Concentración sindical contra el cierre del matadero de Sada, donde trabajaba también la cooperativa Servicarne. GABRIEL VILLAMIL

Visto para sentencia la demanda de la Seguridad Social contra Servicarne por la posible contratación de falsos autónomos en Valladolid

La Inspección de Trabajo levantó actas de infracción en las que reclama cuotas de asalariados de los últimos cuatro años

Jorge Moreno

VALLADOLID

Viernes, 17 de enero 2020, 12:24

Más de una veintena de antiguos empleados de la sociedad cooperativa Servicarne han demandado a ésta y a la empresa Aviagen, líder en el mercado de reproducción avícola, para su reconocimiento como trabajadores asalariados durante más de un lustro, pese a que la actividad laboral ... que realizaban en el matadero de pollos de Montemayor de Pililla, dedicado al sacrificio de aves, se regía con criterios de socios cooperativistas.

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Los empleados sostienen en sus demandas la existencia de una relación laboral durante años con Servicarne, y en su defecto con las mercantiles con las que ésta contrataba la prestación de los servicios como supuestos falsos autónomos.

Este pleito laboral, que ha quedado visto para sentencia esta semana en el Juzgado de lo Social 4 de Valladolid, se inició después de que la Inspeccción de Trabajo levantase diversas actas en las que establecía que los operarios del matadero no podían considerarse socios cooperativistas, al haber una relación de dependencia con la contratista. Por ello, la Seguridad Social le reclamaba el importe de las cotizaciones como asalariados de los últimos cuatros años (más de 200.000 euros), dependiendo de su categoría y el convenio del sector cárnico.

La mecánica del encargo era la siguiente: Aviagen, con sede en Barcelona, se encargaba de la producción de las aves y luego las trasladaban a los mataderos en donde Servicarne realizaba los despieces, para posteriormente envasar y distribuir el producto en las tiendas.

Este sistema de trabajo se realizaba en mataderos como el de Sada en Valladolid, que cerró en 2017, y en León para Embutidos Rodríguez.

Además de la Seguridad Social, el sindicato CC OO se ha personado como representante de un grupo de exempleados, así como otros que acudieron individualmente.

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Todos ellos reclamaron en el juicio la relación laboral que, de confirmarse por el juez, conllevaría además del abono de las sanciones de la Seguridad Social, el pago de nóminas superiores a las que percibían como cooperativistas (servicarne les facturaba por horas de despiece).

La condición de trabajador por cuenta ajena comportaría también el abono de determinados pluses, vacaciones, pagas extraordinarias, antigüedad y horas extras, si las hicieran.

Servicarne se constituyó en marzo de 1977 como Sociedad Cooperativa Industrial de Matarifes de Cataluña y Baleares, y contaba a finales del pasado año con 5.300 socios en toda España.

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Hace casi tres años, cuando se cerró el matadero de Sada en Valladolid, los empleos vinculados a este centro en el barrio de Las Villas eran 57, una cifra, que según los sindicatos, había sido mucho mayor anteriormente, puesto que se llegaron a sacrificar hasta 50.000 pollos diarios. Cuando se anunció el cierre de la sala de despiece de Valladolid eran 33.000 aves.

«Las cooperativas pueden también contratar servicios con trabajadores por cuenta ajena», señala una jueza

En el debate jurídico sobre si existió una relación laboral durante años, y si los trabajadores de Servicarne eran o no falsos autónomos, es determinante el documento que algunos suscribieron en el mes de diciembre de 2016.

Según una sentencia por el matadero de Sada de una jueza de lo Social de Valladolid, estos trabajadores mantuvieron una relación laboral especial con Servicarne Sociedad Cooperativa desde su incorporación a la misma.

«No es una cuestión discutida que las cooperativas pueden también contratar servicios con trabajadores por cuenta ajena, dando así lugar a una relación laboral común regida por las notas de ajenidad y dependencia, que es lo que se solicita» en la demanda que se declare para recibir una indemnización.

La magistrada de lo Social 3 recuerda en uno de los fallos, que está recurrido, que los afectados firmaron un documento por el cierre del centro de Sada en Valladolid, en el que no solo aceptaban una indemnización (en el caso de esta socia llegó a los 17.820 euros) por parte de Servicarne, sino que solicitaban la baja de la cooperativa, así como de la Seguridad Social en el Régimen de Trabajadores Autónomos en diciembre de 2016.

Se comprometían también a «no reclamar ni derechos, ni cantidad alguna por horas extras, vacaciones, dietas, pluses, indemnizaciones por bajas y otros conceptos análogos, así como a cumplir el compromiso de paz social».

Ante esta circunstancia, la jueza dice que no se puede reclamar la existencia de relación laboral a Servicarne ni a Sada por cuanto en el momento en el que se puso el documento de extinción de la relación de prestación de servicios no se reclamó vínculo laboral, y se aceptaron las cantidades que se pusieron a su disposición.

Fuentes judiciales indicaron que existen diferentes pronunciamientos no coincidentes en otras provincias, por lo que finalmente deberá ser el Supremo el que concluya.

Esta producción se repartía, después de ser envasada para diferentes cadenas de supermercados por toda España y, precisamente, era la tarea de troceado la que realizaban los cooperativistas de Servicarne.

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Los reclamantes sostienen que comenzaron a prestar sus servicios desde el 2011 después de que firmaron su solicitud de inscripción como socios, aceptando los estatutos sociales y su reglamento interno. Se les establecía como condición el darse de alta en el Régimen de Autónomos en la categoría de peones.

Firma de contrato mercantil

Según figura en uno de los expedientes judiciales por estas reclamaciones, Servicarne y Aviagen suscribieron un contrato mercantil para la prestación por parte de la primera en favor de la segunda de servicios de despiece de aves y preparación de productos avícolas destinados al consumo humano. Unos contratos que han sido analizados.

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Las cantidades que percibían estos autónomos lo fueron en función de los kilos de despiece solicitados, y se les abonaba mensualmente de forma variable por Servicarne.

Los trabajos se realizaban en las instalaciones del grupo contratante, y era el encargado de la cooperativa y los jefes de equipo de la misma los que recibían los correspondientes pedidos, realizando esta empresa la supervisión y control de calidad de los productos en el matadero.

Ni la jornada, ni el horario eran fijos, sino en función de los pedidos, llegando en algunos casos a estar 10 horas diarias. El material y ropa de trabajo eran proporcionados por Servicarne, que además impartía los cursos de prevención de riesgos.

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Por su condición de ser socios cooperativistas, podían acudir a las asambleas y se les abonaba por ello los gastos del viaje.

Liquidación de actas

La mercantil Aviagen no está conforme con las actas de Trabajo y mantuvo en el juicio que no existe relación laboral. Por este pleito, el procedimiento administrativo se ha paralizado a la espera de la sentencia.

Precisamente ha sido la Seguridad Social, la que presentó la demanda, la que quiere que sea el magistrado el que diga si se trata de asalariados. Una vez que éste se pronuncie, se les reclamarían los importes de las cotizaciones no satisfechas en los cuatro últimos años.

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Servicarne solicitó que se suspendiera la vista oral hasta que la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional se pronunciase sobre varios recursos que hay respecto a esta cooperativa. El juez deberá decidir ahora en sentencia o auto esta cuestión.

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