Vinos Merino: cuando una jarra de barro es tu seña de identidad
Adiós al cachi por la prohición de los plásticos de un solo uso ·
Toño Calvo, socio del local de la calle Macías Picavea de Valladolid, asegura que «es un error prohibir los plásticos de un solo uso en plena pandemia»
Vinos Merino nació en la calle Leopoldo Cano de Valladolid en 1964, año el que el joven Eladio Merino arrancó un proyecto hostelero que 20 años después pasó a manos de su hijo, José, quien conservó el ambiente tradicional que tenía el bar de su padre. La venta de bebida en grandes formatos ha sido siempre uno de los reclamos de este establecimiento, que en 2014 se trasladó a la calle Macías Picavea, en el local que a principios de siglo ocupa el Cañaveral.
Decir adiós al plástico de un solo uso no debería ser un problema para un bar que tiene las jarras de barro y los pequeños vasos de cristal como señas de identidad, pero la pandemia lo ha cambiado todo, tal y como indica uno de los tres socios que ahora regentan el establecimiento, Toño Calvo. «Siempre hemos ofrecido lo mismo a nuestros clientes. Desde el principio servíamos jarras de barro y la gente metía su vaso de cristal en ellas para ir bebiendo. Ahora ya no damos jarras y usamos el 'cachi' porque es una forma de evitar contagios en un momento como este, en el que hay que eludir el contacto con cosas que hayan tocado otras personas», indica Calvo, muy crítico con el cambio normativo. «Es un error prohibir los plásticos de un solo uso en plena pandemia», agrega contrariado.
Jóvenes de tres generaciones distintas han acudido a Vinos Merino en busca de un bar en el que socializar con gente de su edad, y Toño Calvo tiene claro que a los jóvenes de ahora no se les puede privar de algo tan básico como relacionarse en un instante de su vida en el que es fundamental el trato con los demás. «La gente necesita salir porque es imposible tenernos encerrados todo el día. Podemos ir a trabajar y a comprar, pero no nos dejan salir a tomar algo», se lamenta este hostelero, que reconoce que la pandemia le está afectando mucho. «Hace unos días decían en un artículo de El Norte que es más fácil que te toque un sorteo de Instagram que encontrar sitio en las mesas de atrás del Vinos Merino. Hoy, por desgracia, es posible encontrar sitio», indica.
Con vasos de 'cachi' o con jarras de barro, la juventud sigue ahora, 57 años después de que el sueño de Eladio Merino se convirtiera en bodega, acudiendo al Vinos Merino en busca de un rato agradable entre amigos. «Nuestra esencia está en ese local que abrió hace más de medio siglo y que sigue empapando cada centímetro de Vinos Merino», explica Toño Calvo, que espera que se encuentre una alternativa funcional y económica que permita a los bares tener un sustituto para el 'cachi' de plástico, ahora que tiene los días contados.
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