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Cuando Mario Picazo empezó a dar el tiempo en televisión (en Telecinco, en 1996) los soles y las nubes se pegaban sobre el mapa con imanes. Pero en un pis pas se pasó a los mapas en 3D que permitían «volar entre las nubes». «Un ... día un señor me dijo que muy bonito, sí, pero que su madre se mareaba viendo el tiempo». Cuenta Picazo que se aficionó a la meteorología «gracias a una profe de Ciencias Naturales» que tuvo en sus años de BUP, aunque entonces sería el 'raro' de la clase. Hoy, sin embargo, ya no es excepcional que los jóvenes se quieran hacer hombres y mujeres del tiempo. «Cada vez hay más adeptos, sí. Chavales que quieren estudiar algo relacionado con el medio ambiente, ya sea meteorología, cambio climático o algo que tenga que ver con las soluciones que necesitamos poner en marcha urgentemente para frenarlo». Picazo no exagera con la urgencia.
«Las temperaturas están aumentando, cada vez hay más tormentas y el clima es más extremo. Tiene razón la gente cuando dice que el tiempo no es igual que hace treinta años. Yo misma recuerdo que de niña, en Monzón (Huesca) ponían a secar la ropa en invierno y se quedaba dura como una tabla por el frío; eso ya no sucede», explica Silvia Laplana, meteoróloga de RTVE.
Picazo confirma lo que dice su colega, eso de que cada vez más gente quiere ser meteorólogo. «El tiempo nos ayuda a saber qué ropa ponernos, cómo hacer la maleta. Es una información útil del día a día y se le dan más y más minutos en televisión, lo que ha hecho aumentar su interés y, por tanto, el público está ya muy formado. Hace unos años nadie sabía lo que era una isobara pero hoy los espectadores te hablan de ciclogénesis explosivas. Por no contar la cantidad de blogs que hay sobre meteorología...».
Aunque lo habitual es que los hombres y mujeres del tiempo sean físicos y geógrafos, ella estudió Óptica y Optometría. «Siempre me ha interesado la meteorología. Mi madre me dice: 'Ahora entiendo por qué de niña siempre decías que quería ver un tornado'. Recuerdo ver por la tele a Mariano Medina, Paco Montesdeoca, José Antonio Maldonado, Ana de Roque... y Mario Picazo, claro».
Éste (Picazo), por su parte, se acuerda bien «de los Medina, Martín Rubio y su bigote y de los meteorólogos de TV3». Estudió Geografía y Matemáticas en la Universidad de New México y luego hizo el máster y doctorados en Ciencias de la Atmósfera en la Universidad de California, donde actualmente reside. «Estados Unidos es un país con un amplio abanico de situaciones meteorológicas extremas: tornados, huracanes, nevadas copiosas… Aquí uno no se aburre», reconoce.
Más allá de la vocación personal, Picazo entiende este auge del gusto por la meteorología en el marco de la utilidad que tiene, mucho más allá de informar a la gente de si podrá ir a la playa a tomar el sol. «Son muchos los profesionales que la necesitan. Desde oceanógrafos a biólogos, geógrafos, químicos, físicos… También economistas, políticos o expertos, por ejemplo, en turismo. Todos dependen del tiempo y hoy no solo quieren saber qué tiempo hará en unos días, también cómo podría ser el clima en unos años o en unas décadas».
Y para esto, dice Silvia Laplana, están los meteorólogos, «para hacer fácil lo difícil», porque la meteorología «es difícil, son matemáticas y física». Y la predicción, especialmente complicada en estas fechas. «La primavera es una estación compleja, aunque a medida que el clima cambia y se vuelve más extremo, nos encontramos situaciones no habituales todo el año. Los meteorólogos andamos algo descolocados: olas de calor, diluvios, nevadas históricas, sequías intensas... Hoy pasa de todo a todas horas, mientras que el tiempo antes era más 'de guion'», reconoce Mario Picazo. «No solo abril y mayo, el otoño también es muy cambiante», completa Laplana.
– ¿Son de los que saben qué tiempo harán solo con asomarse a la ventana?
Mario Picazo: Yo miro siempre, y, si puede ser, no desde dentro del edificio donde me encuentre, más bien salgo afuera y noto la temperatura, la humedad, el viento... observo las nubes y cómo se mueven e, incluso, un cielo despejado.
Silvia Laplana: La observación es básica. Hace unos días tuvimos muchas tormentas y las delataban esas nubes en forma de almenas de castillo. Eso no falla, indica inestabilidad atmosférica.
El verano comenzará... El 21 de junio a las 9 horas y 14 minutos. El otoño llegará el 23 de septiembre a las 1.04 y el invierno, el 21 de diciembre a las 21.48 horas, informan en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Eclipses de sol y de luna: Ha habido un eclipse de sol el 30 de abril y se producirá otro el 25 de octubre, que será visible en España. Los eclipses de luna serán el 16 de mayo y el 8 de noviembre, pero en España solo se verá el del próximo lunes.
Horas de insolación: En junio tendremos 15 horas y 3 minutos. En el otro extremo, diciembre, con 9 horas y 18 minutos al día.
¿Cuándo volveremos a cambiar la hora?: El 25 de octubre a las tres de la mañana los relojes se atrasarán una hora (serán las dos).
Distancia mínima y máxima al Sol: Mínima: 2 de enero, 147.104.811 kilómetros. Máxima: 5 de julio, 152.098.499 kilómetros.
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