Secciones
Servicios
Destacamos
La mitad de los hogares españoles no tiene aire acondicionado, así que cuando aprieta el calor no queda otra que buscar alternativas para refrescar la casa. Y la manera «más ecológica y barata» de mantener un ambiente lo más agradable posible (dos de cada diez ... viviendas con equipos de refrigeración ni siquiera pueden permitirse encenderlo, según una encuesta realizada por Kronos Homes) es «aprovechar la ventilación natural de la propia casa», coinciden los expertos en climatización.
«Evidentemente, no son soluciones comparables porque el aire acondicionado baja varios grados la temperatura de la habitación y los trucos caseros se limitan a mejorar la sensación de confort en la vivienda, pero bien usados también pueden ayudarnos a soportar los calores veraniegos sin grandes agobios», argumentan en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Estas son algunas recomendaciones para enfriar la casa sin tener que encender el aire acondicionado.
Es la solución más barata y eficiente. «Cuando la temperatura exterior sea uno o dos grados inferior a la del aire de dentro de la casa, abre las ventanas. La ventilación natural es muy efectiva, sobre todo cuando se pueden abrir ventanas en fachadas opuestas porque se crean corrientes cruzadas de aire. Si todos los huecos están en la misma fachada, el efecto se reduce», explican en la OCU. Otro truco que también ayuda a rebajar la sensación de calor en una casa es «colgar toallas húmedas en las ventanas porque enfrían el aire que entra a la vivienda», aportan los técnicos de la promotora inmobiliaria Kronos Homes. De hecho, el agua es uno de los «grandes aliados» a los que podemos recurrir para refrescar el ambiente «porque absorbe y dispersa el calor. Por ejemplo, si colocamos un barreño lleno de agua fría en una habitación contribuiremos a rebajar la temperatura de esa estancia. ¿La explicación? El agua se evapora lentamente y enfría el aire circundante», añaden los expertos.
«Intenta impedir la entrada de aire caliente en la medida de lo posible. Es decir, cierra puertas y ventanas durante las horas de más calor, baja las persianas o toldos y corre las cortinas. Mejor si son de colores claros porque así reflejan la luz del sol en lugar de absorberla. La idea es bloquear ese foco directo de calor para que el interior de la vivienda se mantenga más fresco», insisten los expertos. Si la casa tiene jardín es aconsejable plantar árboles o instalar pérgolas con enredaderas para dar sombra al edificio.
Los ventiladores, tanto de techo como portátiles, son otra buena alternativa. Estos pequeños electrodomésticos no refrigeran la casa, lo que hacen es mover el aire de la habitación más rápido. «Es interesante saber que si la velocidad del aparato es superior a los 0,2 metros por segundo, la evaporación del sudor se acelera y esto ayuda al cuerpo a refrescarse. De esta manera, se consigue mejorar bastante la sensación de confort de los que están alrededor. Muchas veces un buen ventilador es una solución más que suficiente para refrescar la vivienda, sobre todo en las zonas donde el calor no aprieta muchos días al año», recuerdan en la OCU.
También podemos 'fabricar' un aire acondicionado casero. «Basta con llenar un tazón con unos hielos y colocarlo delante de un ventilador. De esta manera, el aire que mueve el aparato será más fresco», señalan en Kronos Homes.
Otra de las recomendaciones de los expertos en climatización es limitar al máximo el uso de bombillas y electrodomésticos, sobre todo de los aparatos que funcionan con resistencias como el horno, la plancha o la secadora. «También se debe tener en cuenta que las bombillas de bajo consumo emiten mucho menos calor que las tradicionales», recuerdan.
Adapta la casa al calor: retira las alfombras, usa sábanas de algodón, viste con tejidos frescos... «Algunas plantas de interior, como el aloe vera o los ficus, también ayudan a rebajar la temperatura de la vivienda».
En el caso del aire acondicionado, su consumo se calcula en función de dos potencias: la eléctrica y la térmica. La primera se contabiliza en vatios (W) y es la cantidad de electricidad necesaria para que el aparato funcione durante una hora de manera continuada, mientras que la segunda se refiere a la capacidad que tiene para enfriar o calentar una estancia. «Los aparatos domésticos suelen moverse entre una potencia de 500 vatios cuando funcionan al mínimo y 1.500 si se ponen al máximo. Ahora bien, como las facturas se expresan en kilovatios por hora (kWh) la idea es dividir esa potencia entre mil para hacerse una idea de lo que gasta. Es decir, el consumo de aire acondicionado durante una hora oscilará entre un mínimo de 0,5 kWh y un máximo de 1,5 kWh», precisan en la OCU. La potencia térmica también se suele medir en kilovatios.
Entonces, ¿cuánto cuesta enfriar la casa? Depende de varios factores. La potencia eléctrica nos dice cuánto gasta el aparato si funciona una hora entera, «pero el aire acondicionado no funciona exactamente así porque lleva un termostato que enciende, apaga o reduce la potencia para mantener la temperatura programada según sea necesario», advierten los expertos en climatización. Un truco para calcular el consumo aproximado es dividir entre dos la suma de las potencias mínima y máxima, que en nuestro ejemplo sería 1 kilovatio a la hora. Si tomamos como referencia una tarifa media de 0,15 euros por kWh, la ecuación es sencilla. Mantener encendido el aire acondicionado cuatro horas al día cuesta ahora 18 euros al mes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.