La Vera Cruz recupera el esplendor original de sus puertas del siglo XIX

El deterioro por el paso del tiempo, la erosión de la madera como consecuencia de la meteorología, especialmente del sol y de la lluvia, los excrementos de las palomas y los actos vandálicos con continuas pintadas han motivado esta actuación urgente de recuperación del estado original de la carpintería de acceso al templo y también de las puertas superiores de salida hacia el balcón, como recuerda la presidenta de la hermandad, María José Fernández. Las tareas que está realizando un equipo de cuatro personas consisten en el decapado con un gel especial y lijado inicial para retirar de molduras y paños hasta seis capas, como consecuencia de los numerosos repintes o brochazos que se han ido aplicando con el paso de los años para borrar grafitis, imprimaciones puntuales o enmendar desperfectos de la madera hasta conseguir alcanzar la capa de pintura primitiva e incluso la propia madera original. Y así, «con mucha paciencia, dedicación y esmero», como explica el responsable de estos trabajos, David Martín, quien se considera «un privilegiado» por tener la oportunidad de devolver el aspecto original a estas puertas fechadas a finales del siglo XIX, sobre las que destacan también los clavos ornamentales que están emergiendo en material y colores de latón, bronce y de madera tras los repintes negros que los recubrían desde hace décadas.

Junto a esta «laboriosa y costosa» actuación en la madera, también se llevará a cabo la adaptación del espacio de entrada al templo adecuando los accesos a personas con movilidad reducida, eliminando así las barreras arquitectónicas existentes. Y todo esto con un plazo de ejecución de cuatro semanas, dado que a finales de agosto hay programada una boda y también están próximos los actos de la coronación, que se prolongarán durante todo el mes de septiembre. Pero de cara al mes de octubre, tras estas celebraciones, con las que también se conmemora el IV centenario de la hechura de la talla de la Dolorosa de Valladolid por parte de Gregorio Fernández (1623), se continuará con los trabajos de recuperación de carpintería de las puertas de acceso laterales, de menor dimensión y probablemente más antiguas que las centrales, como explican fuentes de la cofradía.

La última fase de estos trabajos en madera corresponde a la restauración de las puertas del balcón posterior, también tres puertas pero de menor tamaño, de doble hoja y con la particularidad de estar acristaladas. El vistoso resultado final será de color verde para la madera y aún está sin definir el de los clavos. No obstante, el secretario de la penitencial, Alfonso Domínguez, avanza que podrían ser dorados para así dotar de gran vistosidad al acceso al templo desde la propia calle de la Platería e incluso desde la plaza del Ochavo.

Es una labor «de mucha precisión», como apuntan los técnicos, que apostados en el andamio y con las correspondientes mascarillas por trabajar con numerosos productos tóxicos son ahora los encargados ante los fieles de la custodia de Nuestra Señora de la Vera Cruz en las semanas previas a la coronación canónica de la sagrada imagen, el 23 de septiembre. Y mientras acicalan el templo por el exterior, desde mediados del mes de julio se está ejecutando un cambio total de la iluminación del templo con el objetivo de realzarlo con todas las posibilidades que permiten los nuevos sistemas de luminotecnia: desde el altar mayor y presbiterio hasta las capillas y el propio espacio central, que incluye crucero, cúpula y bóveda.

El objetivo es reinterpretar con luz los espacios: desde adecuar la potencia de la imagen de la Virgen de la Vera Cruz en su camarín del retablo hasta conseguir sacar de la penumbra a las veneradas imágenes de Gregorio Fernández, como el Ecce-Homo y Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, entre otras. Un especialista en iluminación que ha desarrollado proyectos en templos de Zaragoza está supervisando este cambio estructural, que incluye la tarea de disimular todo el cableado que atraviesa el templo por capillas, retablos, áticos o crucero. Además, aprovechando estos trabajos de renovación, se está dotando al edificio de un alumbrado emergencia, montado y distribuido a partir de un nuevo cuadro eléctrico que mejora al máximo las medidas de seguridad.

«Un verano que se está aprovechando para hacer obras aún intentando mantener el templo abierto», como explican la presidenta y el secretario de la penitencial. Los 75.000 euros que cuestan los trabajos están financiados por Junta de Castilla y León a través del programa 'Arquitectura' de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que se han puesto en marcha tras un «minucioso trabajo» de organización, contratación y tramitación administrativa dado que este templo y su entorno se enmarcan dentro del conjunto de especial protección tanto por el propio espacio como por rencontrase en pleno casco histórico de la capital vallisoletana.

El Gobierno regional tiene previsto dedicar a este templo otros 75.000 euros durante el próximo año para la rehabilitación de las cubiertas del crucero y chapitel, restauración de los revestimientos de la espadaña por riesgo de desplome, así como tratamiento y reparación de humedades de la sacristía y del camarín de la Virgen. La previsión es que los trabajos comiencen después de Semana Santa.