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Estos días tenemos más de 15 horas de sol; junio es el mes de la luz. Otra cosa es que en julio y agosto haga más calor, sí, pero hablando de horas de claridad, este es el tiempo de los días más largos (el 15 ... de julio habrá 14 horas y 47 minutos de insolación y, en agosto, exactamente una hora menos). Pero si aquí tenemos mucha luz, en el norte de Europa no anochece desde hace semanas. «En Suecia no acaba de hacerse de noche del todo, miras el cielo a la una de la madrugada, por ejemplo, y se ve resplandor, nunca está negro. Estos días está amaneciendo a las tres y poco de la mañana y el otro día me quedé en casa trabajando y tuve que poner una manta colgando de la barra de las cortinas porque el resplandor que había a las seis no me dejaba ver el ordenador», cuenta Daniel Palomo, ingeniero bilbaíno de 42 años emigrado a Estocolmo.
– Puede parecer una ventaja eso de vivir con luz todo el día... Más allí que el invierno es oscuro.
– No lo es tanto. Aquí, en verano se sigue cenando a las seis o las siete de la tarde y, a mí, cenar con tanto sol es algo que no me gusta. Como si a mi mente y a mi cuerpo no les cuadrara. Además, al haber tanta luz hasta tan tarde te sientes activo y te cuesta más dormir. De todos modos, para la vida social que hay en este país, es un desperdicio de horas de sol.
Daniel lleva ya cinco años en Suecia y dice que todavía no se acostumbra a esa luz del verano. «No hay persianas como en España, solo estores interiores que dejan pasar la luz. Además, en Suecia las ventanas son enormes en comparación con las que ponemos en España. Las construyen así para aprovechar más el sol en los meses de invierno y por cuestiones culturales, ya que se supone que en estos países no está bien visto que se 'oculte' lo que hay dentro de la casa, es como guardar un secreto o así. Lo compruebo en mis paseos diarios con Rocky, nuestro perro. Ves a las familias comiendo, viendo la tele... En España eso no pasa».
Daniel suele venir a Bilbao en verano y no puede resistirse al placer de bajar las persianas y echarse una siesta a oscuras. «A mi pareja, que es sueca, le chocó mucho eso de poder dormir a oscuras en pleno julio a las cuatro de la tarde, pero a mí me encanta».
Claro que toda esa luz 'de más' que tienen en verano, es la que tienen 'de menos' en invierno. «Aquí hay tres o cuatro meses en los que no ves el sol. Entras a trabajar de noche y sales de noche. Es algo exagerado. Conocí a un australiano que en su primer invierno en Estocolmo necesito lámparas de rayos UVA porque su cuerpo llegó a hacerle sentirse enfermo y deprimido al no ver el sol que tenía en Australia. Y en el norte del país hay paradas de autobús con lámparas de rayos UVA porque allí sí que no ven el sol».
Nos puede parecer una excentricidad, pero es una cuestión de salud. «En zonas de mucha oscucirdad en invierno hay personas que desayunan con lámparas de luminoterapia o se ponen durante 30 o 45 minutos unas gafas especiales que producen una estimulación similar al afecto de salir a la calle una mañana luminosa en España. Está demostrado que la falta de luz afecta al ánimo y, en esas zonas, tienen peores niveles de vitamina D, que se activa con el sol», explica Javier Puertas, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Valencia y vicepresidente de la Sociedad Española de Sueño (SES).
Sin llegar a esos extremos, vivir en una ciudad como Estocolmo, donde estos días no hay oscuridad total en ningún momento, «afecta mucho al sueño». Insiste el experto en que «tener luz por la noche no es natural» y, en el caso de las personas que quieren dormir con luz, el doctor recomienda «una amarilla o rojiza, tenue e indirecta que no interfiera con el reloj biológico». En todo caso, insiste, «la oscuridad total es lo mejor porque, aunque tengamos los ojos cerrados, si hay luz se alteran los ritmos porque el cuerpo nota que le llega cierta intensidad lumínica».
– Pero, ¿cómo dormir cuando no anochece?
– Hay que reforzar el cerrado de ventanas por la noche, usar antifaz... Dormir con luz es contraproducente, aunque sea poca la que entre. Hay incluso estudios que aseguran que con luna llena, precisamente por ese resplandor, se duerme peor.
La Tierra da una vuelta completa sobre sí misma cada 24 horas (movimiento de rotación, que genera el día y la noche) y, a la vez, gira alrededor del sol (traslación), una vuelta que tarda 365 días en completar y que es responsable de las estaciones. A finales de marzo y septiembre la duración del día es igual a la de la noche (12 horas), pero en verano el Polo Norte queda inclinado hacia el astro rey y, por eso, en fechas próximas el solsticio de verano el sol es visible las 24 horas del día. El fenómeno contrario es la noche polar y el sol no se ve en todas esas horas.
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