Félix de Paz, ante una imagen de uno de los famosos cuadros anatómicos de Rembrant. H. Sastre

Da Vinci, forense de la anatomía pictórica

El profesor de Anatomía de la UVA Félix de Paz investiga y da conferencias sobre las aportaciones de Leonardo a la Medicina

Antonio Corbillón

Valladolid

Domingo, 22 de noviembre 2020, 08:46

De Leonardo da Vinci (1452-1519) se dijo que fue un hombre que despertó muy pronto en la oscuridad mientras los demás dormían. En ese 'insomnio' renacentista que aplicó a tantos saberes encontró también un espacio para la anatomía. «Alcanzó una precisión tan ... absoluta que sus dibujos de cráneos y músculos se pueden llevar hoy a clase», afirma el profesor de Anatomía de la Universidad de Valladolid e historiador del Arte, Félix de Paz.

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Su profesor en la misma facultad, el añorado Pedro Gómez Bosque, le llamaba por los pasillos 'el hombre feliz' por su capacidad para dispersarse en saberes y abarcar cultura. Con el tiempo, el enorme currículum de De Paz (está en casi todas las comisiones de formación, doctorado e investigación) aún le ha dejado tiempo para ser un concienzudo experto en las aportaciones de los pintores clásicos a la ciencia médica. Desde hace años, pronuncia conferencias sobre la materia y no deja de recorrer sus escenarios e investigar sobre los grandes maestros.

Pero Da Vinci está por encima de todos. «Se adelantó cuatro siglos al estudio del cuerpo humano», sentencia. Cuando acude a una sala forense, De Paz o sus colegas cuentan hoy con todo tipo de ayuda técnica. Potentes focos, formol, cámaras de gran precisión, 3D... Y aún así, «hacer una buena disección cuesta».

Ahora sitúen a Leonardo en el invierno de 1507 cuando hizo su primera autopsia a un anciano en el hospital Santa María Nuova de Florencia. «Iba de noche, iluminado con unas velas, el formol no existía. Tampoco los bisturíes. Imagínele varias horas cortando tejidos en soledad, el olor...», recrea Félix de Paz.

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Tiempos en los que abrir cadáveres no estaba bien visto. Una bula papal le permitió a Da Vinci explorar cerca de 30. Material suficiente cuando le llegó la prohibición. ¿El resultado? «Inventó el hombre de cristal, con cuerpos transparentes, con sus órganos, perfiles de cráneos que rotan desde diferentes puntos de vista. La historia de la Anatomía ya no se podría contar sin citar a Leonardo». Capas de piel, conductos nasolacrimales, los ventrículos cerebrales, el seno maxilar de la cara, hasta un útero femenino... la precisión de su pluma era casi fotográfica. Incluso inventó el primer molde cerebral inyectando cera líquida en un cráneo. «Es muy similar a los que usamos hoy en las clases», insiste de Paz.

El artista florentino, sin un oficio concreto pero con un talento enciclopédico, se acercó a la Anatomía para poder reflejar mejor al ser humano, ya que «veía la pintura como una actividad científica», explica su devoto profesor vallisoletano. Cuando falleció en 1519 era el sabio más célebre de Europa. Dejó al cuidado de sus dibujos humanos a su discípulo Francesco Melzi, que no supo entenderlos, ni tampoco las incomprensibles notas a pie de página de cada órgano corporal reflejado.

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Un legado de 200 dibujos acumuló años y polvo hasta que la corona británica los compró en 1690 en un lote global de 600 láminas del italiano. Allí siguieron otros dos siglos porque nadie era capaz de descifrarlos. Cuando se publicaron en 1900 como un compendio de Anatomía, el mundo empezó a comprender esos siglos desperdiciados. «Tenían delante un atlas del ser humano y no lo habían comprendido. De haberlo hecho, la medicina podría haber avanzado muchas décadas más rápido», insiste el profesor De Paz.

Dibujo de Da Vinci.

A uno de sus inmediatos sucesores, el flamenco Andreas Vesalio (1514-1564) se le atribuye la fundación de la Anatomía moderna tras publicar su manual 'De humani corporis fabrica', muy lejos en temática y profundidad a lo que aportó Leonardo.

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Félix de Paz suele llegar en sus conferencias hasta los obras del barroco de los Países Bajos. Autores como Willem Van der Meer ('Lección de Anatomía', 1617). Y, sobre todo, Rembrant, que pintó dos cuadros por encargo de médicos holandeses. Uno de ellos ('Lección de anatomía del Dr. Deijman', 1656) es una de las obras temáticas más famosas de la historia. Una pintura que «habla mucho del contexto social pero ofrece poco de ciencia».

Con la mezcla de arte y medicina, el profesor de De Paz intenta que sus auditorios se sumerjan en la sociedad que hizo posible estas obras maestras. Asegura que «aún me faltan muchos detalles por descubrir». Sobre todo del gran Leonardo da Vinci, el hombre que defendía que 'la experimentación es la madre y lo antiguo la madrastra'. Y al que la historia de la Medicina, que tanto le debe, en realidad «apenas le cita».

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