Rezos frente a la única clínica abortiva de Valladolid: «Nadie nos lo puede prohibir»

Son pequeños grupos, como mucho se reúnen cuatro personas, plantan cara al frío y rezan el rosario. Están ahí, de forma visible pero discreta, casi silenciosa y no paran de orar durante una hora. De su cuello cuelgan carteles azules con frases bien visibles que dicen «Rezamos por ti y por tu bebé» o «No estás sola, podemos ayudarte».

Cuando Socorro, Francisca y Pilar terminen su turno de oraciones frente a la Clínica Ginémedica de Valladolid (practica más del 75% de las interrupciones voluntarias del embarazo en Castilla y León, región que registró 2.597 abortos en 2021) otro pequeño grupo les dará el relevo para continuar con la letanía. Así permanecerán con motivo de la Cuaresma durante doce horas la día (de nueve de la mañana a nueve de la noche), los próximos 40 días. Este movimiento se reproduce por 24 ciudades de toda España como reflejo de un movimiento antiabortista surgido en 2004 en Texas, que llegó a España en 2019 y que va por el tercer año en Valladolid. Se inscriben y cogen hora en la página web del movimiento '40 días por la vida'.

No entienden el aborto como un derecho, sostienen que sean cuales sean las circunstancias se impone el derecho a la vida. «El aborto nunca es la solución, matar a una persona nunca lo es. Esto se trata más bien de un negocio sangriento», dice Juan Presa, el coordinador de la campaña de oración en Valladolid.

Son conscientes de las miradas perplejas de la gente que pasa por la calle San José de Valladolid, pero no creen que su presencia -a escasos metros de la clínica de salud sexual y reproductiva- coaccione a nadie que entre por la puerta para interrumpir su embarazo. Aunque algunas de las mujeres que entrar o salen a lo largo de la mañana son conscientes de su presencia, unas evitan mirar y otras fijan la vista con curiosidad.

Ellos argumentan que no molestan, que su presencia no incomoda o intimida. «Podemos rezar en cualquier parte y también rezamos por ellos. Nadie nos lo prohíbe», dice al respecto Socorro Díez, con uno de los carteles colgado al cuello.

«No creo que se tengan que sentir presionadas de que estemos aquí, seguiremos viniendo porque creemos en la vida, estaremos aquí para concienciar de algo tan sagrado de lo que llevan dentro, como es la vida. Queremos más libertad y más formación, que la gente sea consciente de lo que hace», añade otra de las integrantes del grupo de rezo, Francisca Pérez.

«Antes de venir aquí firmamos una declaración de paz en la que nos comprometemos a no molestar a nadie, simplemente venimos a rezar por personas que no conocemos con la intención sincera de salvar vidas», explica el coordinador de la campaña.

Lo cierto es que son más discretos desde la reforma del Código Penal del pasado mes de abril, ya que desde entonces se penaliza el acoso con hasta un año de cárcel a mujeres que acuden a estos centros para abortar. Califican la ley del aborto como «un monumento a la falsedad, una ley anticientífica y hecha a medida de las empresas dedicadas al aborto».

Desde la Clínica explican que «ahora -con la ley- nueva simplemente están ahí rezando, pero en años anteriores se han dedicado a abordar a las mujeres que iban a entrar, a preguntarles, a repartirles folletos. Se ha producido algún momento de tensión entre familias y estas personas, porque el aborto no es un momento agradable para una mujer», explica el gerente de las Clínica, José Manuel Muñoz.

El director del centro explica, además, que «la presencia de las personas que cuestionan su decisión en ese momento supone una sobrecarga emocional en las pacientes, se trata de un dolor añadido completamente innecesario. Es un derecho que tienen y nuestro deber es atenderlas de la mejor forma posible, dando toda la información y respetando cada decisión. Estas personas no saben nada de los motivos, personales o médicos que hay detrás de cada aborto», señala Muñoz.

El 90% de los abortos se produce antes de finalizar las 12 semanas de gestación, la ley permite la interrupción hasta las 14 semanas y se amplía a la semana 22 siempre y cuando existan causas médicas, como riesgo de graves anomalías fetales o para la vida de la madre.

Aseguran que cuando una mujer duda se para de inmediato el procedimiento. «Los abortos son bastante duros, por eso, les aconsejamos que se lo piense bien, que estén seguras y si dudan saben que aquí nos tendrán cuando hayan decidido y nos necesite», puntualizan desde Ginemédica, la única clínica que practica abortos en Valladolid y que además atiende las interrupciones de embarazo derivadas desde el sistema de salud de todas las provincias de Castilla y León excepto Soria, (las mujeres de Palencia tendrán que ir a Madrid a partir de abril).

En una visión totalmente contraria a la del gerente de la Clínica, el coordinador en Valladolid de este grupo provida celebra que han logrado «rescatar» a cuatro niños desde 2021; «tres el último año». Recuerda especialmente el caso de uno de los padres que ha contactado hace poco con ellos. «Vinieron a abortar y se acercó a nosotros. Nos preguntó que qué hacíamos aquí y hablamos con ellos. Nos contaron que no esperaban al niño y les explicamos las opciones que tenían, ayudas, etc.. y hace poco me ha llamado porque están locos de alegría con su niño», asegura.

En ese asesoramiento que dan desde '40 días por la vida' cuentan con la colaboración de Red Madre de Valladolid. «Agradecemos de corazón la labor que hacen con nosotros para ayudar a las familias que se dan cuenta de que lo más sagrado es la vida y les echan una mano con los niños para cubrir la mayor parte de los gastos hasta los dos años», puntualiza Presa.

Por su parte, desde la Clínica señalan que lo que hacen es «proselitismo donde no deben» y piden respeto por parte de los grupos provida al derecho que tiene cualquier mujer que necesite abortar.

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