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Sangre, óxido, chicle, pegamento, grasa... Se puede escribir un tratado sobre las manchas. Mucho mejor (el tratado) sobre cómo quitarlas. Begoña Pérez, conocida en redes sociales como La Ordenatriz, nos echa una mano con esos manchones rebeldes: goma de borrar y cepillo para los cercos ... de agua de los zapatos de ante, agua fría para limpiar la sangre reciente (si no funciona, agua oxigenada), laca para la suciedad incrustada en las juntas de los rodapiés...
En ocasiones, los tornillos de las bisagras de los armarios dejan un cerco de óxido: «Que no cunda el pánico, corta un limón por la mitad, pon un poco de sal sobre la pulpa y frota bien sobre el óxido hasta que desaparezca», da la solución la especialista, que acaba de publicar 'Limpieza, orden y felicidad' (Planeta).
Aconseja la especialista cubrir la mancha con polvos de talco o con una pasta de polvos de talco y agua para que se pegue. «Hay que dejar actuar por lo menos dos días y después cepillar con un cepillo limpio de cerdas suaves».
Es una mancha de las más difíciles de eliminar, así que La Ordenatriz recomienda aplicar laca (insecticida si no tienes laca) y ponerla a lavar de inmediato.
Cuando vemos que la botella de agua de cristal va perdiendo transparencia a causa de la cal la sustituimos, pero basta con limpiarla: «Llénala con vinagre alimentario previamente calentado, añade dos cucharadas de bicarbonato y, cuando pare la efervescencia, echa unos cuantos granos de arroz. Agita y deja reposar doce horas. Luego, aclara».
Esa pátina grasienta de los táperes tiene remedio: «Llénalos con agua templada y echa un chorro de lavavajillas. A continuación, mete dentro un papel de cocina doblado, ciérralo, agita bien y deja que repose toda la noche».
Poca gente sabe cómo quitar la arena incrustada en los bañadores de licra. «La solución es tensar el tejido con los dedos para abrirlo, echar unos polvos de talco y cepillar luego con un cepillo de uñas», desvela Begoña Pérez.
Asegura La Ordenatriz que es muy fácil de limpiar: «Coge una taza de agua con unas rodajas de limón y ponla a calentar dos minutos, hasta que hierva. Una vez pasado este tiempo, dejamos actuar el vapor sin abrir la puerta. Después, bastará con pasar una bayeta húmeda para arrastrar la suciedad».
Probablemente haya salido ya en su lavadora... pero se puede quitar. «Empapa trapos viejos de algodón con lejía y mételos en la goma de manera que el líquido esté en contacto directo con el moho. Deja actuar un mínimo de doce horas».
El truco de la experta: «Basta con envolver cuidadosamente trapos empapados en vinagre y dejar que actúe toda la noche. A continuación, retiramos y secamos con un trapo limpio. Con hacerlo una vez cada dos o tres meses es suficiente».
Esas manchas amarillas que se acumulan en el fondo se pueden eliminar vaciando el inodoro y aplicando sobre ellas una pasta hecha con vinagre y bicarbonato. «Después de dejar esa pasta doce horas (por la noche mejor) para que haga efecto, hay que frotar con un estropajo verde. Luego, simplemente tira de la cadena para que el sifón se llene».
A veces, un alimento acaba pudriéndose en la nevera y, al margen del desperdicio que supone, deja un olor muy desagradable. «Para eliminarlo, limpia la nevera y frota toda la superficie con una bayeta de microfibra con agua oxigenada. Si el olor persiste, pon la bayeta empapada en agua oxigenada sobre un plato o un bol y mételo en la nevera, cambiándolo cada doce horas hasta que desaparezca el mal olor –lo puedes hacer también en el congelador–». Por otro lado, para los olores del día a día, La Ordenatriz recomienda «poner un poco de bicarbonato en un vaso de chupito u otro recipiente pequeño en un rincón de la nevera y cambiarlo cada dos o tres meses».
«Vierte medio vaso de bicarbonato por el desagüe y, a continuación, un vaso de vinagre. Deja actuar dos horas, llena el cubo de fregar con agua lo más caliente posible, vacíalo en el fregadero y deja reposar ocho horas más sin echar nada por el desagüe». Para el mantenimiento, recuerda la especialista, «repite entre dos y cuatro veces al año».
Y un truco: «Para recuperar el brillo de los cubiertos se puede poner una bolita de papel de aluminio en la cesta del lavavajillas».
La lejía, un clásico en los armarios de limpieza, antes al menos. Pero ojo que hay que poner cuidado en su uso: «Hay que mezclar 20 mililitros de lejía con 980 de agua, justo antes de limpiar. Después, dejar actuar cinco minutos y aclarar», es la recomendación del Ministerio de Sanidad. La Ordenatriz, influencer de referencia sobre orden y limpieza, recurre a este potente desinfectante solo de manera ocasional: «A diferencia de lo que la gente cree, no es un producto blanqueante sino abrasivo, por lo que acaba amarilleando los tejidos, ya sea algodón, azulejos o lacados. Pero hay un uso para el que no tiene competencia: la eliminación de moho».
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