Valladolid

Los viajeros de Auvasa podrán pagar en efectivo desde el 20 de septiembre

«Es una medida de justicia social, que no deja a nadie fuera y que favorece la accesibilidad universal para todas las persona que pueden tener dificultades en el acceso a medios tecnológicos o que se ven afectadas por la brecha digital», defendió Alberto Gutiérrez Alberca, concejal de Tráfico y Movilidad, quien entiende que con esta medida se pone fin «a una situación que fue extraordinaria y excepcional, y que el Ayuntamiento, a través de Auvasa, ha mantenido en el tiempo de forma injustificada».

A partir del próximo 20 de septiembre, los viajeros podrán pagar sus trayectos en efectivo al subirse al autobús. El concejal de Salud Pública, Alberto Cuadrado, aseguró que con esta medida «el ciudadano vuelve a tener la libertad de decidir cómo quiere pagar».

«Es cierto que la pandemia ha agilizado el pago mediante tarjetas bancarias y otros sistemas, pero el 66% de los pagos menores, según un informe del Banco de España, todavía se hacen en efectivo. Y no solo afecta a las personas mayores, sino también a muchos jóvenes», indicó Gutiérrez Alberca, quien subrayó que también las asociaciones de consumidores «han exigido que se permita pagar en efectivo en el transporte público para garantizar una accesibilidad universal a la prestación de los servicios públicos».

Desde la oposición censuraron esta medida por considerar que se trata de «un paso atrás» que perjudicará la prestación del servicio. «Es un capricho carente de toda fundamentación», argumentó Luis Vélez, concejal del PSOE, quien calificó esta medida como «una decisión unilateral adoptada sin informes técnicos sobre su impacto».

«El billete sencillo es el único que permite el pago en metálico. En 2019, suponían el 7,2% de todos los viajes (en torno a dos millones de trayectos, con una recaudación de 2,78 millones de euros). Hoy se ha reducido a menos del 2% y existen 493 puntos de venta (entre quioscos, estancos y parquímetros) donde se puede pagar el billete en metálico. Hacerlo en el interior del autobús perjudicará la velocidad comercial, que ha mejorado el 17% en los últimos años», apuntó Vélez.

En la misma línea se expresó Rocío Anguita, de Valladolid Toma la Palabra, quien entiende que el retorno al pago en efectivo «retrasará el servicio y los tiempos de viaje y obligará a los conductores a gestionar los pagos de forma directa». Como alternativa, propuso sin éxito la implantación de unas máquinas canceladoras automáticas que permitirían el pago en efectivo sin obligar a que sean los conductores quienes lo lleven a cabo.

El concejal de Tráfico defendió que Auvasa «no es una mercantil, sino un servicio público. Nuestra prioridad no es la velocidad comercial. Queremos dar una prestación universal y con el sistema actual, para comprar un billete en efectivo hay que pasar un montón de obstáculos. La gente quiere pagar cuando accede a un autobús». Y aseguró, además, que las ciudades en las que se ha recuperado el pago en efectivo han registrado un incremento de la venta de billetes por esta modalidad, como en Gijón o Fuenlabrada, «y eso sin contar zonas con mayor presencia de turistas, donde las cifras son más espectaculares, como Valencia o Palma de Mallorca».

Vélez insistió en que precisamente la velocidad comercial debe ser una de las prioridades del transporte público: «Que el trayecto sea más corto y que la gente tarde menos en llegar».