Es un barrio joven y con tirón inmobiliario. Sin embargo, la ocupación de sus bajos comerciales no termina de despegar. Su trama está plagada de teléfonos y carteles a pie de calle en los que se ofrecen locales en venta o en alquiler. Esta situación ... ha llevado a un promotor local a probar con una fórmula que está cogiendo vuelo en Valladolid: la conversión en viviendas de bajos con la calificación de terciario. El Ayuntamiento de Valladolid ha concedido a la empresa Solzano S. L. licencia para transformar dos espacios a ras de acera, concebidos en su momento para acoger negocios, en cuatro apartamentos. En los últimos tres años, se han registrado cerca de cien permisos en el conjunto de capital para acometer este tipo de obras, de las que una treintena estaban, a finales de pasado ejercicio, pendientes de ejecución.
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La de Villa de Prado es la primera autorización de este tipo que se registra en una zona residencial que apenas tiene tres lustros de vida, ya que los primeros pisos comenzaron a ocuparse en 2008. El proyecto contempla la transformación de dos lonjas contiguas, con una superficie total de 222 metros cuadrados, en cuatro unidades residenciales de unos 50 metros cuadrados distribuidos en dormitorio, cuarto de baño y salón con cocina americana. Se trata de dos locales ubicados en la calle Monasterio de Santa María de Moreruela, frente al carga y descarga del supermercado Dia, aunque pertenecen a la comunidad de propietarios de Monasterio Santo Domingo de Silos 1-3. Estas cuatro viviendas contarán con una entrada común: un portal con un cuarto para aparcar bicicletas desde donde se accederá a los apartamentos.
La idea de la sociedad que está detrás de esta obra, diseñada por el estudio de arquitectos Arias-Garrido, es destinarlos al alquiler. «No de tipo turístico, sino de larga estancia; los precios que barajamos cuando se pongan en renta oscilarán entre los 500 y los 600 euros», detallan fuentes de Solzano, que esperan que este producto tenga buena acogida dada la demanda en un barrio donde el precio del metro cuadrado en venta se sitúa en los 2.125 euros y que en alquiler supera los 7,4, según los portales que desglosan el coste por zonas. El promotor, quien reconoce que es un desarrollo muy atractivo para vivir, tiene intención de ofrecer estos pisos ya amueblados.
Esta nueva fórmula entra dentro de las prescripciones permitidas en el Plan General de Ordenación Urbana, aunque exige unos requisitos básicos que se tienen que cumplir para dar el visto bueno a estas transformaciones. El primero y fundamental, que esta conversión no esté vetada en los estatutos de la comunidad de propietarios en la que se ubica el local y que el espacio residencial tenga como mínimo 25 metros cuadrados útiles. Además, tiene que tener una altura mínima de 2,5 metros, iluminación natural, una adecuada extracción de humos y accesibilidad garantizada para los servicios de emergencia.
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Desde la asociación de vecinos acogen la noticia con sorpresa por inesperada al haber aún oferta tanto en venta como en alquiler en bloques en altura. «Es verdad que a pesar de los quince años de vida del barrio los bajos comerciales no han terminado de desarrollarse; estaremos atentos a este nuevo proyecto», señala Jesús Revenga, presidente de la entidad. Esta primera conversión en la calle Monasterio Santa María de Moreruela puede abrir un nuevo filón para sacar rendimiento a las plantas de calle que más tiempo llevan esperando inquilino, algunas de ellas desde que se construyeron los inmuebles.
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