Ángel Aragón, el jubilado de Delicias que se autoabastece con 360 vatios de energía

Para conocer la historia de Ángel Aragón hay que remontarse a 2009, cuando perdió su trabajo como obrero de la construcción y decidió buscar alternativas para reducir gastos. Fue entonces cuando se le ocurrió instalar placas solares en las ventanas de su domicilio, un edificio de tres plantas de Valladolid. «En un primer momento las puse porque necesitaba ahorrar y el sol es una buena fuente de energía y bastante barata. Además, el coste de la instalación no superó los 300 euros y sale rentable», explica recordando los momentos iniciales de su andadura con las placas solares.

Con el paso de los años y al comprobar el beneficio que obtenía con la energía procedente del sol decidió añadir mejoras a su instalación. «Los inicios fueron terribles porque apenas tenía acceso a Internet y no podía consultar cómo instalar las placas, pero con la ayuda de algunas revistas conseguí aprender lo básico», comenta. Adquirió unas placas solares con mayor capacidad para generar energía y se informó sobre las posibilidades que estas le ofrecían. «Antes tenía unas baterías que tardaban mucho en cargarse por las placas solares, que eran menos potentes que las que tengo ahora, porque alcanzaban un máximo de 50 vatios y ahora llego a los 360», asegura este vallisoletano.

Con la instalación eléctrica colocada en una pared de su estrecha cocina, Ángel explica qué conecta cada cable y para qué sirve cada una de las clavijas con la ilusión de haber sido él mismo quien ha aprendido a montar aquella estructura. «He sido autodidacta y he aprendido cosas con el paso de los años. La pena es que no tengo un chalé para poner las placas correctamente orientadas porque una casa puede vivir únicamente de energía solar si la instalación es buena y potente». Hace unos cuantos años decidió sustituir las bombillas tradicionales que tenía en las lámparas de su casa por unas led y el antiguo ordenador de torre por uno portátil porque «su consumo de energía es bastante menor y así ahorro». De esta manera y gracias a la actual instalación, Ángel puede tener en su domicilio conectadas «varias bombillas, una televisión de alta definición, el portátil y cargar el móvil», todo al mismo tiempo y «con un coste muy bajo».

Lo que también ha notado ha sido un ahorro «significativo» en la factura de la luz, que es lo que ha buscado «desde el principio». Su método de actuación es «sencillo y eficaz. Durante el día tengo las baterías enchufadas a las placas solares y se cargan para que al caer la tarde pueda encender la luz y utilizar la televisión, el ordenador o la lavadora», añade.

Pese a ser su principal fuente de energía, Ángel reconoce que esta instalación es, por el momento, «provisional» porque realiza mejoras «continuamente» con lo que va aprendiendo de guías, manuales y páginas web. Ahora está jubilado, tiene 66 años y «mucho tiempo libre» para poder experimentar y conocer nuevas formas de proceder y conectar los cables para que su domicilio sea «aún más autosuficiente y dependa menos de la corriente eléctrica, cuya factura luego viene por correo postal». Desde su experiencia anima a sus vecinos a instalar placas solares porque «suponen un ahorro importante» y, asegura, será mucho mayor «en unos cuantos años».