Valladolid
Veinte intervenciones policiales en un piso en tres meses: «Vivimos sin saber lo que va a pasar»Valladolid
Veinte intervenciones policiales en un piso en tres meses: «Vivimos sin saber lo que va a pasar»«Esta calle es un completo espectáculo. Todo el día llena de ambulancias, policías y bomberos», lamentan los vecinos del número dos de la calle Industrias, junto a la plaza de la Circular, que llevan casi un año viviendo un «infierno» constante por las visitas ... continuas de los servicios de emergencias fruto de las continuas llamadas de un inquilino del bloque. La última tuvo lugar el martes a cargo de agentes locales «donde siempre, en un piso del segundo, y no será la última», lamentan con resignación el resto de residentes, acostumbrados a tener problemas de convivencia con el protagonista. Los últimos tres meses han sido los más intensos, en los que agentes, bomberos y ambulancias han visitado más de veinte veces el bloque.
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«Da igual si es por la noche o por el día», son muchas las veces que los efectivos de emergencias han acudido a auxiliar al vecino del segundo tras recibir una llamada en la que él mismo notifica que se ha caído al suelo y es incapaz de levantarse. En cuestión de pocos minutos la calle permanece cortada al tráfico ante la presencia del camión de bomberos, varios coches patrulla de Policía Nacional y una ambulancia para dar soporte.
«El hombre parece tener problemas con el alcohol, se ha debido de caer y estamos intentando acceder al edificio para sacarlo», informaba uno de los bomberos durante una de las últimas intervenciones. «Pero vamos, no es la primera vez que venimos por esto», le apoya su compañero. El protocolo siempre es el mismo, «como si de una rutina se tratara». El vecino llama al 112 de manera continuada y avisa que ha sufrido una caída y con la llegada de la Policía «se lo llevan durante unas horas y al poco rato vuelve», exponen preocupados los vecinos.
«Las primeras veces venían los cuerpos de seguridad cuando los llamaba y ahora solo se acerca la ambulancia y algún policía, ya que los bomberos conocen la situación y saben que se desplazan en vano», relatan. Esta situación ya no solo afecta a la convivencia del bloque, sino que son los pisos más cercanos (primeros y segundos) los que sufren las peores consecuencias. «El 1B tiene cucarachas a punta pala», alertan los residentes, que temen que el día menos pensado llegue una plaga al edificio ante la falta de higiene. Preocupación que confirmó una visita de los Servicios Sociales, cuyos técnicos aseguraron que el piso se encontraba lleno de latas y restos de basura. «Si estamos así en invierno, cuando llegue el verano con el calor no lo queremos imaginar», señalan.
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Los problemas y la falta de higiene se acumulan sin señales de recibir una solución rápida. Los vecinos han intentado mantener una reunión, que tuvo lugar el miércoles de la semana pasada, para tomar medidas. «Nos dijeron que no podíamos hacer nada. El hombre tiene una familia que se desentiende totalmente de él, y son ellos en donde recae la responsabilidad de incapacitarlo para que se lo puedan llevar a un centro y reciba el tratamiento correspondiente», resumen los vecinos. «Hasta entonces, seguimos igual y a la espera de que el día menos pensado nos llegue una plaga al edificio», añaden.
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Sergio García
Y es que a veces parece como si su propio vecino fuese fruto de un «espejismo», pues en muchas ocasiones «deja de dar señales durante una semana» y tampoco hay rastro de su nombre en los buzones del edificio. «De normal es una persona que no suele salir mucho de casa y cuando se le ve por los rellanos ha dado problemas», afirman. No es la primera vez que el vecino se cruza con alguno de los residentes del bloque de Industrias y se produce una situación incómoda.
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«Hay veces que te lo encuentras en el portal diciendo que ha perdido las llaves, que se ha olvidado el teléfono y que por favor llames a un cerrajero. Antes de la llegada del técnico se pone a orinar en el portal y cuando llegan y abren la puerta se mete corriendo dentro y no vuelve a abrir», relatan los residentes, que en varias ocasiones han tenido que pagar las facturas del cerrajero «por no buscarse un problema mayor»
Los problemas generados por el inquilino del segundo van mucho más allá de la acumulación de basura. Son muchos los vecinos que no pueden descansar bien con la entrada y salida continua de policías y bomberos. «Vivimos sin saber lo que va a pasar al día siguiente, y lo que es peor, no podemos hacer nada», coinciden. El martes tuvo lugar la última visita policial al inmueble. «Cada vez que abren la puerta salen un montón de cucarachas al exterior. Esperemos que esto termine pronto», concluyen sus vecinos.
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