que gastar mucha energía para ponerlo a la misma temperatura que el organismo, tiene que hacer un gasto extra y se 'cansa'. Por eso, el agua natural nos va a quitar mejor la sed, porque no se produce ese choque térmico. La diferencia, por explicarlo de forma sencilla, es como la de subir una cuesta o caminar en llano», explica Mariana Silva, coordinadora del Máster Universitario en Nutrición y Salud de la Universidad Internacional de Valencia.
La especialista derriba mitos en torno a la alimentación de verano y confirma otras creencias: «Sí, la sandía y el melón son los mejores postres para estas fechas porque tienen mucha agua y es lo que necesitamos en estos meses. El tomate también es otro de lo alimentos fundamentales. Al final, se trata de tomar alimentos de temporada porque nos proporcionan lo que necesitamos en cada época. Ahora, agua; y, en invierno, vitamina C que aportan los limones, las naranjas...».
No tenemos mucha costumbre de comer picante por aquí y menos aún en verano. Error. «Aunque parezca paradójico, en zonas desérticas o muy cálidas se consumen de forma habitual especias, guindillas, etc. Esto se debe a que este tipo de ingredientes suben la temperatura corporal y estimulan la circulación sanguínea, provocando sudoración y la evaporación del sudor lo que hace es refrigerar el organismo», explica Mariana Silva. El efecto que produce el picante en el cuerpo es similar, señala la experta, al de salir de la ducha con el cuerpo mojado. «Esa humedad, al contacto con el aire, hace que sientas un frescor agradable. El sudor de por sí no da sensación frescura, pero sí cuando se evapora». Otra cuestión, dice, es que nos guste el picante, claro. «O que no lo toleremos».
Zanahorias, tomates... «Un método super saludable para broncearnos es tomar alimentos ricos en carotenoides, como las zanahorias o los tomates (alimentos naranjas, rojos y amarillos y de hoja verde), que proporcionarán un ligero tono natural a la piel», aconseja Teresa Arnandis, doctora en Bioquímica y Biomedicina, conocida en redes como Lady Science.
Van a tener que hacer con los helados como con el café, poner un vasito del agua al lado porque la mayoría dan sed. «Hay que tener cuidado porque parece que en verano hay barra libre con los helados y no es así. Normalmente tienen mucho azúcar y, aunque en el momento nos gustan, nos acaban dando sed. Es por ese choque térmico que también se produce al tomar bebidas muy frías como los granizados. Lo que hacen estos alimentos es bajar la temperatura corporal, pero esta vuelve a subir de forma rápida».
Mejor que zumos, dice la especialista, tés caseros y sin azúcar. «Si siempre es importante beber agua, esos dos litros que se recomiendan son más necesarios si cabe en verano. Pero, como a mucha gente le cuesta beber agua, toma zumos de frutas pensando que el efecto es similar y no lo es porque tienen mucho azúcar». Un alternativa para ingerir el líquido suficiente en los meses de calor son los tés caseros sin azúcar. «Y el gazpacho, una alternativa veraniega mucho mejor que el salmorejo, que al llevar pan no tiene tanta agua», recuerda Silva.
¿Hay que renunciar a los platos de cuchara en verano? No, pero mejor tomarlos con tenedor. «En verano necesitamos menos calorías de base para mantener la temperatura corporal. Por eso, no son muy apropiados los cocidos de cuchara con chorizo, morcilla etc., que tanto apetecen con frío. Implican digestiones más complejas y que llevan más tiempo, al margen de la molesta sensación de sentirnos pesados». La opción que propone la especialista para no renunciar a uno de los alimentos más importantes de la pirámide nutricional –las legumbres aportan proteína de alta calidad– es tomar las alubias o los garbanzos «en ensaladas o en salpicones como los de marisco. Y las lentejas, en ensaladas de arroz».
«El aguacate es fuente de ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados y vitaminas antioxidantes como la C y la E. En cuanto a minerales, destaca por el potasio, que contribuye al funcionamiento normal de los músculos. Además, tiene vitamina B6 que ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga, por lo que es el alimento ideal para después de hacer ejercicio», señala Noelia Suarez, directora de comunicación de Nutritienda.com. La experta recomienda también plátano («para evitar calambres»), lentejas («aportan un alto contenido en proteínas, un nutriente que es indispensable en la recuperación tras el ejercicio»), patata («es una gran aliada para los deportistas por su gran contenido en hidratos de carbono, ya que da energía»), salmón («es fuente de proteínas que acelera la recuperación de los músculos, lo que reduce la fatiga»), nueces («los frutos secos son buenos tanto para antes como para después de hacer ejercicio ya que proporcionan mucha energía y sacian, pero las nueces es mejor dejarlas para después, porque son más difíciles de digerir»), brócoli («es una verdura muy buena para deportistas, es baja en calorías, fuente de vitamina C, ácido fólico, calcio y potasio»), pollo («tiene un alto contenido en proteínas de alto valor biológico indispensables para el desarrollo de la masa muscular»...
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