
Humor contra la pandemia: cómicos contra el coronavirus
Siete humoristas reflexionan sobre el papel sanador de la risa en los tiempos de la covid: ¿cómo vivir del chiste cuando la realidad pierde el sentido del humor?
Yde vez en cuando, la risa.
Y de vez en cuando, la risa. Entre el miedo y la agonía, el temor y la enfermedad. La risa, tras la mascarilla y frente al virus. Contra tanta pandemia y soledad. La risa como vacuna, como tirita, como pomada. Risa liberadora, contagiosa, terapéutica, enrabietada. Risa como arma contra los efectos del virus, contra esta amenaza triste de la covid. ¿Cabe el humor en estos tiempos pandémicos y virulentos? ¿Hay derecho a la sonrisa cuando tantas malas noticias nos la quieren borrar? ¿Cómo vivir del chiste cuando la realidad parece haber perdido el sentido del humor?
«Las cabezas hay que cuidarlas. Y reírse mola mucho», defiende J. J. Vaquero, humorista sin bata blanca. «Yo no tengo cabeza ni inteligencia para mejorar la vida de la gente, pero puedo hacer que, durante unos minutos, se te vaya de la cabeza un problema porque te estás riendo. Y eso ya es bastante». «Porque cuando una personas se ríe, no piensa en nada más», añade Sara Escudero. «El humor es la única forma de relativizar lo que está ocurriendo», apuntilla Nacho García, quien atravesó la covid en marzo del año pasado, justo cuando España estrenaba el estado de alarma. «Sabemos que es un momento muy difícil, que hay situaciones muy complicadas y que posiblemente no se pueda buscar el lado bueno de todo esto porque en realidad no lo tiene. Pero sí que hay que intentar que se nos pase de la mejor manera posible. El humor no tiene el don de que los problemas dejen de existir, pero sí consigue que el tiempo pase más deprisa. Y si todo esto pasa más rápido, ya llegarán tiempos mejores», añade García.
«Al final, la vida sigue. Es duro, pero es así. Y si tiene que seguir, vamos a hacerlo con algo de positivismo. Si tienes un día malo y hay algo que te hace reír a carcajadas, no me digas por qué, pero te quedas mejor. Ante las adversidades, el humor es una buena medicina», apunta Álex Clavero, para quien la risa se ha convertido, como la mascarilla, en bien de primera necesidad: «Más necesaria que nunca».
La revolución del jajajá

Chapu
«Un año hace que la gente arrasó con el papel higiénico. Alguno lo está empezando a meter en la impresora para darle salida»
Interviene todos los domingos, a las 22:30 horas, en el programa 'Los del sótano', en Televisión Castilla y León.

Álex Clavero
«Actúo en la Gran Vía y todos los días veo a la Policía ordenando las colas del Primark. Está hasta arriba. No lo entiendo. ¿Qué te vas a comprar de ropa si no puedes salir de casa? Pero luego reflexioné. Y me di cuenta de que la ropa de Primark es como para no salir de casa»
Presenta 'El francotirarock', todos los días en Rock Fm. Además, está de gira con el espectáculo 'Mi madre es trending topic'.

