El vino teje cuatro rutas en las que los alimentos ocupan un lugar destacado

El stand de la Diputación de Valladolid en Madrid Fusión ha servido de perfecto escaparate para pequeñas y grandes empresas, para las que están consolidadas y para las que acaban de llegar, y que, de otra manera, sería prácticamente imposible estar presentes en citas tan importantes como ésta. Así lo reconoce el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, que durante su participación en esta cumbre gastronómica apuntó que desde Alimentos de Valladolid «el objetivo principal es ayudar y potenciar y, en este caso, colaborar con todos esos productores que hay que recordar que en muchos casos son muy pequeños».

Las sensaciones que le transmiten los asociados a la marca de calidad son buenas. « Están encantados de ir bajo el paraguas de Alimentos de Valladolid y las expectativas son buenas, no solo en seguir produciendo o en darse a conocer, también desde la institución provincial estamos ayudando a modernizar sus instalaciones pues muchas veces es la misma persona la que tiene que hacer todo».

El trazado de las cuatro rutas del vino que recorren la provincia vallisoletana: Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro han servido de hilo conductor para dar a conocer a los productores que trabajan en cada una de esas zonas y que están adheridos a la marca de calidad Alimentos de Valladolid.

La Ruta del Vino de Rueda contó con la presencia del reconocido cocinero Martín Berasategui que, junto a su equipo, los hermanos Marcos y Carlos Yllera y el presidente de la Diputación, presentó en este espacio su proyecto el Hilo de Ariadna, una gastrobodega que también está incluida en la ruta.

«No tengo miedo, ni pereza, ni vergüenza en decir que lo mejor está por venir», dijo el cocinero que atesora 13 estrellas Michelin y que apostó por «juntar mucho más las bodegas con los cocineros».

Después de 48 años de trayectoria profesional se sigue definiendo como el «eterno aprendiz», que lleva a sus platos lo que ha aprendido de sus padres, su tía y sus maestros. Pero sobre todo, sus elaboraciones están impregnadas de «la cultura del esfuerzo» y se mostró convencido de que con este proyecto «vamos a hacer historia», sin olvidar mencionar un «nosotros», en el que incluyó a bodegueros, agricultores, ganaderos, pastores, sumiller, clientes o la gente del servicio y la limpieza.

«Hago lo que me hubiera gustado que hicieran conmigo», apuntó en relación a la formación de sus equipos. «Transmito, ilusiono y contagio» y tras reconocer que en la cocina «el presente y el futuro está asegurado», gritó, con el brazo doblado, aquello de: «¡Garrote y hasta la victoria», para después brindar con Meraldis Verdejo Gran Vino de Rueda de bodegas Yllera.

Por su parte, el presidente de la Diputación valoró que este proyecto «es un trocito de la provincia, un pequeño ejemplo dentro de las cuatro rutas del vino que tenemos».

Los vinos verdejo de la DO Rueda estuvieron presentes como el vino Dorado de Bodegas de Alberto, ensamblado con mantecados al verdejo de la Giralda de Castilla.

De los vinos a la miel

Ribera del Duero también recaló en este espacio con diferentes bodegas como Veganzones. A ellos se sumaron la empresa Apícola, Oro del Duero que, de la mano de Beatriz Rodríguez y Clara Inés Andrés, ofrecieron una degustación de su miel en la que quedó patente los diferentes sabores que otorgan al producto las diversas floraciones que aprovechan en la zona.

«Es un producto totalmente artesanal, miel envasada a mano y sin ningún proceso, va del panal al tarro», explicó Beatriz, quien incidió en la palabra «sostenible» como base de la producción.

Por su parte, la Ruta del Vino de Cigales dio a conocer 'Viajar a través del vino' y ofreció una masterclass con el Restaurante La Dama de la Motilla (Fuensaldaña), con Bodegas Mucy, titulada 'Porky chingón'. Este mismo restaurante realizó otro pase con Eme Bodegas titulado 'Cigales', siempre con productos elaborados en esta demarcación.

Además, Clandestino Cigales (Grupo al Tuntún), desarrolló dos propuestas culinarias: Gyoza de morcilla (La Maruja, elaborada en Cigales) y manzana con salsa agridulce, con Carredueñas rosado 2022; y Minicachopín de solomillo con queso curado de Mucientes, con Concejo Reseva 2018.

Desde Toro se apostó por la parte líquida y en Madrid Fusión se degustaron los vinos de bodega Elías Mora y bodega Rejadorada.

Entre las muchas actividades desarrolladas en Madrid Fusión, también se ha podido descubrir Palacio de Villachica o saborear Dulces Valadar, de la Asociación de Confiteros de Valladolid.

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