El viaducto de Arco de Ladrillo de Valladolid pasa por el quirófano por quinta vez en tres años

Los obreros volvieron a tomar ayer el viaducto de Arco de Ladrillo para llevar a cabo la enésima intervención de urgencia de los últimos años con los consiguientes cortes puntuales de un carril en cada sentido (el de entrada por la mañana y el de salida por la tarde) y los correspondientes atascos al dejar abierto un solo vial. Las obras, en esta ocasión, se centraron en las más que problemáticas juntas de dilatación del más que veterano paso de hormigón sobre las vías levantado a mediados del siglo pasado y destinado a su demolición en el proyecto de integración ferroviaria. Los operarios volvieron a picar las juntas en cuestión de los carriles situados a la derecha del tablero solo once meses de la última intervención para reponer precisamente las 32 juntas y que costó la friolera de 120.000 euros.

Lo curioso de la intervención, que conllevaba el corte de un carril en cada sentido en una vía por la que circulan a diario miles de conductores, es que ni siquiera estaba anunciada y los conductores se toparon con una señal portátil (sin previo aviso) que les desviaba al carril izquierdo dentro ya del viaducto. Las juntas de dilatación del paso ya fueron reparadas de urgencia en 2016 y, apenas dos años después, en noviembre de 2018, Urbanismo decidió sustituirlas definitivamente debido a su desgaste (llevaban quince años sin sustituirse) para evitar el deterioro del asfalto a su alrededor y los continuos parches para reponerlo.

El caso es que ayer, y en una aparente intervención exprés, los operarios volvieron a picar parcialmente algunas juntas para reponerlas. Entre tanto, bajos los pilares desnudos de hormigón del viaducto (se retiraron las losetas por el riesgo de caída y se colocaron cuñas para afianzar el tablero en 2017), continúan los trabajos de rehabilitación del paso subterráneo peatonal, que también se están llevando a cabo en los túneles de Labradores y San Isidro (solo este está cerrado), para mejorar la iluminación y eliminar pintadas y reponer tramos dañados. Los tres túneles, al igual que el viaducto, están destinados a desaparecer cuando se habiliten los futuros pasos subterráneos en los tres puntos.