Quique Matilla
«Las máquinas de gel hidroalchólico funcionan como les da la gana. Unas te echan una gotita que no te vale para medio dedo y en otras te sale un chorro que tienes que ir con los codos levantados:parece que vienes de atender el parto de un ternero»
Interviene todos los domingos, a las 22:30 horas, en el programa 'Los del sótano', en Televisión Castilla y León. Prepara guiones para un próximo proyecto televisivo en Madrid.
«Lo es en cualquier momento duro o crítico», añade Sara Escudero.«Aprender a oxigenar la mente con buenos ratos es absolutamente terapéutico. Porque no va a solucionar el problema, obvio, como no nos cura una enfermedad, pero sí que hace que todo se viva diferente. Y eso siempre es beneficioso».
Además, «toda la vida ha habido chistes y humor sobre la muerte, sobre los entierros», indica Quique Matilla. «Los cómicos estábamos al principio con esa duda de si se podrían meter cosas de la covid en los espectáculos. Si era algo tabú o no. Y la gente tolera muy bien que se haga coña con todo esto porque ayuda a quitarle peso. Todo lo que nos llega de la pandemia es negativo, machacón. Y que, de repente, seamos capaces de mirar lo gracioso de la mascarilla, de la PCR, las restricciones... Esto aligera la carga que llevamos con el virus a cuestas. Es una risa liberadora, colectiva, con la que piensas:'Bien, bien, pese a todo, nos podemos reír». «Y además, lo hacemos con un puntito de rabia», añade Álex Clavero. La risa como contraataque. La carcajada como rebelión. El jajajá revolucionario.
«¿Se puede hacer humor con todo? Ya te digo yo que sí. Todos tenemos grupos cerrados, ha ocurrido una tragedia y llega un amigo tuyo, hace un chiste superbruto en 'petit comité' y la gente se ríe. Eso es humor. ¿Se debe hacer en público? Yo no veo por dónde meterle mano al virus y al hospital. Hay situaciones extremas que se han vivido y no veo cómo hacer humor de eso. Ni lo intento, me voy de ahí», dice Vaquero. Y en eso coinciden todos. Es una herida tan dolorosa que poca risa cabe. Porque hay muchos muertos, demasiado dolor en torno a las pérdidas y a las penurias económicas y de salud.
Pero...
«Pero es que más que hablar del virus, hablamos de cómo ha cambiado nuestra vida. La pandemia es nuestra vida, y nosotros hacemos chistes sobre lo que nos pasa», explica Chapu. «Los humoristas ya teníamos el costumbrismo acabado, pero la pandemia nos ha descubierto sitios guais para el humor, porque ya no vivimos como antes. Nos pasan cosas nuevas. Nunca se había acabado el papel higiénico en este país», cuenta Vaquero. Están las mascarillas, los aplausos de las ocho, el gel hidrolacohólico, las distancias de seguridad, «esos palitos que te meten ahora por las narices y parece que te resetean el cerebro», dice Fran el Chavo. Y añade: «Los monólogos que hacíamos antes parecen de otra época. Como si hubieran pasado siglos. Ahora no puedes empezar diciendo: 'La otra noche fui con los colegas a la discoteca y...' Suena hasta raro. Ahora tienes que decir: 'He ido con mis cuatro colegas no convivientes a una terraza y...'».

Fran el Chavo
«Antes, la distancia de seguridad que te ponían las chicas de Valladolid era de cuarenta metros. Ahora, con los dos metros pensarán: 'Joder, nos va a tocar acercarnos'»
Interviene todos los domingos, a las 22:30 horas, en el programa 'Los del sótano', en Televisión Castilla y León. Prepara guiones para un próximo proyecto televisivo en Madrid.

Sara Escudero
«Customizamos tanto las mascarillas, las personalizamos tanto, que he visto algunas con 'Se vende Opel Corsa del 95'. Por si acaso»
Colabora en 'Más de uno' y 'Por fin no es lunes', en Onda Cero. Además, actúa en 'Flipante Noa', de Disney Channel. Ha colaborado en 'Zapeando' y 'El intermedio' (La Sexta) y 'Cero en historia' (Movistar+).

Nacho García
«Han pasado ya meses, pero todavía no sé cuál es el plan que llevan los que van solos en su coche y con mascarilla»
Colabora en 'Tarde lo que tarde' (RNE) y con una sección diaria en 'Las mañanas de TVE'. Además, representa 'Estoy mayor', su espectáculo, que ahora puede verse en el Palacio de la Prensa en Madrid.

