El joven de 25 años que sufrió la agresión fue ingresado en el Clínico. José C. Castillo

Valladolid

La víctima de la paliza de Ruiz Hernández: «Me cuesta salir a la calle»

El agresor, que se ensañó con M.K. la madrugada del 26 de noviembre, se encuentra en libertad tras ser detenido el pasado viernes

Sofía Fernández

Valladolid

Martes, 11 de febrero 2025, 06:32

La policía detuvo el pasado viernes, 7 de febrero, a su agresor, al hombre que le dio una paliza la madrugada del 26 de noviembre en la calle Ruiz Hernández, cuando M.K. volvía a casa tras hablar por teléfono con una amiga. Tuvo que ... soportar entonces insultos hirientes como «maricón de mierda» y frases racistas como «por qué estás aquí moro de mierda» momentos antes de la brutal paliza que recibió y que le dejó tendido e inconsciente en plena calle con el rostro ensangrentado.

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Este estudiante, que está actualmente preparándose para cursar un máster de Fiolosofía en la Universidad de Valladolid, tuvo que ser operado de urgencia por una fractura de tabique nasal, pero no fue la única herida, M. K. sufrió también la fractura de pared medial del seno maxilar y la fractura del suelo de la órbita izquierda, además de hematoma de partes blandas occipital y perinasal; «porque fue directo a la cabeza», asegura. Semanas después de la paliza, fue ingresado al detectarle un coágulo en el cerebro, lo que le ocasionaba fuertes dolores de cabeza y mareos, síntomas que aún persisten en joven que asegura sentir «pánico» desde entonces y no encuentra alivio alguno al saber que tras la detención del agresor, un varón de 40 años con varios antecedentes -algunos de ellos por agresión-, quedase en libertad.

Tuvo dudas de si hacerlo pero finalmente decidió denunciar lo ocurrido y la Policía Nacional, encargada de la investigación de este caso, contó además con un apoyo extra para iniciar sus pesquisa, ya que parte de la paliza fue grabada en vídeo por un testigo que presenció los hechos la madrugada del 26 de noviembre. Esas imágenes que fueron analizadas por los agentes y en las que se ve cómo el hombre aborda a este joven que en todo momento mostraba una actitud tranquila y que se vio sorprendido por la sucesión de golpes. Sin embargo, M. K. no pudo reconocer al hombre que le había pegado la paliza. «Me abordó por detrás y me dio un fuerte golpe que hizo que las gafas cayesen al suelo, eso sumado a los fuertes golpes y las patadas que me dio, que me hicieron perder el conocimiento e impidieron que lo reconociera cuando fui citado por la policía, que me enseñó su rostro», asegura.

Apoyo psicológico

«De verdad, no entiendo cómo ese hombre puede circular libremente», reconoce decepcionado y aunque agradece la labor policial que ha llevado al arresto del individuo tras más de dos meses de investigación, no puede evitar «un deterioro enorme del estado psicológico». El joven turco asegura que no ha vuelto a ser la misma persona. «Tengo mucho miedo y salir a la calle se ha convertido en un desafío para mí, llega al punto que confundo a todos los que veo en la calle con él y constantemente miro hacia a atrás por temor a que vuelva a pasar. Por las noches ni siquiera salgo y por el día intento ir acompañado siempre aunque sea para ir a comprar», explica con nerviosismo M. K., quien está en tratamiento psicológico por lo ocurrido. Su rutina se ha visto condicionada tras la paliza pese a que trata de refugiarse en la literatura e intenta olvidar lo ocurrido. «Consideré incluso mudarme a otra ciudad pero comprendí que lo que me ha pasado es cuestión de mala suerte y agradezco el apoyo de mis amigos que me levantan el ánimo», dice este joven cuya familia se encuentra en Turquía.

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Tiene varias citas médicas por delante como consecuencia de los mareos ocasionales que aún perduran, por la revisión de las lesiones faciales y agradece tanto la labor médica como la policial, pese a que el agresor se encuentre en libertad. «No sé si es una desventaja, pero nunca he pensado en cómo pelear con alguien ni he aprendido a hacerlo. Siento que la violencia es un lenguaje que jamás entenderé», finaliza el joven, quien confía en la justicia una vez que llegue el juicio. «Espero que se tomen decisiones que impidan que hechos como este se repitan», finaliza.

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