Valladolid

Vermús y avistamientos de escaparates para celebrar un festivo sin actividades

Y con la estatua del Conde Ansúrez ya sin pañuelo al cuello, muchos de ellos aprovechaban la mañana libre, bautizada por el buen tiempo, para pasear por las calles comerciales del entorno de la Plaza Mayor. Pase a las verjas bajadas en casi la totalidad de los establecimientos, muchos se apostaban en los escaparates sin riesgo para el bolsillo, mientras que otros hacían cola en el único local con las puertas abiertas de la calle Santiago, una confitería que hacía su particular agosto en septiembre con la venta de panes y helados.

Ya en la Plaza Mayor el espectáculo que avistaban quienes transitaban por ella era el desmontaje del escenario, por el que han desfilado decenas de artistas durante las últimas dos semanas, tras el multitudinario concierto de Raphael hacía escasas horas, que puso el broche de oro con una gran noche en la que no cupieron todos los que quisieron ser partícipes por el cierre de los accesos debido al aforo.

Esther y Ricardo, de 43 y 44 años, fueron dos de los afortunados, que, en una plaza mucho más vacía, alaban la calidad del artista, mientras se muestran decepcionados con la actuación de Ana Mena, el concierto que más ganas tenían de ver. Sobre la ausencia de espectáculos para este lunes, no ven con malos ojos el día de descanso, que, no obstante, aprovecharán para tomar un vermú que empalmarán con una comida familiar de cumpleaños.

Con las casetas ya cerradas y esperando a ser desmontadas en cualquier momento, los fieles al vermú buscaban refugio y cobijo del sol en las terrazas bajo los soportales. En la mayoría de mesas, cervezas y otras bebidas, espirituosas o no, que los camareros del Lion D'Or y La Banque servían con apremio. «Prácticamente estamos al mismo ritmo», celebraba el personal de este último local, que a las nueve de la mañana ha empezado a servir cafés y desayunos.

Menos optimismas se mostraban en el Lion D'Or, el establecimiento vecino, pese a la buena afluencia hacia las dos de la tarde, con cuatro camareros en la barra. Esperan «un día flojo» ante la ausencia de festejos y el hastío de la clientela, tras tantos días de fiestas, aunque se muestran satisfechos con el éxito que supuso el concierto de Raphael la pasada noche.

El ambiente en la Plaza Mayor se palpa familiar, con los más pequeños, liberados de las obligaciones escolares, en busca de entretenimiento. Es el caso de Eli y Aridai, de 10 y 6 años, que acompañados por sus padres, Sergio y Doris, de 48 y 44, han acudido a la plaza de Portugalete a probar suerte a en la zona de juegos infaltiles, sin éxito. «No hay nada, hemos subido a ver si estaban los hinchables», lamenta el hombre, que también echa en falta «alguna caseta abierta». El matrimonio añora algo de ambiente a la vuelta de sus vacaciones, a diferencia de otros años, que siempre llegan al ultimo arreón. La tarde, con las atracciones del ferial aún en funcionamiento, se presenta más alentadora.

La estampa se repetía en los establecimientos del entorno de la Catedral, con un ambiente más jovial. En la terraza del Bar Pispas, un grupo de universitarias, aprovechaban la hora del vermú para calentar motores. Sin conciertos en la Plaza Mayor ni en Las Moreras, pasaran de celebrar las fiestas a las novatadas, ante el inicio del curso académico en la UVA. «Saldremos con las novatas por la tarde, por la zona de la Catedral o la Antigua», explica Cristina, veterana de segundo año del grado de Estadística «Y por la noche el Desierto Rojo», confiesan Jana y Cristina de, de 19 y 18 años, estudiantes de Arquitectura y Criminología.

Y mientras unos apuran terrazas y ferias, otros aprovechan la apertura de los comercios en la vecina Arroyo de la Encomienda, para aprovechar los saldos de la ropa veraniega o apurar la compra de los materiales escolares. El aparcamiento del Rio Shopping, lleno de coches, da buena cuenta de ello. Ya en el interior, el trasiego en tiendas, cafeterías y puntos de descanso certifica que no se trata de un lunes cualquiera. «Ha estado abarrotado», confirman en varios establecimientos comerciales, que desde primera hora de la mañana han contado con una gran afluencia.

La Lego Fan Factory, una zona de actividades para niños, era uno de los puntos calientes del centro comercial, aunque el jubileo era palpable en todos los comercios. Miguel, de 34 años, es uno de los vallisoletanos que se ha dejado caer por el complejo, acompañado de su famila, aunque tacha de «raro» que el festivo caiga en lunes sin ser fiesta y lamenta que la alternativa sea ir de compras. «Entiendo que viene bien para descansar, pero quizás podrían haber puesto alguna actividad cultural y aprovechar un poco mejor el festivo», reflexiona Juan Cuadrado, de 32 años, que ante la falta de actividades culturales, ha aprovechado para renovar calzado.