J. J. Vaquero
«¿Cómo podíamos hacer antes el Blablacar sin mascarilla? Éramos capaces de meternos con cuatro desconocidos en un coche de Valladolid a Murcia sin mascarilla, cuando todo el mundo sabe que es imposible ir en coche de Valladolid a Murcia aguantándose un pedo»
Alterna la radio ('Yu, no te pierdas nada', en Europa FM) con la televisión. Está en 'Cero en Historia' y 'Últimos fijaches' (en Movistar +), en 'Los del sótano' (Televisión Castilla y León) y en 'El hormiguero' (Antena 3). Además, tiene sobre los escenarios el espectáculo 'Vaquero'.
«Hay una premisa, una frase típica para arrancar un monólogo que es: '¿Nunca les ha pasado a ustedes...?' Y es que resulta que esto del coronavirus nos ha pasado a todos y en todo el planeta. Nunca ha habido nada tan común. Todo el mundo lo va a entender, todo el mundo se va a sentir identificado. Y para hacer humor bien hecho, eso es un filón», cuenta Quique Matilla. «Esta es una situación nueva y está muy bien que los humoristas lo recalquen y nos hagan reír sobre ello», añade Vaquero, quien asegura en sus actuaciones que ha descubierto una mezcla «peor que la piña y la pizza... el alioli y la mascarilla». Nacho García se ha fijado en ese lloriqueo de los dispensadores automáticos de gel: «¿De qué se lamentan?». Y está esa advertencia que lanza Sara Escudero en sus 'shows': «Recordad que son mascarillas, que no son el casco de Darth Vader. Vamos, que hay que seguir lavándose los dientes porque la mala higiene se traspasa, el olorcillo llega...».
«Ahora los teatros parecen quirófanos, todos con mascarilla», evidencia Quique Matilla. Y eso le resta al cómico información. No puede ver las sonrisas del público, si el espectáculo va por buen camino. Pero hay alternativas. «Yo pensé que, con menos aforo y las mascarillas, las risas se iban a oír mucho menos. Pero parece que suenan más, que hay más ganas de reírse», cuenta Álex Clavero. «Antes había gente que iba a los sitios por inercia. Vamos al cine, a ver qué tal. Al teatro, por si acaso. Y ahora, con todos los peros y limitaciones que ponen, al sitio al que vas es porque quieres. Cien por cien. El público está muy a favor. Y eso se nota», sigue Matilla. «Es que tenemos más ganas que antes de hacer cosas. Desde la cuarentena yo he ido al cine dos veces. Han sido los dos días más felices de mi vida. Porque hemos dejado de acudir a muchos sitios no porque no queramos, sino porque no podemos. Y cuando regresas a un sitio en el que has sido feliz, lo haces con más alegría», remarca Nacho García. «Al principio, después del confinamiento gordo, era raro mirar al público. Pero ya nos hemos acostumbrado. Ya no veo extraño que lleven la mascarilla», añade Vaquero.
«Los cómicos hacemos chistes con el día a día... y esto nos ha cambiado la vida»
El sector ha pasado también tiempos para hacer poca broma. Con las limitaciones de aforo y los teatros medio vacíos porque hay butacas que no se pueden llenar. Con el toque de queda que obliga a funciones a las 17:30 horas. Con habituales cancelaciones por cambios en las restricciones, cuarentenas, confinamientos municipales. «Las actuaciones que tengo las apunto a lápiz, porque la llamada siguiente puede ser la del promotor que dice que esto se cae», indica Matilla. La alternativa fue un buen verano, con actuaciones en terrazas, con escenarios al aire libre. «El problema es que en Castilla y León eso son solo tres meses al año», aclara Fran el Chavo.
¿Y el futuro? ¿Quedará esto para los monólogos que se cuenten dentro de cinco, de diez años? «¡Claro! Pero si todavía se hacen chistes con el porno codificado del Canal Plus y los chándal de tactel de los 90. ¿Cómo no vamos a hacer referencia a algo que nos está marcando tanto? El tiempo y la distancia ayudan. Diremos: señores, lo hemos pasado tan mal que vamos a reírnos. Imagínate dentro de quince años haciendo chistes de un señor llamado Fernando Simón. Los chavales que nazcan hoy y sean entonces adolescentes no se acordarán, pero nosotros sonreiremos cuando hablemos de Fernando Simón», dice Fran El Chavo. «Ojalá no se extienda mucho esta situación y que podamos hablar pronto de ella en pasado. Y digamos en los espectáculos: ¿Os acordáis de cuando estábamos confinados en casa y la gente se puso como loca a hacer pan? Yo voy recopilando. Haber estado dos meses sin salir de casa es para contarlo. Quitaremos todas las imágenes duras y tristes y ojalá podamos sonreír solo con las cómicas», confía Álex Clavero. Y remata la jugada Sara Escudero. «El humor es actitud, el único arma de comunicación masiva. Aprender a reírnos de nosotros mismos, como humanos, es síntoma de inteligencia, de autocrítica de talante, empatía y buena actitud». Así que, pese a todo, reírse. Ante la adversidad, sonrisa. Contra la covid, la resistencia del jajajá.
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