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Varios de los vecinos del barrio de La Rondilla. R. Ucero y P. Resina
Vida de barrio

Un día en La Rondilla, una zona «familiar y muy viva» de Valladolid

El barrio ha experimentado una gran evolución en su infraestructura y en sus zonas de ocio

Viernes, 28 de marzo 2025, 06:42

Considerado como uno de los barrios modernos de la ciudad que surge como consecuencia del salto industrial y demográfico que se produce en el período entre 1956 y 1972 debido a la expansión industrial y a la afluencia masiva de emigrantes del medio rural, La Rondilla «se construyó en su momento con criterios puramente economicistas». Así lo explica María de la Concha Morán, presidenta de la asociación de vecinos, que reside desde el año 97 en el distrito al que considera ya como su segunda familia. Con el paso de las décadas, la presión social, la lucha de los vecinos y de su asociación fue cambiando su historia, la cual conoce a la perfección y cuenta con detalle conforme da su paseo diario.

«Este es un barrio cómodo para los vecinos, aún tenemos muchos comercios abiertos y al final todos acabamos conociéndonos» afirma una de las grandes defensoras de esta zona, la segunda más poblada de Valladolid con 16.269 habitantes según los últimos datos del Ayuntamiento, solo por debajo de las Delicias.

Como ella, hay quien se entretiene desde primera hora con diferentes actividades. Sale a tomar algo por bares en los que los camareros ya saben qué servirle nada más entrar y visita algunas de las tiendas con más historia de la zona, en las que uno puede descubrir cómo es vivir aquí en la actualidad pero también conocer los cambios que ha experimentado la zona con el paso de los años.

Salta a la vista que por este barrio se mueve como pez en el agua, se lo conoce al dedillo. Saluda a sus vecinos, comparte con ellos numerosas anécdotas y, orgullosa, deja claro que «aquí aún se mantiene esa familiaridad típica de los pueblos», y se mantiene la actividad gracias a la gran cantidad de comercios que permanecen a flote y que ayudan a que los vecinos eviten desplazarse a zonas del centro y con grandes aglomeraciones.

  • Barrio La Rondilla

  • Habitantes 16.269

  • Viviendas 12.000

  • Media de edad 50 años

«Como se puede ver, en La Rondilla te encuentras en cualquier momento del día a gente que conoces, es un barrio muy vivo» dice mientras se dispone a entrar a su zapatería favorita, la cual abrió en el año 73 y que actualmente está en manos de Paz, quien en su día vivió en La Rondilla y que jamás se ha planteado cambiar su negocio de zona. La tienda está decorada en gran parte por las enormes filas de cajas de zapatos que llegan casi hasta el techo, además de su amplio escaparate desde el que Paz saluda constantemente a vecinos que conoce y que pasan de largo o bien entran aunque solo sea un instante para saludar.

«Llevamos con nuestra tienda aquí desde el 73 y hemos visto crecer a un barrio que entonces era muy joven»

Paz Ballesteros

Zapatería

Una de las razones es esa familiaridad de la que hablaba María de la Concha y que también comparte Paz con los vecinos, quienes muchos son ya amigos además de fieles clientes.

Paz Ballesteros en su zapatería de La Rondilla Rodrigo Ucero

«Al final hay que tener en cuenta que cuando nosotros vinimos aquí en el año 73, esto era un barrio muy joven, con familias con muchos hijos y lo hemos visto crecer y cambiar a mejor» explica mientras nos muestra los calzados que vende habitualmente a sus vecinos.

«La Rondilla es como si tuviera una familia muy grande, me encanta mi barrio»

Paula

Tienda de ropa Burbujas

En frente suyo se encuentra Paula, otra vecina que lleva aquí desde muy joven con su negocio de ropa. Ahora mismo la ropa de abrigo es la gran protagonista, con la que ayuda a muchos de sus clientes a combatir los meses más fríos de Valladolid.

Se mueve a diario entre maniquíes, cuenta con prendas para todo tipo de gustos y sonriente habla maravillas del barrio al que ella viste. «En La Rondilla es como si tuviera una familia muy grande. Quiero mucho a los vecinos y me encanta mi barrio» dice mientras nos explica cómo ha evolucionado la zona.

Paula en su tienda de ropa de La Rondilla Rodrigo Ucero

«Hay gente nueva pero el barrio se ha hecho mayor y esos vecinos no se desplazan al centro, se quedan aquí y por eso también muchas tiendas con historia aún se mantienen». Feliz, se reafirma en sus palabras al asegurar que, a pesar de que ya podría jubilarse, no tiene ninguna prisa, ya que para ella «es como mi segunda casa».

Y si bien los comercios históricos juegan un papel fundamental en La Rondilla, los clásicos bares de barrio son también protagonistas a diario en esta zona de la ciudad. Al pasear se ven jubilados con el vermut incluso en la terraza a pesar del invierno, clientes que salen con bolsas de comida para darse un capricho en sus casas y cómo no, largas conversaciones con camareros a los que conocen de sobra después de acudir a su barra a diario. Con un chupito y un cigarro en mano, Herminio es de esos valientes que llueva o nieve se sienta en la terraza del bar que está frente a su casa a disfrutar de sus años como jubilado.

«La Rondilla es gente de casa, de toda la vida, un barrio ya mayor pero muy vivo»

Daniel Álvarez

Camarero del Tívoli

«No sabría decirte los años que llevo aquí, más de cuarenta, ahora disfruto lo que puedo hablando con los vecinos y yendo a este bar» dice entre risas mientras se frota las manos y saluda al camarero. Más adelante, en la calle Cardenal Torquemada, se encuentra el Tívoli, otro histórico de La Rondilla caracterizado por su comida casera y por el buen trato de sus dueños con los clientes.

Eusebio y Daniel Álvarez, padre e hijo, son famosos en todo el barrio entre otras recetas, por su tortilla de callos. Sin embargo, lejos de hablar de su trabajo, lo que más destaca Daniel son las ganas con las que vienen a trabajar cada día gracias a la gran relación que tiene con los vecinos de la zona.

«Al final La Rondilla es gente de casa, gente de toda la vida. Es cierto que es un barrio ya mayor pero muy vivo, nosotros estamos muy contentos aquí». Una breve reflexión que puede servir como resumen de lo que significa vivir en una de las zonas más pobladas de Valladolid.

Y quizá sea también la mejor definición de lo que es un barrio, tener todo a mano y tener manos para todo. Dispuestas y tendidas para lo bueno y lo malo, diluyendo las fronteras entre lo que son vecinos y los que son familia, transformando las plazas en salones a techo abierto para acabar convirtiendo el barrio en un hogar.

La próxima semana

Diego Fernández y Rodrigo Ucero pasean por el barrio de La Rubia y recogen el sentir de sus vecinos.

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