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Hay varios invernaderos dentro del vivero municipal. En uno de ellos, el primero, miles de macetas comienzan a llenar el suelo. Por el momento solo ... asoman unas pequeñas hojas de color verde, pero en un par de semanas, la imagen será bastante diferente. Los trabajadores han comenzado estos días con el traslado de las plantas desde las bandejas de alveolos -semilleros- a unas pequeñas macetas. Ahora se inicia el proceso para engordar las flores. Unas dos semanas y, entonces sí, el invernadero se llenará de color. Un anticipo de lo que también ocurrirá en los parques y jardines de Valladolid en mayo. «La previsión es que a mitad del mes se empiecen a plantar, si respeta el tiempo», avanza José María Rodríguez, Jefe de Centro de Mantenimiento de Zonas Verdes de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid.
Será entonces cuando se planten en la ciudad hasta 40.000 flores pertenecientes a más de quince especies diferentes, la mayoría petunias, geranios o begonias. Este año hay una novedad, la gaura lindheimeri, conocida simplemente como gaura, y caracterizada por unas pequeñas flores generalmente blancas. «Cada año probamos nuevas especies para ver cómo aguantan en el terreno». Este año es el turno de la gaura, que se estrenará en la plaza de Juan Pablo II en el barrio de Villa de Prado y que además de adornar, también se planta con el objetivo de prevenir. «Son zonas verdes que se pisan mucho, pero estas flores alcanzan el metro de altura, a ver si así evitamos que la gente camine encima», confía Alfredo Sondesa, Oficial de Primera del vivero.
Sobre el terreno, las plantaciones arrancarán en mayo en el parque más grande de la capital, el Campo Grande. «El trabajo se alarga luego durante un mes hasta que se colocan todas». Así, en cada uno de los barrios, desde Delicias, El Peral, La Victoria o Huerta del Rey. «La situación ahora se ha estabilizado y no entran muchas zonas verdes nuevas». El resumen en este aspecto es que hace veinte años se plantaban en la ciudad apenas tres especies de flores, sobre todo petunias y tagetes, y ahora se ha pasado hasta más de quince. «También ha afectado el cambio climático y hay flores que se plantan menos que antes, por ejemplo los geranios, que colocamos la mitad», explica el Oficial del vivero.
Las razones que llevan a plantar unas flores u otras y en qué zonas se hace son varias. «Además del propio terreno donde se ubican también se tienen en cuenta otros factores como la cantidad de sol que incidirá sobre las plantas». Eso sí, lo habitual es mantener las especies en los mismos sitios, si bien puede haber cambios o se pueden introducir nuevas plantas, como ocurre este año con la gaura. De momento, la labor en el vivero es esa, pasar las miles de flores de esas bandejas de semilleros a las pequeñas macetas. Este viernes, por ejemplo, le tocaba el turno a los cientos de ageratos que en un mes poblarán la capital.
«Ahora se hace con una máquina, que te prepara la maceta, todas iguales con el mismo nivel de tierra y con el espacio preparado para que solo tengas que colocar la planta. Antes había que hacerlo a mano y se tardaba más, la labor es ahora mucho más rápida». Más tediosa es la operación de trasladar las plantas desde vivero hasta las zonas verdes de la capital. «En los parques hay que sacar las plantas de otoño para meter las de primavera. Y eso hay que hacerlo con cuidado, porque hay especies que son muy delicadas», comenta Alfredo Sondesa.
Pero en el vivero se lleva trabajando meses para poner todo a punto de cara a la campaña. Desde que se entrega el catálogo en el que se seleccionan las especies que este año darán color a Valladolid, hasta que se reciben los semilleros, su posterior plantación en las macetas, su engordamiento y, por último, cuando llegan a los parques de la capital. Allí no solo se trabaja con flores y también hay cientos de árboles -almendros o castaños de indias- y arbustos preparados para plantarse cuándo y dónde haga falta.
Terminada la plantación, la labor de los trabajadores no para después de primavera, y durante todo el año se trata con hasta 150.000 plantas. En otoño también hay otra campaña para instalar flores en los parques y jardines de la ciudad, que se centra en menos especies que la actual, concretamente la viola y la primula. Estas serán las que se retiren en las próximas semanas por otras como begonias, claveles, gauras, petunias, calibrachoas y gazanias. En total, 40.000 ejemplares que dentro de poco estarán listos para llenar de color a Valladolid.
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Alberto Echaluce Orozco y Javier Medrano
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