Valladolid
La subida del IVA en tiendas pequeñas: «Prefiero asumirlo y no volver loco al cliente»Valladolid
La subida del IVA en tiendas pequeñas: «Prefiero asumirlo y no volver loco al cliente»Desde el pasado martes 1 de octubre, los consumidores tienen un nuevo desafío para sus bolsillos. Productos esenciales como el pan, la leche y el aceite de oliva, entre otros, han vuelto a subir debido al fin de la exención temporal del IVA. Una ... medida que fue adoptada por el Gobierno en 2022 para mitigar los efectos de la crisis inflacionaria derivada de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo. El fin de esta exoneración supone que llenar el carrito de la compra es más caro que en septiembre, con precios que ya de por sí han experimentado un alza considerable en los últimos meses.
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Por un lado, están los alimentos básicos que pasan de un IVA del 0 al 2%, como son el pan, la harina, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, cereales, tubérculos, legumbres, hortalizas y el aceite de oliva. Por otro están aquellos productos que han visto como el IVA aumentaba del 5% al 7,5%, ejemplo de ello son las pastas y los aceites de semillas, como el de girasol. El Norte ha visitado varios establecimientos vallisoletanos para conocer cómo esta subida está afectando a los pequeños comerciantes y, sobre todo, a los consumidores.
Alimentación Poniente, en la plaza del mismo nombre, lleva desde 1977 atendiendo a varias generaciones de vallisoletanos. Esta tienda es un trasiego continuo de clientes que buscar un trato personalizado a la hora de elegir los productos con los que llenar la nevera. Sus gerentes son los hermanos Juan Carlos y Roberto Pérez Domínguez quienes han tenido que aprender a adaptarse a un panorama de una fluctuación de precios constante. Los últimos años han sido especialmente complicados debido a las repetidas subidas de precios, algo que, según Roberto, los clientes se toman con una mezcla de resignación y desespero. Sin embargo, en esta ocasión particular, según cuenta, parecen que la mayoría no se han percatado de que la exención del IVA ya no está en vigor. «Muchos no se han enterado o al menos no lo han comentado con nosotros. Esta vez la subida supone sólo unos pocos céntimos y prácticamente no lo han apreciado. Y aquellos que si lo saben, en el producto que más se fijan es en el aceite de oliva, que es el mejor indicador de cómo van el resto de los precios», comenta este experimentado tendero. «El aceite es el típico producto que los clientes no se llevan en grandes cantidades. Prefieren comprar botella a botella hasta ver qué pasa», prosigue. Sin embargo, más allá del aumento en los precios, el mayor reto para Roberto y su hermano ha sido la logística que estos cambios imponen. «Tenemos que sacar etiquetas nuevas de todo, con el trabajo informático y manual que ello supone y lo peor es que dentro de dos meses nos tocará volver a hacerlo porque en enero volverán a subir los precios. Es mucho esfuerzo añadido», comenta resignado.
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Miguel Merino es el emprendedor que hay tras el proyecto de Mesetarios, una tienda situada en la Plaza del Salvador para los paladares más exigentes. Aunque él suele huir de los términos 'gourmet' y 'delicatessen', lo cierto es que sus expositores están repletos de los mejores productos artesanos de la región. La reciente reimposición del IVA en productos básicos, que ha generado preocupación entre muchos consumidores, es algo que no han percibido los compradores en Mesetarios ya que Miguel no les ha repercutido esa subida. Ha preferido asumirla él. «En esta ocasión, al tratarse de un 2% he optado por no variar los precios. He realizado los cambios correspondientes en el sistema informático para que el IVA sea el que debe de ser, pero el cliente no lo percibe», comenta ese tendero quien también explica que «he echado cuentas y la pérdida estimada casi se compensa por el ahorro en recursos y tiempo que hay que dedicar al cambio de precios y etiquetado. En enero regularizaremos todo con los nuevos cambios de IVA anunciados. No nos parece bien volver locos a los clientes con cambios continuos en los precios», subraya.
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A unos 26 kilómetros de la capital, en San Miguel del Pino, María Ángeles Gómez nos recibe en su tienda, Minimarket, que regenta desde hace un año y medio, un periodo en el que esta tendera ya ha vivido varias fluctuaciones de precios. «Lo de menos ahora es esta subida del IVA. El problema es que los productos en general están muy caros y además siguen subiendo. El chocolate, por ejemplo, desde finales de agosto hasta ahora, ha subido unos 40 céntimos por tableta. Eso es muchísimo. Lo mismo ocurre con los huevos y el aceite de girasol, que esta misma semana han tenido un incremento importante a mayores del IVA», explica.
Al igual que ocurre en otros establecimientos, en Minimarket el aceite de oliva vuelve a ser el centro de atención. «La gente se fija, sobre todo, en el precio del aceite. Es como un precio de referencia para el resto de la compra», comenta María Ángeles, quien es muy consciente de las limitaciones de los comercios rurales frente a las grandes superficies. «Nos toca hacer un gran esfuerzo inmenso para no repercutir todas las subidas, pero hay productos en los que es inevitable», lamenta.
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Su tienda es también lugar de encuentro de los vecinos de este pueblo. «Muchos comentan que van a tener que aprovechar las navidades, porque en 2025 se van a poner los precios imposibles. También dicen que se van a tener que volver a las antiguas costumbres de sus padres y abuelos, de alimentarse a base de cocidos y otros platos que cuesten poco, porque con las pensiones que tienen, no les llega», añade. A diferencia de los comercios de Valladolid capital, en este pequeño pueblo el impacto de cualquier subida es más evidente, ya que las familias cuentan con menos opciones para comparar precios o buscar ofertas. «Aquí no tenemos la misma variedad que en las ciudades, así que cuando algo sube, se nota mucho más», continúa María Ángeles.
Teodora Tapia es una de sus clientas habituales. Acude a diario a hacer la compra para dos y ve cómo con el mismo dinero, cada vez puede llevar menos productos a casa. «La subida del IVA fue de golpe y porrazo. Lo anunciaron en los medios de comunicación y al día siguiente ya todo estaba más caro. La barra de pan ha subido 0,10 euros y con el chocolate, los huevos y el azúcar, más de lo mismo. Los plátanos… los he llegado a pagar a tres euros. ¿A dónde pretenden llegar con los precios?», comenta alarmada. «Como consumidora me parece un robo. A los agricultores de mi pueblo las patatas se las pagan baratísimas y luego vas al supermercado y están a precios desorbitados. Yo siento que me están robando. Cuando dijeron en su día que quitaban el IVA, lo camuflaron de tal manera que ni nos enteramos. La compra que hace un año me costaba 10 euros, ahora me sale por 13. Así es imposible», se queja.
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Comerciantes como Roberto, Miguel y María Ángeles siguen adaptándose como pueden a los constantes cambios y tratando de proteger a sus clientes de las fluctuaciones de precios, pero lo mismo ocurre en las grades superficies. Isabel del Amo, gerente de la Asociación de Supermercados de Castilla y León (ASUCYL), en declaraciones a El Norte, ha explicado que, como no puede ser de otra forma, «el sector ha acatado el restablecimiento de los tipos de IVA igual que en su día acató su bajada. Ya sabíamos que era una medida transitoria y que se restablecerían los tipos de IVA de los productos de alimentación. A los consumidores, todo lo que signifique subir los precios les resulta incómodo. Lo importante y más positivo es que la inflación se está moderando», indica.
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