La Zona de Bajas Emisiones se adelanta tres meses con el Día sin Coche

Poco a poco, la ciudad se ha hecho peatonal, si bien todavía algunos viandantes miraban hacia los dos lados antes de cruzar y horas después del cierre. Este año, además, se añadían dos vías más alejadas del centro, que también se cerraron al tráfico durante el sábado. Una de ellas fue la avenida de Segovia, en el barrio de Delicias, en el tramo entre la plaza Virgen del Carmen y el paseo de Farnesio. También pasó en la plaza de San Juan, entre las vías de Don Sancho y Maldonado. Uno de los puntos más conflictivos está en el puente de Poniente, donde muchos de los conductores que querían acceder al centro desde esta entrada han tenido que tomar una ruta alternativa por Isabel la Católica. Para informar sobre las zonas clausuradas, además de la presencia de agentes de Policía Municipal, también se han instalado pancartas en las vías afectadas donde se señala que el área permanece restringida con motivo del Día sin Coche. Además, también se podía leer «futura zona de bajas emisiones». Una de las novedades de esta edición ha sido el añadido de la señal R-120, que informa de la prohibición del acceso y de la circulación a vehículos que emitan. Es decir, otra preparación de lo que ocurrirá desde 2025 en Valladolid.

Durante la jornada, los autobuses también ofrecen su servicio de forma gratuita, con menor frecuencia al ser fin de semana. Que el Día sin Coche fuera un domingo tampoco era casualidad, ya que la afección al tráfico es menor durante esta jornada al haber menos volumen de vehículos. También al ser jornada dominical, los conductores pueden hacer uso de los aparcamientos disuasorios y no fue necesaria la colaboración de la Universidad de Valladolid para disponer de sus aparcamientos.

Dentro de las actividades de la semana también se tuvieron en cuenta las llamadas medidas permanentes, donde las asociaciones podían hacer sus reclamaciones, que se promocionaron durante esta semana y que pueden implantarse de forma permanente. Algunas de estas han sido la mejora de visibilidad en puntos de conflicto, como los pasos de peatones o salidas de garajes, reducir algunos carriles del barrio de Parquesol a los 30 kilómetros por hora para permitir el uso de patinetes eléctricos o la instalación de nuevos contadores de bicicletas. Durante la semana también se estrenó una nueva estación de biki junto a la fábrica de Michelin y se presentaron nuevas biciletas de hasta ters plazas, para personas con movilidad reducida, transporte de niños y de reparto.